
Crea en casa una receta original de pelmeni con un toque de tradición

El secreto de los pelmeni perfectos: una tradición ucraniana en la mesa checa
Los pelmeni, pequeños dumplings rellenos de carne, son un plato que tiene su lugar fijo en las cocinas de Europa del Este. Aunque su origen se remonta a la profunda historia de Siberia, hoy son populares en todo el espacio postsoviético, especialmente en Rusia, Ucrania y Bielorrusia. En los últimos años, también han conquistado los corazones de los hogares checos, y no es de extrañar: son sencillos, contundentes e increíblemente deliciosos. Si buscas la mejor receta de pelmeni, estás en el lugar correcto. Vamos a sumergirnos en su historia, aprender la receta clásica de pelmeni y añadir algunos consejos para que sepan como los de una abuela de Kiev.
Raíces de la cocina de Europa del Este
Aunque hoy los pelmeni se encuentran en los estantes de los supermercados como un producto congelado, su origen es mucho más poético. El nombre "pelmeni" proviene del término ural "pel'n'an", que significa "pan de oreja", debido a su forma que recuerda a una pequeña oreja. Llegaron a Europa gracias a las tribus nómadas siberianas y rápidamente ganaron popularidad por su practicidad: en invierno se conservaban bien y eran nutritivos.
La versión ucraniana de los pelmeni se diferencia de la rusa principalmente en la forma de sazonar la carne y la presencia de ajo, cebolla y hierbas. Mientras que los pelmeni rusos suelen ser más simples y dependen de la fuerza del caldo, los ucranianos son más aromáticos y a veces un poco más picantes. Gracias a estos contrastes de sabor, se han convertido en una especialidad buscada incluso fuera de Ucrania.
Receta clásica ucraniana de pelmeni
Aunque existen cientos de variantes, la receta tradicional ucraniana de pelmeni se basa en algunos ingredientes básicos. El secreto del éxito radica en la proporción, la paciencia y el amor al preparar la masa y el relleno.
Masa:
- 500 g de harina de trigo
- 1 huevo
- 200 ml de agua
- 1 cucharadita de sal
Relleno:
- 250 g de carne de res molida
- 250 g de carne de cerdo molida
- 1 cebolla grande (rallada finamente)
- 2 dientes de ajo (triturados)
- Sal y pimienta al gusto
- Opcional: eneldo o perejil picado
La masa se prepara de manera similar a la de los fideos caseros: la harina, el huevo, el agua y una pizca de sal se mezclan hasta obtener una masa suave y elástica. Es necesario amasarla bien y dejarla reposar al menos 30 minutos. Mientras tanto, se prepara la mezcla de carne, que es ideal mezclar con las manos para que los sabores se integren bien.
Luego se extiende la masa en una lámina delgada, de la cual se cortan círculos (idealmente de 6 a 7 cm de diámetro). En cada círculo se coloca una pequeña cucharadita de relleno, la masa se dobla por la mitad y los bordes se presionan bien. Luego, se unen ambos extremos – y voilà, un pequeño pelmen está listo.
Se cuecen en agua con sal o en caldo hasta que floten en la superficie, lo que lleva unos 5 a 7 minutos. Tradicionalmente se sirven con mantequilla, crema agria o vinagre. En algunas regiones es costumbre servirlos también con caldo como sopa.
Pequeños trucos para un gran sabor
Los pelmeni son un plato que se puede preparar con anticipación y congelar, algo que todos apreciamos al ahorrar tiempo durante la semana. Antes de congelarlos, es bueno colocarlos en una bandeja para que no se peguen, y luego trasladarlos a una bolsa. En el congelador duran varios meses.
Para un sabor aún más auténtico, es ideal usar una mezcla de carne de res y cerdo, aunque también existen variantes vegetarianas, como con papas, hongos o col. Aunque estas no son técnicamente pelmeni (más bien vareniki), son una bienvenida alternativa en muchos hogares.
Uno de los trucos que conocían nuestras abuelas es añadir unas gotas de agua fría al relleno de carne. De esta manera, se mantiene jugoso incluso después de cocido. También es importante no exagerar con la cantidad de relleno, de lo contrario, los pelmeni pueden abrirse al cocinar.
Pelmeni como parte de la tradición familiar
Quizás te sorprenda saber que en muchos hogares ucranianos, la preparación de pelmeni es un evento social. Antes del fin de semana, la familia se reúne, se sienta a la mesa y se reparten las tareas: alguien amasa la masa, otro rellena y pliega, y otro más cocina. En una hora, se preparan docenas de pelmeni. Es un momento de compartir, similar a la preparación checa de galletas navideñas.
Una visita a amigos en Uzhhorod brindó una experiencia inolvidable. Alrededor de la mesa estaba una familia de tres generaciones, todos involucrados. Los niños competían para ver quién hacía más pelmeni en 10 minutos, la abuela supervisaba la forma y la masa, y el abuelo probaba el primer lote directamente de la olla. "En los pelmeni está todo: trabajo, amor y tiempo", se reía.
¿Por qué los pelmeni se han popularizado también aquí?
La cocina checa tiene una conexión cercana con los pelmeni. Somos una nación de dumplings, amamos los platos contundentes con salsas y estamos familiarizados con la cocina casera. Los pelmeni, por lo tanto, no representan un obstáculo, sino todo lo contrario: se convierten en un cambio bienvenido que se puede adaptar fácilmente.
En una época en la que más personas regresan a la cocina casera y buscan recetas sin conservantes ni aditivos artificiales, los pelmeni tienen sentido. Son honestos, sencillos y, al mismo tiempo, increíblemente versátiles. Además, son perfectos como cena o un almuerzo más festivo. Y si estás pensando en preparar una cantidad mayor y congelarlos, te lo agradecerás en cada miércoles agitada.
Internet hoy ofrece innumerables versiones y modificaciones: algunas añaden yogur a la masa, otras la preparan con harina de alforfón. También encontrarás recetas de pelmeni fritos o variantes con salmón. Pero si buscas una receta de pelmeni que te transporte al campo ucraniano, mantén la sencillez. Ingredientes tradicionales, preparación paciente y un buen ánimo: esos son los ingredientes principales.
Los pelmeni son más que un simple plato. Son recuerdos de infancia, un símbolo de hogar y un puente culinario entre el este y el oeste. Ya sea que optes por la variante clásica o crees la tuya propia, una cosa es segura: con cada bocado estarás más cerca de comprender por qué tanta gente se ha enamorado de ellos.