
El pastel salado de calabacín es el plato perfecto para disfrutar en verano.

Tarta salada - un placer sencillo, delicioso y versátil para cualquier ocasión
En la cocina, a veces uno se encuentra en una encrucijada: qué cocinar que sea rápido, delicioso y que idealmente utilice lo que ya se tiene en casa. Y es aquí donde entra en escena la tarta salada, uno de los platos más universales, que puedes adaptar fácilmente según la temporada, el contenido de tu nevera o tu estado de ánimo actual. Ya sea que optes por una tarta salada de hojaldre o prepares una tarta salada de calabacín, el resultado casi siempre es garantizado y delicioso.
Las tartas saladas son populares no solo por su simplicidad, sino también por sus amplias posibilidades de uso. Son adecuadas como una cena ligera, un aperitivo para celebrar, un refrigerio para las visitas o como un almuerzo sustancioso con ensalada fresca. Y sobre todo, existen tantas variantes que no te aburrirán fácilmente.
El encanto del hojaldre
Una de las mayores ventajas de la tarta salada es que se puede preparar muy rápidamente. Si tienes en la nevera hojaldre, prácticamente ya tienes la mitad del trabajo hecho. Este tipo de masa está disponible en casi cualquier supermercado, ya sea refrigerada o congelada, y después de descongelarla, incluso un principiante puede manejarla.
La tarta salada de hojaldre tiene una estructura crujiente y ligera que combina perfectamente con muchos tipos de rellenos, desde verduras hasta quesos y embutidos. En los meses de verano, son especialmente adecuadas las versiones más ligeras con verduras, entre las que destaca la popular tarta salada de calabacín. El calabacín es un ingrediente agradecido: suave, jugoso y con un sabor neutro que se combina bien con especias y otros ingredientes.
Como ejemplo, puede servir una receta sencilla que le gusta a una madre de dos hijos del sur de Bohemia. “Cuando volvemos del jardín y no sé qué hacer con el calabacín, recurro al hojaldre: hago una tarta, le añado calabacín rallado, ricotta y unos tomates. A los niños les encanta y a mí me ahorra mucho tiempo."
Tarta de calabacín
El calabacín está casi omnipresente en verano y otoño: crece rápido, la cosecha suele ser abundante y nunca hay suficiente inspiración para procesarlo. Por eso, la tarta salada de calabacín se ha convertido en un clásico favorito de las cocinas checas. Es ligera, jugosa y al mismo tiempo suficientemente sustanciosa. Es ideal también para vegetarianos, y si usas alternativas vegetales a los productos lácteos, puedes preparar fácilmente una versión vegana.
El calabacín se puede combinar con diferentes quesos: funciona perfectamente con queso feta, queso de cabra, o una ricotta más suave. También combina excelentemente con ajo, aceite de oliva y hierbas como tomillo, orégano o albahaca. Si quieres hacer la tarta un poco más especial, añade tomates, cebolla roja u olivas.
¿Y lo mejor de todo? La tarta de calabacín sabe deliciosa tanto caliente como fría, lo que la convierte en una comida ideal para un picnic, para llevar en una caja al trabajo o como parte de un buffet frío. También puedes hornearla en una bandeja, lo cual es práctico si esperas más invitados o quieres preparar más porciones de una vez.
Tarta salada en bandeja
El término tarta salada en bandeja puede sonar un poco simple, pero en realidad es una variante muy práctica y efectiva de preparación. En lugar de usar un molde clásico para tartas, simplemente utilizas una bandeja más grande y extiendes la tarta por toda la superficie. La ventaja es no solo una mayor cantidad de porciones, sino también un horneado más rápido y un corte más fácil.
Esta forma ha demostrado ser útil, por ejemplo, en celebraciones familiares o fiestas de jardín en verano. Puedes preparar varias versiones diferentes, como una con calabacín, otra con tomates y mozzarella, y una tercera con cebolla caramelizada y queso azul. Después de hornearlas, solo tienes que cortarlas en pequeños cuadrados y servirlas como finger food.
Además, es una gran oportunidad para incorporar vegetales de temporada en el plato. En verano, además del calabacín, puedes usar berenjena, pimientos o tomates, y en otoño, calabaza, puerro o col. Y si sobra tarta para el día siguiente, solo necesitas calentarla en el horno o en una sartén seca: suele saber incluso mejor que recién hecha.
“¿Comida que sabe mejor al día siguiente? Para mí, eso es señal de una buena tarta," dice la bloguera gastronómica y cocinera Jitka Nováková.
Consejos para una tarta salada perfecta
Para que el resultado sea siempre perfecto, vale la pena seguir algunos principios probados:
- No sobrecargues la masa: el hojaldre necesita espacio para cocinarse bien. Si el relleno carga demasiado la masa, la parte inferior quedará cruda.
- Pre-hornea la masa si el relleno es muy húmedo (por ejemplo, el calabacín libera mucha agua al hornearse).
- Sala el calabacín de antemano y deja que "sude": espolvorea calabacín rallado con sal y déjalo reposar unos 10-15 minutos para que suelte agua. Luego, exprímelo bien.
- Usa hierbas frescas y queso de calidad: añadirán carácter y profundidad de sabor a la tarta.
- Experimenta: las tartas saladas son geniales precisamente porque puedes incorporar casi cualquier cosa en ellas. Restos de jamón, huevos, cebolla caramelizada, olivas, tomates secos o incluso trozos de tofu horneado.
A primera vista, una tarta salada puede parecer solo una cena rápida por necesidad. Pero en manos de un cocinero creativo, se convierte en una obra colorida y deliciosa, que deleita tanto visual como gustativamente. Ya sea que optes por la clásica con calabacín o te atrevas con una combinación inusual, una cosa es segura: la tarta salada siempre tiene su lugar en la mesa.
Con un poco de imaginación y ingredientes de calidad, puede ser tan inspiradora como cualquier receta más complicada. Y a menudo, su simplicidad es precisamente lo que la convierte en un plato favorito en muchos hogares.