
Descubra el encanto de los scones y sus diferentes variantes deliciosas

Scones frágiles - una clásica británica que está ganando terreno en las mesas checas
Cuando se menciona "scone", la mayoría de la gente probablemente imagine una tranquila tarde inglesa, fina porcelana, una tetera y un plato lleno de delicias doradas y desmenuzables servidas con mantequilla y mermelada. Sin embargo, este tradicional manjar británico ha encontrado su camino hacia los hogares checos en los últimos años, y no es de extrañar. Los scones, o si lo prefieres, panecillos ingleses, son no solo irresistiblemente deliciosos, sino también sorprendentemente fáciles de preparar. Ya sea que prefieras la clásica versión dulce o te tiente la versión picante con queso, este artículo te guiará a través de todo lo que necesitas saber sobre los scones, desde su historia hasta una receta probada.
¿Cómo surgieron realmente los scones?
El origen de los scones (a menudo llamados también "skoóny" o "panecillos ingleses" en checo) se remonta a la Escocia del siglo XVI. Las primeras menciones señalan un pastel simple preparado en una sartén, que con el tiempo se trasladó al horno y adquirió su forma actual. Tradicionalmente, los scones eran redondos, pero más tarde comenzaron a cortarse en triángulos, similar a la pizza, especialmente en los Estados Unidos, donde la versión dulce de este panecillo se volvió muy popular.
Hoy en día, existen innumerables variantes de scones: dulces con pasas, chocolate o arándanos, pero también salados con queso, hierbas o incluso tocino. En Gran Bretaña, son una parte popular del llamado "cream tea", donde se sirven con crema espesa (clotted cream) y mermelada de fresa. Sin embargo, en la cocina moderna, los scones también han encontrado su lugar como panecillos para el desayuno o brunch, que se pueden adaptar según el gusto y la temporada.
La clave es la mantequilla y la paciencia
Aunque la receta de los scones puede parecer simple a primera vista - harina, mantequilla, azúcar, huevo y levadura en polvo - el éxito radica en los detalles. La regla básica es trabajar con mantequilla realmente fría, que al hornear crea pequeñas bolsas en la masa y asegura la fragilidad y esponjosidad. Otro componente clave es el correcto procesamiento de la masa: no debe amasarse como el pan, sino que debe unirse suavemente para conservar su estructura.
Mezclar en exceso la masa la "aplanará" y el resultado serán piezas más duras sin la ligereza deseada. Aquí reside el encanto de los scones bien preparados: deberían ser ligeramente crujientes por fuera, pero suaves y esponjosos por dentro.
Cuando se menciona la mantequilla, es importante señalar que los ingredientes de calidad juegan un papel crucial. Si utilizas mantequilla auténtica con alto contenido de grasa y buena harina, el sabor resultante será notablemente mejor. En el mejor de los casos, puedes optar por ingredientes orgánicos o locales, lo que hará que tu horneado casero no solo sea más sabroso, sino también más sostenible.
Dulce vs. salado
Aunque los scones dulces son un clásico que ha mantenido su popularidad durante décadas, cada vez más personas están descubriendo el encanto de la versión salada, especialmente los llamados "cheese scones", o panecillos de queso. Estos scones salados son ideales no solo para el desayuno, sino también como un refrigerio rápido o un complemento para la sopa o ensalada.
Los scones de queso suelen prepararse con variedades de queso más fuertes; un excelente ejemplo es el cheddar maduro, parmesano o una combinación de ambos. A menudo se añaden hierbas suaves como tomillo, cebollino o romero, que añaden otra capa de sabor a la masa. Algunos chefs incluso añaden una pizca de mostaza o pimienta de cayena para una versión más picante.
Un ejemplo interesante es el caso de una pequeña cafetería en Brno, que comenzó a ofrecer scones de queso caseros como parte del menú de brunch de fin de semana. Los clientes los apreciaron tanto que este discreto panecillo se convirtió en uno de los productos más vendidos. "Al principio los ofrecíamos como una prueba, pero la gente los pedía una y otra vez. Hoy en día, el menú de fin de semana no existe sin ellos", dice la propietaria de la cafetería.
Así que, ya sea que prefieras la clásica versión dulce con mermelada o te inclines por la variante salada con queso, los scones te ofrecen espacio para la creatividad y la experimentación. Puedes adaptarlos fácilmente a los ingredientes de temporada o a tus gustos actuales.
Receta probada para scones - dulce y salado
Para no quedarnos solo en la teoría, te ofrecemos dos recetas básicas: una clásica dulce y una de queso para los amantes del panecillo salado.
Scones dulces (aprox. 8 piezas)
Ingredientes:
- 250 g de harina de trigo
- 1 cucharada de azúcar
- 2 cucharaditas de levadura en polvo
- una pizca de sal
- 75 g de mantequilla fría (en cubos)
- 1 huevo
- 100 ml de leche (más un poco para untar)
- pasas o arándanos secos al gusto
Preparación:
- En un bol, mezcla la harina, el azúcar, la sal y la levadura en polvo.
- Añade la mantequilla y rápidamente haz migas con los dedos.
- Incorpora el huevo y la mayor parte de la leche y forma una masa (agrega el resto de la leche si la masa está muy seca).
- Incorpora la fruta seca, sin amasar demasiado.
- Extiende la masa a un grosor de 2-3 cm y corta círculos.
- Unta con leche y hornea a 200 °C durante 12-15 minutos hasta que estén dorados.
Scones de queso (cheese scones)
Ingredientes:
- 250 g de harina semigruesa
- 2 cucharaditas de levadura en polvo
- una pizca de sal
- 75 g de mantequilla fría
- 100 g de queso rallado (cheddar, gouda, parmesano)
- 1 huevo
- 100 ml de leche (más un poco más)
Preparación:
- En un bol, mezcla la harina, la levadura en polvo y la sal.
- Añade la mantequilla y crea migas.
- Incorpora la mayor parte del queso y el huevo con la leche.
- Forma una masa y extiende en una lámina. Puedes espolvorear con el resto del queso.
- Corta círculos o triángulos.
- Hornea a 200 °C durante unos 15 minutos hasta que estén dorados.
Ambas variantes son mejores cuando se sirven calientes, por ejemplo, con mantequilla, queso crema o mermelada. Si los preparas el día anterior, puedes calentarlos rápidamente en el horno y estarán como recién hechos.
Un pequeño pedazo de Inglaterra en casa
En estos tiempos, cuando la tendencia es desacelerar y disfrutar de pequeños placeres, los scones representan la manera ideal de saborear un momento de tranquilidad, ya sea solo o con alguien cercano. Son simples, pero aún así se sienten especiales. Se pueden preparar con ingredientes accesibles y adaptar de innumerables maneras. Además, son perfectos para acompañar con té, café, o simplemente como una cálida recompensa en medio de una tarde lluviosa.
Como dijo una vez la escritora británica Mary Berry: "Hornear scones es como un abrazo que puedes poner en un plato." ¿Y no es esa la razón para enamorarse de ellos?