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Pastel de zanahoria – una receta fácil que todos pueden hacer

Pastel de zanahoria - una clásica dulzura en enfoque moderno

Hay recetas que nos acompañan toda la vida. Los recuerdos de la infancia, cuando de la cocina emanaba el aroma de un pastel recién horneado, están profundamente grabados en la memoria de muchos de nosotros. Sin embargo, algunas recetas tradicionales han recibido pequeñas modificaciones que les han dado una nueva dimensión. Uno de esos tesoros es sin duda el pastel de zanahoria – jugoso, aromático y lleno de sabores naturales. Algunos lo conocen como el "carrot cake" americano, otros como la clásica versión checa de taza con nueces. Sea como sea que lo prepares, una cosa es segura: el excelente pastel de zanahoria encontrará un lugar en cada hogar.

¿Por qué zanahoria?

A primera vista, puede parecer extraño hornear un pastel dulce con vegetales. Pero la zanahoria tiene una habilidad única para aportar al bizcocho no solo un sabor ligeramente dulce, sino sobre todo jugosidad. Gracias a su alto contenido de agua y azúcar natural, es un ingrediente ideal para pasteles que permanecen suaves incluso varios días después de horneados. El pastel de zanahoria no solo es delicioso, sino también práctico – se mantiene fresco por mucho tiempo sin necesidad de refrigeración.

Este tipo de masa es también muy agradecido cuando se trata de creatividad. Se puede enriquecer fácilmente con diferentes tipos de nueces, frutas secas, canela, jengibre o nuez moscada. También combina bien con cáscara de limón o naranja, lo que le da un toque fresco.

Versión de taza para todos

Mucha gente se desanima de hornear debido a la complejidad de pesar los ingredientes. Por eso, el pastel de zanahoria de taza ha ganado tanta popularidad. En lugar de una balanza, solo se necesita una taza o un vaso y en pocos minutos tienes la masa lista para hornear. El método de taza también permite ajustar fácilmente las cantidades según el tamaño del molde o el número de comensales. ¿Y si no hay balanzas precisas en casa? No importa. Basta un poco de intuición y el resultado será sorprendentemente bueno.

Por ejemplo, para preparar la versión básica, solo necesitas mezclar 2 tazas de zanahoria rallada, 2 tazas de harina, 1 taza de azúcar, ½ taza de aceite, 1 taza de nueces picadas, 3 huevos, polvo de hornear, una pizca de sal y especias al gusto. Se hornea aproximadamente una hora a 170 °C. El resultado es un pastel de zanahoria jugoso con un sabor rico, que deleitará incluso a aquellos que no suelen optar por las verduras.

Nueces como complemento natural

Si buscas una manera sencilla de llevar el pastel a otro nivel, opta por las nueces. El pastel de zanahoria con nueces no solo es más sabroso, sino también más nutritivo. Las nueces o avellanas añaden densidad a la masa, una textura ligeramente crujiente y además contienen grasas saludables que son beneficiosas para el corazón y el cerebro.

Es interesante que la combinación de zanahorias y nueces aumenta la absorción de beta-caroteno, el provitamina A que se encuentra en gran cantidad en las zanahorias. Gracias a la presencia de grasas de las nueces, se vuelve más accesible para el cuerpo. En otras palabras, sabor y salud van de la mano en este caso.

Una señora de Litomyšl, la señora Jitka, contó la historia de cómo solía esconder verduras en los dulces para que sus hijos las comieran. Sin embargo, les gustó tanto el pastel de zanahoria que no quisieron otro. Hoy lo hornea también para sus nietos, con un buen puñado extra de nueces. "Nunca les dije que tenía zanahorias. Se dieron cuenta a los quince años", ríe.

Textura jugosa como carta de presentación

¿Qué hace que un pastel sea realmente especial? No es solo el sabor, sino también la textura. El pastel de zanahoria jugoso se reconoce al primer bocado: es suave, delicado, no se seca, pero a la vez es lo suficientemente firme. Esto se logra gracias a la humedad de la zanahoria y la proporción correcta de grasas y huevos. Quien quiera ir más allá, puede añadir a la masa un poco de crema agria o yogur natural. Estos ingredientes no cambian el sabor, pero aseguran que el pastel permanezca suave incluso al segundo o tercer día.

Al hornear, es importante no secar demasiado la masa. Cada horno cocina de manera un poco diferente, por lo que es mejor comprobar el pastel con un palillo: en cuanto salga seco, es hora de sacarlo. Un horneado demasiado prolongado podría hacer que la superficie se endurezca y el interior se desmorone. Y eso sería una pena.

Cuando quieres un plus

Aunque el excelente pastel de zanahoria se puede disfrutar sin glaseado, no hay razón para no mejorarlo de vez en cuando. Una variante popular es el glaseado de limón o naranja, que aporta un contraste refrescante a los tonos cálidos de la canela y las nueces. Otra opción es servir el pastel con una suave crema de queso crema (típico del carrot cake), que lo convierte en un postre festivo.

¿Y si vas a servir el pastel a invitados o en una celebración? Espolvoréalo con nueces picadas, añade unas virutas de chocolate de alta calidad o decóralo con flores comestibles y tendrás un postre que impresionará no solo por su sabor, sino también por su apariencia.

Pequeña lista para inspirarte:

  • 2 tazas de zanahoria rallada fina
  • 2 tazas de harina (también puede ser espelta)
  • 1 taza de azúcar moreno
  • ½ taza de aceite vegetal (de canola, girasol)
  • 3 huevos
  • 1 sobre de polvo de hornear
  • 1 cucharadita de canela molida
  • 1 taza de nueces picadas
  • una pizca de sal
  • opcional: cáscara de limón, nuez moscada, jengibre

Mezcla todo en un bol, vierte en un molde engrasado y enharinado y hornea a 170 °C durante aproximadamente 50–60 minutos.

Tradicional, pero con un toque extra

En una época en que muchas personas intentan reducir el consumo de azúcar refinada, alimentos procesados y al mismo tiempo buscan maneras de incorporar más vegetales en su dieta, el pastel de zanahoria se presenta como el compromiso ideal. Es un postre que gusta a niños y adultos, luce bien, huele delicioso y además tiene cierto potencial nutritivo.

Al mismo tiempo, es una receta que puede unir generaciones. Las abuelas lo hornean a su manera, los niños lo adaptan según las tendencias nutricionales modernas. Y sin embargo, su esencia sigue siendo esa sencillez, atemporalidad y sabor que no se olvida.

Como dice el famoso chef británico Jamie Oliver:

"Los mejores platos son aquellos que la gente recuerda toda su vida."

Y el pastel de zanahoria definitivamente pertenece a esos.

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