facebook
Los pedidos realizados antes de las 12:00 horas se envían inmediatamente | Envío gratuito a partir de 80 EUR | Cambios y devoluciones gratuitos dentro de los 90 días

¿Qué es BPM y por qué es importante monitorear tu frecuencia cardíaca?

¿Qué significa BPM y por qué debería interesarnos?

Quizás ya lo hayas visto en alguna parte, en la pantalla de un reloj deportivo, en el gimnasio en una cinta de correr o en una aplicación para medir la actividad cardíaca. La abreviatura BPM es hoy en día una parte común no solo del mundo del deporte, sino también de la salud. Pero ¿qué significa realmente BPM y por qué deberíamos prestar atención a este número, incluso si no somos atletas profesionales?

BPM es la abreviatura en inglés de "beats per minute", es decir, latidos por minuto. En pocas palabras, se refiere a cuántas veces por minuto late tu corazón. Este valor se llama frecuencia cardíaca y es uno de los indicadores más importantes del estado de salud. Puede revelar mucho sobre cómo funciona tu corazón, cuál es tu condición física e incluso, a veces, cuán estresado estás.

¿Qué es el BPM del corazón y por qué monitorizarlo?

El BPM del corazón, es decir, la frecuencia cardíaca, puede variar significativamente según la edad, el estado de salud, la condición física o incluso el estado de ánimo. En reposo, en un adulto sano, suele oscilar entre 60 y 100 latidos por minuto. Sin embargo, los atletas pueden tener una frecuencia cardíaca en reposo de alrededor de 40 BPM, lo cual no es un signo de enfermedad, sino de un corazón bien entrenado. Por el contrario, una frecuencia cardíaca en reposo alta puede ser una advertencia de que el cuerpo está bajo estrés, sufre de fatiga o que algo más serio podría estar ocurriendo.

En la vida real, esto puede manifestarse de manera sutil. Imaginemos, por ejemplo, a una persona que decide empezar a correr. Al principio, un trote ligero le hace que su pulso suba inmediatamente a 170 BPM. Sin embargo, después de varios meses de entrenamiento regular, puede correr al mismo ritmo y mantenerse alrededor de 140 BPM. Esta disminución significa que su sistema cardiovascular se está adaptando, el corazón trabaja de manera más eficiente y el cuerpo está mejor preparado para el esfuerzo.

El BPM no solo es para el deporte: ¿qué dice sobre nuestra salud?

Mientras que para los atletas el BPM es un indicador clave del rendimiento, para las personas comunes puede ser una herramienta valiosa para monitorear el estado general de salud. Muchos médicos hoy en día recomiendan a los pacientes que controlen su frecuencia cardíaca no solo durante el ejercicio, sino también en reposo, por ejemplo, por la mañana al despertar. Es entonces cuando la actividad cardíaca es más tranquila y los valores más precisos.

Una frecuencia cardíaca en reposo elevada, como por ejemplo por encima de 100 BPM, puede ser una advertencia. Según la Asociación Americana del Corazón, un pulso en reposo crónicamente alto puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares o incluso muerte prematura. Por el contrario, un ritmo cardíaco constantemente bajo sin una causa física (como en el caso de quienes no practican deporte) podría ser un signo de bradicardia, es decir, un trastorno del ritmo cardíaco.

Es importante entender que el BPM cardíaco no es solo un número, sino un dato dinámico que cambia con el tiempo, según cómo nos sentimos, lo que comemos, cuánto dormimos o si hacemos ejercicio. Por esto, muchos relojes inteligentes y aplicaciones lo monitorean las 24 horas del día, recopilando datos que pueden ser una base valiosa para la prevención de problemas de salud.

PR BPM – ¿qué es y en qué se diferencia?

En algunas aplicaciones de salud o informes médicos, también podemos encontrar la designación PR BPM. ¿Qué significa? PR es la abreviatura de "pulse rate", es decir, frecuencia del pulso, y nuevamente se refiere al número de latidos por minuto. En la mayoría de los casos, PR BPM es igual al BPM clásico, pero en algunas situaciones específicas (por ejemplo, en arritmias cardíacas) podría variar ligeramente. Mientras que el BPM se mide directamente desde el corazón (por ejemplo, ECG), el PR BPM generalmente se obtiene del pulso, es decir, del movimiento mecánico de la arteria que puede ser afectado, por ejemplo, por la pérdida de elasticidad de los vasos.

Desde un punto de vista práctico, para el usuario común no hay una gran diferencia entre BPM y PR BPM. Ambos valores sirven para orientarse sobre qué tan rápido está trabajando el corazón y cómo está el sistema cardiovascular.

¿Cómo monitorear tu propio BPM y qué aprender de ello?

Hoy en día no es necesario acudir al médico por cada dato de salud. Muchos dispositivos disponibles, como relojes inteligentes, pulseras de fitness o incluso algunos teléfonos inteligentes, pueden medir el BPM en tiempo real. Aplicaciones como Apple Health, Google Fit o Garmin Connect también ofrecen la posibilidad de seguir la evolución de la frecuencia cardíaca a lo largo del tiempo, lo cual es ideal para cualquiera que quiera tener un mejor control sobre su salud.

Si deseas que la medición de tu pulso en reposo sea lo más precisa posible, solo necesitas seguir algunas sencillas pautas: el mejor momento para medirlo es justo por la mañana al despertar, cuando el cuerpo está en reposo y el pulso naturalmente bajo. Antes de medir, evita el café, alcohol y el ejercicio, basta con al menos media hora sin estimulación. Y si usas una pulsera inteligente o un reloj, asegúrate de que el sensor esté bien ajustado a la piel.

Una forma sencilla y confiable de medir tu pulso sin tecnología es contar los latidos en la muñeca o el cuello durante 15 segundos y multiplicar el resultado por cuatro. Esto te dará un valor aproximado de BPM.

BPM en diferentes situaciones de la vida

Es interesante cómo el BPM cambia rápidamente según el estado físico y mental. Por ejemplo, cuando una persona escucha una noticia estresante, el corazón puede acelerar el pulso en cuestión de segundos. Por el contrario, durante la meditación o respiración profunda, el BPM a menudo se reduce considerablemente, y esta habilidad para influir en tu propio ritmo cardíaco es la base de muchas técnicas de relajación.

En un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, los investigadores encontraron que la respiración consciente y la meditación pueden reducir el pulso en reposo hasta en 10 BPM en solo 10 minutos. Esto demuestra cuán sensible es el corazón a nuestro estilo de vida y estado emocional.

También durante el sueño, el BPM cambia: en el sueño profundo puede caer por debajo de 50, mientras que durante una pesadilla puede aumentar drásticamente. Por lo tanto, los atletas a menudo monitorean el BPM nocturno como un indicador de recuperación: si el pulso por la noche es más alto de lo habitual, podría ser un signo de sobrecarga o de una enfermedad incipiente.

¿Qué puede afectar al BPM cardíaco?

El BPM es una variable que puede ser influenciada por muchos factores. Entre los más comunes se encuentran:

  • Actividad física: durante el esfuerzo, el BPM aumenta y, después del entrenamiento, vuelve gradualmente a la normalidad.
  • Emociones y estrés: el miedo, la ansiedad o la alegría pueden acelerar significativamente el ritmo cardíaco.
  • Sueño y fatiga: la falta de sueño aumenta el pulso en reposo.
  • Dieta y estimulantes: la cafeína, el alcohol o el azúcar afectan la frecuencia del pulso.
  • Estado de salud: la fiebre, las infecciones o las enfermedades cardíacas alteran los valores de BPM.
  • Edad y condición física: con la edad, el pulso en reposo aumenta ligeramente, mientras que el entrenamiento lo reduce.


Pruebe nuestros productos naturales

La amplia gama de factores que influyen en el BPM lo convierte en un indicador extremadamente útil. No es solo "otro número" de un reloj, es una ventana al funcionamiento interno del cuerpo.

Como dijo el médico alemán y fundador de la fisiología moderna Hermann Helmholtz: "El corazón es como un instrumento musical, se puede leer la armonía y la disarmonía del cuerpo". Y precisamente el BPM es una especie de partitura de esta música interna.

En el mundo actual, lleno de estrés, falta de movimiento y un ritmo de vida rápido, monitorear la frecuencia cardíaca es una herramienta simple pero poderosa para comprender mejor tu cuerpo. Ya sea que hagas deporte, te relajes o simplemente quieras tener un mayor control sobre tu salud, el BPM puede darte una valiosa retroalimentación. Por eso vale la pena pensar más en este pequeño número de lo que podría parecer a primera vista.

Compartir
Categoría Buscar en