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Descubre la abundancia de posibilidades con la salsa de mostaza en tu cocina.

El secreto de la salsa de mostaza perfecta

Cuando se menciona la mostaza, la mayoría de las personas piensa en el acompañamiento clásico para una salchicha o una generosa cucharada para una salchicha asada durante una barbacoa de verano. Sin embargo, la mostaza tiene un uso mucho más amplio en la cocina de lo que podría parecer a simple vista. Una de las formas más versátiles y deliciosas de utilizarla es preparar una salsa. La salsa de mostaza es un complemento excelente para carnes, combina perfectamente con pastas, verduras y legumbres, y puede ser una sorpresa refrescante en la cocina vegetariana y vegana.

Una gran ventaja de esta salsa es su simplicidad. La receta de la salsa de mostaza es fácil de hacer – no lleva más que unos minutos y no requiere ingredientes complicados. Además, se puede adaptar fácilmente según el gusto o lo que haya en la despensa en ese momento. Quizás por eso esta salsa está ganando cada vez más popularidad, no solo en los hogares, sino también en los modernos bistrós y restaurantes orientados a una cocina más saludable y creativa.

Salsa de mostaza sencilla

La base de la mayoría de las variantes es la combinación de pocos ingredientes: mostaza de Dijon de calidad, cebolla o chalota, grasa vegetal (o mantequilla), caldo o leche vegetal y un poco de crema. Algunos también añaden vino blanco, jarabe de arce o hierbas frescas – todos estos ingredientes pueden llevar el sabor de la salsa a otro nivel.

Por ejemplo, cuando se prepara en casa salsa de mostaza para carne, a menudo se elige una combinación de mostaza de grano entero, ajo y tomillo fresco. Por otro lado, si se busca una variante más ligera para verduras asadas o tofu, es mejor usar mostaza de Dijon con un poco de crema vegetal.

Para la versión más básica se necesita:

  • 1 cucharada de aceite de oliva o mantequilla vegetal
  • 1 cebolla pequeña, finamente picada
  • 2 cucharadas de mostaza de calidad (preferiblemente de Dijon)
  • 200 ml de caldo vegetal o leche de avena
  • 2 cucharadas de crema vegetal (por ejemplo, de soja o avena)
  • sal, pimienta al gusto

Primero, se sofríe la cebolla en la sartén hasta que esté translucida, se añade la mostaza, se sofríe brevemente y luego se vierte el caldo. Después de unos minutos de cocción a fuego lento, la salsa se suaviza con crema vegetal. Todo se mezcla, se sazona y se puede servir.

Si alguien pregunta cómo preparar una salsa de mostaza sencilla, esta es la receta – rápida, variable, saludable y sobre todo deliciosa.

Salsa de mostaza con pollo

Mucha gente conoce la salsa de mostaza principalmente como parte de recetas con carne. Una de las más populares es sin duda la salsa de mostaza con pollo. Esta receta es popular no solo por su rápida preparación, sino también porque combina el sabor intenso de la mostaza con la suavidad del pollo. El resultado es un plato perfectamente equilibrado que se puede servir con papas, pasta o arroz.

En la práctica, puede verse así: en un poco de aceite de oliva se doran pechugas de pollo sazonadas con sal, ajo y pimienta fresca. Luego se retira la carne y en la misma sartén se prepara la salsa de mostaza según la receta básica – con la diferencia de que se añade un poco de vino blanco y una cucharadita de miel, que suaviza todo el sabor. La carne se vuelve a poner en la sartén, se cocina brevemente con la salsa y listo. El resultado es un almuerzo abundante y fragante, que gusta tanto a adultos como a niños.

La salsa de mostaza como estrella de la cocina vegetariana

A diferencia de la cocina checa tradicional, que a menudo coloca a la mostaza como complemento de la carne, la gastronomía vegetal moderna sabe jugar con ella de manera mucho más creativa. ¿Salsa de mostaza para verduras asadas? Una excelente opción. ¿Aderezo de mostaza para una ensalada de lentejas y remolacha? Refrescante y poco convencional.

Un ejemplo podría ser un sencillo plato de coliflor asada, batatas y garbanzos, complementado con una salsa de mostaza ligeramente picante con limón y tahini. Esta receta es ideal para quienes buscan una variante vegetal llena de contrastes de sabor, pero al mismo tiempo quieren mantener la simplicidad y mínimo uso de utensilios.

En una cafetería vegetariana de Brno, la salsa de mostaza se utiliza como componente básico para un popular bowl de tofu, donde complementa la combinación de brócoli asado, zanahoria encurtida y arroz jazmín. Recetas como estas demuestran que la mostaza no se limita a un tipo de cocina – al contrario, su potencial es enorme.

Cómo elegir la mostaza adecuada

Para que la salsa realmente salga bien, es crucial elegir el tipo correcto de mostaza. Mientras que la mostaza de grano entero clásica es más suave y tiene un sabor dulce, la mostaza de Dijon es más picante y aromática, ideal para salsas más intensas. A quienes les gustan los tonos más dulces, pueden optar por la mostaza con miel, que se adapta, por ejemplo, a aderezos para ensaladas o como suavizante para recetas más picantes.

Al elegir, vale la pena dar preferencia a productos de calidad – idealmente aquellos sin conservantes, colorantes y azúcar añadido. En tiendas como Ferwer es posible encontrar mostazas orgánicas en envases ecológicos, que no solo saben bien, sino que también apoyan una forma de compra más sostenible.

La verdad es que la calidad de los ingredientes a menudo decide el resultado de todo el plato – y en las salsas esto es doblemente cierto. Como dice el chef y defensor de la cocina local Roman Paulus: "En la simplicidad no solo está la belleza, sino también el sabor – si tienes buenos ingredientes, casi es imposible arruinar el plato."

La salsa de mostaza como receta contra el estereotipo culinario

Ya sea para una cena rápida durante la semana laboral o para cocinar el fin de semana con amigos, la receta de la salsa de mostaza pertenece al arsenal de cualquiera que no quiera cocinar de manera complicada, pero al mismo tiempo aprecie el sabor. Gracias a su amplia variabilidad, se puede adaptar fácilmente a una dieta específica o a la temporada – suavizar con crema de avena para veganos, añadir hierbas frescas en primavera o sazonar con una pizca de chile en invierno.

Una cosa es segura: la salsa de mostaza sigue siendo un gran ejemplo de cómo crear mucho con poco. Basta con una o dos cucharadas de mostaza, unos pocos ingredientes básicos y una buena idea – y hasta el plato más sencillo puede convertirse en una experiencia culinaria.

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