
Cómo el lemon curd revitaliza cada postre y le da una nueva dimensión

Lemon curd - crema de limón que ilumina cualquier postre
No hay muchas cosas en el mundo que puedan combinar frescura, dulzura y suavidad en una sola cucharada tan perfectamente como lo hace la crema de limón, conocida también por su nombre en inglés lemon curd. Esta delicia tradicional proviene del Reino Unido, donde durante generaciones la han untado en tostadas, usado como relleno en pasteles o simplemente disfrutado por sí sola, directamente del frasco con una cucharita. Pero también en las cocinas checas ha ido encontrando su lugar, y no es de extrañar. Quien prueba una vez el lemon curd casero, difícilmente se conforma con una versión comprada.
Aunque el nombre "curd" puede evocar algo parecido a un cuajo, se trata de una crema suave y de un amarillo brillante hecha de jugo de limón, azúcar, huevos y mantequilla. La combinación de estos pocos ingredientes da lugar a algo que está en la frontera entre una pasta para untar, una crema para postres y una salsa exótica. ¿Qué hace que el lemon curd sea tan único? Su textura suave, sabor pleno y refrescante y su increíble versatilidad en la cocina.
La magia de una receta simple
Preparar crema de limón en casa no es ciencia. Aunque su consistencia sedosa y sabor equilibrado a limón pueda parecer el resultado de una alquimia pastelera precisa, cualquiera puede hacer lemon curd, incluso sin experiencia previa.
Para hacer lemon curd en su forma más simple y mejor, necesitas cuatro cosas: 4 yemas de huevo, 150 gramos de azúcar, el jugo de dos a tres limones (aproximadamente 100 ml) y 80 gramos de mantequilla cortada en trozos. Nada complicado, pero el resultado es una delicia ácida perfecta.
El procedimiento es simple: En un bol de acero inoxidable o cacerola de doble fondo se mezclan las yemas, el azúcar y el jugo de limón. La mezcla se calienta lentamente mientras se remueve constantemente hasta que espese (esto toma aproximadamente 10 minutos). Luego se retira del fuego y se añade la mantequilla sin dejar de mezclar hasta que se derrita por completo y se forme una crema suave. El lemon curd listo se vierte en frascos limpios, se cierra y se guarda en el refrigerador.
Muchos se preguntan en este punto: ¿por qué hacer lemon curd en casa cuando está disponible en las tiendas? La respuesta es simple: el casero sabe incomparablemente mejor. Tiene un sabor más fuerte, una textura más cremosa y además sabes exactamente qué contiene. No tiene aromas artificiales, colorantes ni conservantes.
Más que solo una pasta para untar: cómo usar el lemon curd en la cocina
Tal vez te preguntes qué se puede hacer con la crema de limón. La respuesta es: sorprendentemente mucho. El lemon curd puede darle vida incluso al postre más simple. Funciona como un excelente relleno para pasteles, tartaletas, crepes o macarons. Se combina perfectamente con requesón, mascarpone o nata, formando así una crema ligera, ideal para copas de postre o como relleno para rollos.
Prueba una simple tartaleta de frutas: hornea una masa de almendra, rellénala con lemon curd frío y decórala con frutas frescas. ¿El resultado? Un postre que parece salido de una pastelería francesa y sabe aún mejor.
En la tradición inglesa, el lemon curd a menudo se sirve junto con bollos scones y crema espesa clotted cream durante el té de las cinco, lo cual es un buen ejemplo de cómo esta delicia se ha convertido en parte de la vida cotidiana. En Chequia, la gente lo ha adoptado, por ejemplo, como relleno para bizcochos o como capa en cheesecakes.
Una madre de Bohemia Central se ha enamorado tanto del lemon curd que se ha convertido en una parte integral de los pasteles de cumpleaños para sus hijos. “Antes evitaba las cosas de limón, me parecían demasiado ácidas. Pero el lemon curd es completamente diferente. Es dulce, cremoso, refrescante, a los niños les encanta", dice.
Un frasco lleno de sol
Los limones son conocidos por su alto contenido de vitamina C, antioxidantes y su efecto beneficioso sobre el sistema inmunológico. Aunque parte de la vitamina C se pierde al cocinar el lemon curd, sigue siendo una alternativa interesante a los dulces comunes. Además, su sabor intenso a menudo significa que se necesita menos cantidad para satisfacer el deseo de dulce, lo cual no es insignificante para aquellos que vigilan su consumo de azúcar.
Pruebe nuestros productos naturales
Desde el punto de vista ambiental, el lemon curd se puede clasificar entre los productos que encajan bien en la filosofía de un estilo de vida sostenible y saludable, especialmente cuando se prepara en casa con limones orgánicos y mantequilla de calidad. Muchas familias están acostumbrándose a preparar sus propias pastas y cremas precisamente para reducir la cantidad de envases plásticos y productos enlatados.
Además, el lemon curd es un regalo excelente: preparado a mano, en un frasco con etiqueta y lazo, complace más que cualquier chocolate de la tienda. Y como dura hasta dos semanas en el refrigerador, puedes prepararlo con anticipación y tenerlo a la mano siempre que te apetezca algo especial.
Consejos y trucos para un lemon curd perfecto
Para que la crema de limón sea realmente perfecta, es bueno seguir algunas reglas simples:
- Usa jugo de limón recién exprimido, no el de concentrado. El sabor de los limones frescos es incomparablemente más suave y natural.
- Al cocinar, asegúrate de que la crema no comience a hervir, de lo contrario, los huevos podrían cuajar. Remueve constantemente y cocina a fuego lento.
- Si deseas un lemon curd extra suave, puedes pasarlo por un colador fino después de cocinarlo para eliminar posibles trozos de clara de huevo o grumos.
- Para un sabor más interesante, puedes agregar una cucharadita de ralladura de limón, que dará un aroma más intenso sin aumentar mucho la acidez.
Algunos cocineros creativos incluso experimentan con otros cítricos: el "orange curd" de naranja o la crema de lima (lime curd) son alternativas menos ácidas que son adecuadas, por ejemplo, para postres navideños o pasteles tropicales.
En resumen, el lemon curd es más que solo una crema. Es un pequeño ritual, un toque de cuidado casero para el paladar y el alma que cualquiera puede permitirse. Ya sea que lo mezcles con yogur, lo untes en panqueques o lo uses como ingrediente secreto en pasteles, siempre añadirá a tu comida un toque de algo especial.
"La comida debería ser una alegría, no una obligación", dice la conocida chef británica Mary Berry. Y el lemon curd es precisamente ese tipo de alegría que vale la pena tener a mano.