facebook
Los pedidos realizados antes de las 12:00 horas se envían inmediatamente | Envío gratuito a partir de 80 EUR | Cambios y devoluciones gratuitos dentro de los 90 días

La historia de la ciabatta italiana y cómo prepararla fácilmente en casa

Ciabatta casera y su historia

Se dice que un hogar huele según lo que se hornee en él. Y si es ciabatta, un pan italiano crujiente con miga irregular y un aroma ligeramente ácido, no hay duda de de dónde proviene el viento. La ciabatta es un símbolo del arte panadero italiano, que combina la simplicidad de los ingredientes con un enfoque en la técnica. Quizás te sorprenda que este pan no es tan antiguo como podría parecer. Sin embargo, en unas pocas décadas se ha convertido en un favorito de las cocinas de todo el mundo, incluidas las checas.

¿Cómo se originó la ciabatta italiana?

Aunque uno podría pensar que es una receta transmitida en las familias italianas durante generaciones, lo contrario es cierto. La ciabatta, que se traduce como "zapatilla", nació recién en 1982. En una pequeña panadería en la región del Véneto, el panadero Arnaldo Cavallari tenía miedo de que el mercado italiano se inundara de baguettes francesas. Por eso quería crear una alternativa propia, más sencilla pero igualmente atractiva. El resultado fue la ciabatta, un pan con un aspecto rústico, miga suave y corteza crujiente, que rápidamente conquistó no solo los mostradores italianos sino también los mercados extranjeros.

Es fascinante que aunque la ciabatta es una creación relativamente joven, su estilo recuerda al pan artesanal tradicional. Utiliza una larga fermentación y una alta hidratación de la masa, lo que le da su estructura característica: cavidades en la miga y una textura ligeramente masticable.

¿Por qué hornear ciabatta en casa?

Hoy en día, la encuentras en casi todos los estantes de los supermercados, pero la ciabatta casera tiene su encanto inconfundible. La receta para la ciabatta casera es sorprendentemente sencilla, aunque requiere un poco de paciencia. ¿Y el resultado? Una masa que vive su propia vida mientras fermenta y un aroma que te recuerda a una pequeña panadería escondida en las calles de piedra de la Toscana. Pero sobre todo, sabes lo que comes: sin aditivos, sin conservantes, solo agua, harina, levadura, sal y una gota de aceite de oliva.

Además, la ciabatta horneada se adapta perfectamente a muchos platos. Desde la simple combinación con aceite de oliva y sal marina, pasando por sándwiches rellenos de mozzarella y tomates, hasta como acompañamiento de sopas contundentes. Es un pan versátil que añade un toque especial a cualquier comida.

Receta sencilla para ciabatta casera

Aunque existen diferentes variantes, la receta básica sigue siendo similar. La siguiente versión está inspirada en un episodio del programa "S Italem v kuchyni", donde el popular chef Emanuele Ridi se puso a hornear junto a una cocinera checa. Mostró que incluso una ciabatta sencilla puede ser el resultado de la alegría de cocinar, solo se necesita un poco de amor por la gastronomía italiana.

Ingredientes:

  • 500 g de harina de trigo (preferiblemente tipo 00)
  • 400 ml de agua tibia
  • 7 g de levadura seca (o 15 g de fresca)
  • 1,5 cucharaditas de sal
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • opcional: una pizca de azúcar para acelerar la fermentación

Instrucciones:

  1. En un bol, mezcla la harina, la levadura (y opcionalmente el azúcar). Añade el agua y comienza a mezclar. La masa será muy líquida, casi como un líquido, lo cual está bien.
  2. Añade la sal y el aceite de oliva. Continúa mezclando hasta que la masa comience a despegarse de las paredes del bol. Puedes usar un robot de cocina, pero también una cuchara de madera o tus manos harán el trabajo.
  3. Cubre la masa con film transparente o un paño y deja que fermente en un lugar cálido durante 2–3 horas, hasta que doble su tamaño.
  4. Transfiere la masa fermentada a una superficie de trabajo bien enharinada. La masa es pegajosa, por lo que es ideal usar una espátula. Divídela en dos rectángulos y déjala reposar durante 20 minutos.
  5. Precalienta el horno a 230 °C. Es ideal hornear la ciabatta en una piedra de hornear o en una olla de hierro fundido, pero una bandeja normal también servirá. Coloca las ciabattas en el horno y hornea durante 20–25 minutos hasta que estén doradas.

Lo que hace especial a este pan es precisamente su simplicidad. La ciabatta italiana no necesita sofisticación, su fuerza radica en la honestidad. Y cuando la saques del horno, escucharás el sonido inconfundible de la corteza crujiente al encontrarse con el cuchillo.

En la práctica, hornear ciabatta en casa puede ser una experiencia sorprendentemente personal. Por ejemplo, la señora Lenka de Brno, que aprendió a hornear durante la pandemia, recuerda: "Al principio, la masa me recordaba al pegamento, pero una vez que lo entendí, horneo ciabatta cada fin de semana. Le añado una ramita de romero u olivas, dependiendo de mi humor".

¿Cómo conservar la ciabatta y qué hacer con ella después?

La ciabatta recién horneada sabe mejor durante las primeras 24 horas. Pero si no la consumes de inmediato, envuélvela en un paño de lino o una bolsa para pan y guárdala a temperatura ambiente. Evita las bolsas de plástico: el pan se humedece y pierde su crujiente. Al día siguiente, es ideal recalentarla brevemente en el horno o en la parrilla.

Ya sea que estés planificando un brunch, un picnic o una cena sencilla, la ciabatta siempre es adecuada. Puedes hacer crostini, panini o simplemente rociarla con aceite de oliva y espolvorearla con orégano seco. Combinada con una ensalada de tomate y una copa de vino blanco, ofrece un viaje de sabor al corazón de Italia.

Si te gusta experimentar, intenta añadir a la masa tomates secos, aceitunas negras o hierbas. Las variaciones son casi infinitas, y en eso reside el encanto de la ciabatta. Es un pan que no teme destacar.

Hoy en día, la ciabatta tiene una posición tan fuerte en el mundo como la baguette o el naan. Es un pan que se ha convertido en símbolo de simplicidad, pero también de creatividad. Y sobre todo, es una prueba de que a veces las mejores cosas surgen de ingredientes comunes cuando les damos tiempo y cuidado.

Entonces, ¿qué dices, te atreves a hornear tu propia ciabatta? Quizás al principio sea tan maleable como una crema derramada, pero una vez que pruebes el primer bocado, entenderás por qué este pan es amado por personas desde Venecia hasta Brno. Y tal vez, cuando cierres los ojos y muerdas la cálida miga perfumada con aceite de oliva, por un momento realmente sentirás el mar.

Compartir
Categoría Buscar en