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Cómo preparar croquetas caseras y sorprender a la familia y amigos

Las croquetas caseras son uno de esos platos que inmediatamente evocan una sensación de comodidad, nostalgia y el aroma del hogar. Crujientes por fuera, suaves por dentro y llenas de sabor a patata, esta combinación hace que las croquetas sean un acompañamiento popular o incluso un plato independiente. Mientras que en los restaurantes a menudo se sirven croquetas congeladas y fritas en aceite, la versión casera ofrece algo completamente diferente: autenticidad, frescura y control sobre los ingredientes. Además, las croquetas al horno pueden ser igual de deliciosas sin estar saturadas de grasa.

¿De dónde provienen realmente las croquetas?

El origen de las croquetas se remonta a la cocina francesa, donde la palabra croquette designa un pequeño cilindro frito relleno de los más diversos ingredientes, desde carne hasta verduras. Con el tiempo se extendieron por toda Europa, y especialmente en los hogares de Europa Central, las croquetas de patata se convirtieron en una forma popular de utilizar las sobras de patatas cocidas. En el contexto checo, se asocian más comúnmente con una guarnición de patata para platos de carne o vegetales.

¿Qué ha cambiado? Antes, las croquetas se freían casi exclusivamente en aceite. Hoy en día, cuando más personas cuidan su ingesta de grasas y prefieren una alimentación más saludable, están ganando popularidad las croquetas caseras al horno. Se trata de una versión que no pierde nada de su sabor, pero añade el beneficio de una preparación más saludable y la posibilidad de personalizar la receta al gusto.

¿Cómo hacer las mejores croquetas caseras?

En esencia, las croquetas son muy sencillas. La base son patatas cocidas, que se aplastan hasta obtener un puré fino, se sazonan, se empanan y se hornean. Parece fácil, y lo es. Sin embargo, hay algunos detalles que determinan si el resultado será simplemente "bueno" o si serán realmente las mejores croquetas caseras que querrás hacer una y otra vez.

Uno de los elementos clave es la elección de las patatas. Funcionan mejor las patatas con alto contenido de almidón, es decir, del tipo C, que se aplastan fácilmente después de cocidas y crean una estructura pegajosa. Si se utilizan patatas nuevas o cerosas, la mezcla será más difícil de unir y las croquetas pueden agrietarse o desmoronarse.

Otro componente importante es la consistencia. La mezcla de patata debe ser firme pero no seca. Por ello, a menudo se le añade yema de huevo, o un poco de mantequilla o queso rallado, lo que eleva el sabor de las croquetas a otro nivel. Algunos añaden también una pizca de nuez moscada o ajo, pues son estos pequeños detalles los que crean el carácter final del plato.

Y luego está el empanado. El método clásico de empanado en tres pasos – harina, huevo, pan rallado – también funciona aquí, pero es posible utilizar recubrimientos alternativos. Por ejemplo, el pan rallado de maíz añade un extra de crujiente a las croquetas, mientras que la avena molida aporta valor nutricional y un toque ligeramente a nuez.

Croquetas caseras al horno

Si el motivo de la preparación casera es evitar el aceite quemado y las comidas pesadas, el horno ofrece una excelente solución. Al hornear las croquetas en el horno, no necesitan estar sumergidas en aceite – basta con rociarlas ligeramente con aceite en spray o untarlas con un pincel.

Si se preparan correctamente, el resultado son croquetas con una corteza dorada y crujiente y un interior suave. La ventaja es que no tienes que preocuparte por el aceite quemado, ni estar pendiente de las croquetas constantemente. Simplemente las pones en el horno y después de 25-30 minutos están listas.

La experiencia de una madre checa es reveladora al respecto: "Empecé a hacer croquetas caseras en el horno cuando me di cuenta de cuánto aceite absorben las compradas. Ahora, mis hijos no quieren otras – las preferidas son las que tienen queso dentro."

Croquetas de patata caseras

La base de cualquier receta de croquetas son las patatas de calidad. Si tienes sobras del día anterior, no dudes en usarlas – ese es el encanto de la cocina casera. Las patatas machacadas se sazonan con sal, pimienta, y posiblemente hierbas, y se forman en cilindros o bolitas.

Entre las variaciones populares están:

  • Croquetas de queso – añadir queso rallado, como cheddar o parmesano, crea un sabor más rico.
  • Croquetas de hierbas – perejil picado, tomillo o cebollino refrescan la base de patata.
  • Croquetas con ajo y cebolla – cebolla y ajo ligeramente fritos aportan profundidad de sabor a las croquetas caseras.
  • Croquetas vegetarianas con calabaza o brócoli – las verduras añadidas aumentan el valor nutricional y aportan color al plato.

Para que las croquetas mantengan su forma, es importante enfriar bien la masa – idealmente en el refrigerador por al menos 30 minutos. La masa fría se moldea mejor y mantiene la forma al hornear.

Se hornean en el horno a 200 °C sobre papel para hornear, durante unos 25 minutos. Se recomienda voltearlas a mitad de cocción para que queden doradas por todos lados.

¿Cuándo y con qué servir las croquetas?

Las croquetas caseras no son solo un acompañamiento – pueden ser un plato principal, especialmente si se acompañan de un dip interesante. Un dip de yogur con hierbas, mayonesa de ajo o incluso un dip de aguacate llevan el plato a la cocina moderna. También son ideales para hamburguesas vegetales, tortitas de verduras o como alternativa a las patatas fritas en una barbacoa.

Las croquetas a menudo encuentran su lugar en los menús festivos – como acompañamiento a carne asada, pescado o albóndigas vegetarianas. Si las haces de menor tamaño, pueden convertirse en un snack favorito para fiestas – basta con añadir unos palillos y dips en cuencos.

Una vez, una bloguera culinaria británica afirmó: "La croqueta es como una pequeña máquina del tiempo – me transporta a la cocina de mi abuela." Y no está lejos de la verdad. El aroma de las patatas asadas, la mantequilla y las hierbas puede crear una atmósfera de hogar, tranquilidad y tradición.

Receta de croquetas caseras

Aquí tienes una receta básica que se puede adaptar fácilmente:

Ingredientes:

  • 800 g de patatas cocidas (idealmente del tipo C)
  • 1 yema de huevo
  • 30 g de mantequilla
  • sal, pimienta
  • una pizca de nuez moscada (opcional)
  • pan rallado para empanar
  • 1 huevo para empanar
  • una cucharada de harina (para las manos o espolvorear)
  • aceite en spray o un poco de aceite vegetal para untar

Instrucciones:

  1. Ralla o aplasta las patatas en un puré fino, añade la mantequilla, la yema de huevo, sal, pimienta y posiblemente otros ingredientes al gusto (queso, hierbas).
  2. Deja enfriar la mezcla en el refrigerador.
  3. Forma cilindros o bolitas, que se empanan en harina, huevo y pan rallado.
  4. Coloca en una bandeja con papel para hornear, unta con aceite o rocía.
  5. Hornea en un horno precalentado a 200 °C durante unos 25 minutos. Da la vuelta a la mitad del tiempo.

El resultado son croquetas de patata caseras, que son crujientes, sabrosas y ligeras. Y lo mejor de todo – sabes exactamente qué les has puesto.

Cuando la tradición se une con un enfoque moderno de la cocina, se crea algo que merece un lugar no solo en el plato, sino también en las recetas familiares. Y precisamente las croquetas caseras – ya sean clásicas, de verduras o de queso – tienen el potencial de convertirse en un clásico de la cocina que une generaciones.

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