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Descubra el encanto de los crepes salados en la cocina checa

Crepes saladas - cuando las crepes se convierten en una experiencia gourmet

Las crepes hace tiempo que dejaron de ser solo un asunto dulce con mermelada o requesón. Las crepes saladas se están convirtiendo en una alternativa cada vez más popular, que abre la puerta a un sinfín de sabores. Ya sea que las prepares para el almuerzo, la cena o como aperitivo para amigos, siempre ofrecen algo más que una simple masa y un relleno. Su versatilidad, rápida preparación y la posibilidad de utilizar los ingredientes que ya tienes en casa, las convierten en una elección ideal para cualquiera que busque inspiración para una comida sabrosa.

De Francia a la cocina checa – crepes saladas en el mundo

Cuando se mencionan las crepes francesas saladas, la mayoría de los gourmets inmediatamente piensan en las legendarias "galettes". Estas crepes de alforfón provienen de Bretaña y son conocidas por su sabor distintivo y su preparación simple pero refinada. Se rellenan con queso, jamón, huevo, espinacas o verduras salteadas. Los franceses las sirven como plato principal, a menudo con una pequeña guarnición de verduras y sidra seca.

Un ejemplo podría ser la sencilla galette "Complète", que esconde una loncha de jamón, queso derretido y un huevo cuyo yema queda maravillosamente líquida. La masa es crujiente, ligeramente a nuez, y junto con el relleno crea una armonía que solo la cocina francesa puede lograr.

Sin embargo, no tenemos que limitarnos solo a la inspiración francesa. La cocina checa también tiene una conexión cercana con las crepes saladas, ya sea en forma de crepes rellenas saladas, o aquellas gratinadas, que con su aroma y sabor recuerdan a una cena casera gratinada.

¿Cómo hacer la masa para crepes saladas?

La preparación de la masa para crepes saladas básicamente no difiere de la dulce. La base es harina, huevo, leche y una pizca de sal. Pero si quieres llevar las crepes a otro nivel, puedes añadir otros ingredientes:

  • Harina de alforfón para un sabor rústico inspirado en Bretaña
  • Harina integral para un mayor valor nutricional
  • Parmesano rallado o hierbas directamente en la masa para un aroma más interesante

La masa debe ser más líquida que la de los panqueques, pero al mismo tiempo lo suficientemente consistente como para verterla en la sartén y extenderla uniformemente. Déjala reposar al menos 20 minutos: la harina se unirá mejor y las crepes serán más suaves.

Crepes rellenas saladas – un espacio ilimitado para la imaginación

Una de las razones por las que las crepes rellenas saladas son tan populares es su absoluta versatilidad. En los rellenos puedes utilizar verduras de temporada, sobras de carne de la cena anterior o quesos que esperan en la nevera para ser utilizados. El resultado es un plato que nunca cansa.

Entre los rellenos favoritos se encuentran sin duda la cebolla salteada con espinacas y ricotta, o quizás una combinación de pollo con puerros bañados en salsa de queso. También son una excelente opción los champiñones con ajo y un poco de nata, y para aquellos que gustan de algo fresco, les encantará la verdura asada con queso de cabra.

Un truco sencillo: basta con llenar la crepe, doblarla en un sobre o enrollarla y gratinarla un momento, y tendrás una crepe salada gratinada que esconde una deliciosa sorpresa.

Crepes gratinadas - un clásico casero con un toque moderno

Nuestras abuelas ya conocían el encanto de las crepes saladas gratinadas. A veces se servían los domingos como una alternativa más ligera a la carne, otras veces servían como cena cuando quedaba un poco de salsa del almuerzo. Hoy volvemos a ellas con nuevas ideas e ingredientes que reflejan el estilo de vida actual: más saludable, más rápido y aún así sabroso.

Una receta típica para crepes gratinadas es así: preparas crepes saladas, las rellenas con una mezcla (por ejemplo, de champiñones), las enrollas, las colocas en una fuente para gratinar, las cubres con bechamel o salsa de tomate, las espolvoreas con queso y las metes al horno. En 15 minutos tienes un plato en la mesa que huele a hogar.

Es interesante que un estilo similar de comida se encuentra también en otras culturas, como las enchiladas mexicanas o los canelones italianos. Las crepes demuestran así lo versátiles que pueden ser como base.

Crepes saladas como parte de un estilo de vida saludable

A primera vista puede que no lo parezca, pero las crepes saladas pueden ser una comida muy equilibrada y nutritiva. Todo depende de la elección de los ingredientes. Si en lugar de harina blanca usas harina de alforfón, espelta o una variante sin gluten, tu cuerpo te lo agradecerá. El relleno puede estar lleno de verduras, proteínas y grasas saludables, ideal por ejemplo para vegetarianos o deportistas.

Por ejemplo, la combinación de berenjena asada, garbanzos y salsa tahini crea un excelente plato vegano que sacia y a la vez no sobrecarga la digestión. Para los amantes del queso y la carne, ofrecen una variada paleta de sabores, como tofu ahumado con espinacas o pollo con tomates secos y mozzarella.

Como dijo la famosa chef francesa Julia Child: "Nunca rechaces una crepe: hay más posibilidades en ella de las que parece."

Receta como base para la creatividad

Si buscas una receta sencilla de crepes saladas que te sirva como base para otros experimentos culinarios, aquí tienes una de las más probadas:

Receta básica para la masa:

  • 250 g de harina (se puede sustituir por harina de alforfón o espelta)
  • 2 huevos
  • 500 ml de leche (o alternativa vegetal)
  • una pizca de sal
  • 1 cucharada de aceite de oliva

Bate todo hasta obtener una masa suave y deja reposar al menos 20 minutos. Cocina las crepes en una sartén antiadherente de calidad por ambos lados hasta que estén doradas.

Una vez que tengas las crepes listas, puedes rellenarlas según tu estado de ánimo y gusto. Gratina en el horno, sírvelas con un dip o acompáñalas con una ensalada fresca.

¿Ejemplo real? Cena para amigos en 30 minutos

Imagina la situación: tus amigos te avisan inesperadamente que llegarán en un rato para tomar una copa de vino. En la nevera tienes un paquete de queso, un poco de jamón, algunos tomates cherry y un poco de rúcula. En la despensa hay una bolsa de harina de espelta. En 30 minutos puedes preparar la masa, cocinar las crepes, rellenarlas, gratinarlas y aún poner la mesa. El resultado es un plato que parece sofisticado, sabe genial y, sin embargo, requirió un esfuerzo y coste mínimos.

Además, si te sobran algunas crepes, puedes envolverlas al día siguiente para que los niños las lleven a la escuela o llevarlas al trabajo como un almuerzo rápido. Son deliciosas incluso frías.

Ya sea que optes por el estilo tradicional francés o un experimento con la clásica checa, las crepes saladas te ofrecen más que solo otra receta. Son un espacio para la creatividad, una simplicidad en un día ajetreado y una oportunidad para agasajar a los seres queridos con algo original. Y lo mejor de todo, ¡siempre desaparecen rápidamente!

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