
Descubra usos creativos del puré de calabaza en sus recetas

Cómo usar el puré de calabaza en la cocina
Con la llegada del otoño, las calabazas de todas formas y tamaños aparecen cada vez más en los mercados de agricultores y en los estantes de las tiendas. Mientras que algunos todavía las ven principalmente como decoración de Halloween, otros han descubierto hace tiempo su potencial culinario. Y es precisamente el puré de calabaza el que se convierte en la base de muchas recetas deliciosas, desde postres dulces hasta almuerzos sustanciosos. Si te interesa cómo aprovechar este manjar de color naranja intenso, sigue leyendo.
Qué es el puré de calabaza y cómo prepararlo
A primera vista, parece algo simple: calabaza asada o cocida y triturada. Pero la forma de preparación y la selección de la variedad determinan si el puré será realmente sabroso. La más utilizada para su preparación es la calabaza Hokkaido, que tiene un sabor delicado, un color naranja hermoso y no necesita ser pelada. Una alternativa es la calabaza moscada, que tiene una textura más cremosa pero requiere ser pelada.
La receta más sencilla para el puré de calabaza es la siguiente:
- Cortar la calabaza por la mitad y quitar las semillas.
- Asar en el horno a 180 °C durante aproximadamente 45 minutos, hasta que la pulpa esté blanda.
- Dejar enfriar un poco y luego triturar hasta obtener un puré suave.
Y es importante saber que el puré de calabaza no es solo para sopas cremosas dulces o lattes de calabaza. Al contrario, puede ser sorprendentemente versátil y combinar bien incluso con carne o como un acompañamiento inusual para el plato principal.
Puré de patata y calabaza
Una de las versiones más populares de cómo integrar el puré de calabaza en la cocina diaria es el puré de patata y calabaza. El puré de patatas tradicional es un clásico probado, pero la próxima vez intenta aligerarlo añadiendo calabaza asada. El resultado será una textura más suave, un color más intenso y un sabor ligeramente dulce que complementará maravillosamente, por ejemplo, un pollo asado o tortitas vegetales.
La combinación de patatas y calabaza también reduce el índice glucémico del plato, lo cual es apreciado no solo por los diabéticos, sino también por aquellos interesados en una alimentación más saludable. Además, el puré puede enriquecerse fácilmente con un poco de leche vegetal, ghí o aceite de oliva en lugar de mantequilla, creando así una alternativa vegana que sabe deliciosa.
¿Suena bien? Aquí tienes una proporción orientativa: para 500 g de patatas, usa unos 300 g de calabaza asada. Tritura todo cocido o asado, sazona con sal, pimienta, y si lo deseas, con nuez moscada, y ya está listo.
¿Puré de calabaza con carne? Definitivamente sí
Mucha gente no puede imaginar que la calabaza dulce pueda combinar con carne. Pero precisamente el puré de calabaza como guarnición para carne es un ejemplo fantástico de cómo el contraste de sabores puede funcionar. Típicamente, se adapta bien a pollo asado o a la parrilla, solomillo de cerdo o incluso a pescados como el salmón. Y si no comes carne, también funciona bien con sustitutos vegetales como hamburguesas de legumbres o tempeh.
Un pequeño inciso gastronómico: en la gastronomía moderna, el puré de calabaza a menudo se combina con hierbas aromáticas como el tomillo, salvia o romero. Esta combinación destaca precisamente con la carne, a la que aporta tanto intensidad como sutileza.
Por ejemplo, en un bistró de Brno sirven muslo de pato asado con puré de patata y calabaza con un toque de salvia. El resultado es un plato armónico donde se combina la riqueza de la carne con la ligereza sedosa del puré, incluyendo el eco de hierbas otoñales. Y los clientes regresan regularmente precisamente por esta combinación.
El puré de calabaza como base para la creatividad
Mucha gente tiene fijado el puré de calabaza solo como un ingrediente para algunas recetas probadas, típicamente pasteles o sopas, pero en realidad tiene un uso mucho más amplio de lo que parece a primera vista. Si te sobra un poco, definitivamente no lo tires, se puede hacer magia de muchas maneras. Por ejemplo, mézclalo directamente en la masa para panqueques o crepes, dándoles no solo un hermoso color, sino también un sabor ligeramente dulce.
O prueba algo más inusual: mézclalo con un poco de ajo asado, parmesano y un poco de crema, y tendrás una base maravillosa para una salsa cremosa para pasta. Si eres fan del risotto, fácilmente puedes reemplazar parte del caldo con puré, lo que hará que el resultado sea cremoso y un poco diferente de lo habitual. ¿Otra opción interesante? Hummus de calabaza: simplemente garbanzos clásicos, tahini, un poco de limón y en lugar de agua, puré. Y si quieres algo más saludable en la mañana, agrégalo al batido junto con plátano, canela y tal vez un poco de leche de avena. El resultado te sorprenderá gratamente y seguro te alegrará haber aprovechado el puré completamente y con creatividad.
Sorprendentemente, también combina bien con quesos. Si buscas un aperitivo original, intenta llenar tartaletas crujientes con puré de calabaza mezclado con queso de cabra y tomillo, un delicioso bocado otoñal.
Beneficios nutricionales que valen la pena
La calabaza es baja en calorías, rica en betacaroteno (que en el cuerpo se convierte en vitamina A), fibra y vitaminas C y E. Además, contiene minerales como potasio, magnesio o hierro. En combinación con las patatas, se convierte en una guarnición nutricionalmente valiosa que no solo sabe bien, sino que también beneficia nuestra salud.
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Desde un punto de vista ecológico, la calabaza es un cultivo que se cultiva bien en nuestras latitudes y no requiere importación desde lugares lejanos. Por lo tanto, se ofrece como un ingrediente local y sostenible que se puede utilizar en lugar de alimentos importados y procesados.
Consejos para almacenar el puré de calabaza
¿Has preparado demasiado? Buenas noticias: el puré de calabaza se conserva muy bien. En la nevera dura en un recipiente cerrado hasta cinco días. También se congela bien, idealmente en porciones pequeñas, como en moldes de silicona para muffins o cubitos de hielo. Así lo puedes sacar en cualquier momento y usar según lo necesites.
Y si no te apetece hornear cada vez, puedes preparar una cantidad mayor y embotellar una parte. El puré se puede embotellar de manera similar a los purés de frutas, pero es importante seguir las reglas de higiene y usar frascos estériles.
En la cocina, a menudo se dice que las mayores maravillas surgen de ingredientes simples. El puré de calabaza es precisamente un ejemplo de esto: una base discreta que tiene el potencial de influir en todo el plato. Ya sea que lo combines con patatas para una gran guarnición, o lo uses como una suave salsa para carne, siempre llevará un pedacito de ambiente otoñal. Como dice la conocida cocinera y defensora de la cocina estacional, Anna Jones: "Lo que tenemos más cerca suele ser lo más delicioso." Y el puré de calabaza es una hermosa prueba de ello.