
Cómo reconocer los problemas psicológicos con la deglución y qué hacer al respecto

Problemas psicogénicos con la deglución
Deglutir – una actividad común en la que la mayoría de las personas no piensa en su vida diaria. Automáticamente llevamos el bocado de la boca a la faringe y luego al esófago sin detenernos. Pero, ¿qué sucede si esta actividad natural se convierte en un problema? ¿Y qué pasa si el problema no tiene una causa física, sino que proviene de la mente?
Mientras que los trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia se mencionan cada vez más en los últimos años, una complicación menos conocida y a menudo pasada por alto son los problemas psicológicos con la deglución, también conocidos como disfagia psicogénica. Este problema puede parecer un trastorno físico, pero sus raíces están en otro lugar: en la psique.
¿Cómo se manifiesta el trastorno psicogénico de la deglución?
Las personas afectadas por este trastorno a menudo describen la sensación de tener un nudo en la garganta, la incapacidad de obligarse a tragar o el miedo de asfixiarse al tragar. A veces, los problemas surgen repentinamente y provocan pánico; otras veces, se desarrollan gradualmente. Sin embargo, los exámenes médicos – endoscopia, pruebas neurológicas o radiografías del acto de tragar – no muestran ninguna causa física clara.
Esto suele ser frustrante tanto para el paciente como para su entorno. La incapacidad de comer o beber sin ansiedad o sensación de amenaza interrumpe la vida diaria, puede llevar a la desnutrición y deshidratación y profundizar aún más el estrés psicológico. Los pacientes a menudo pasan a una dieta líquida o evitan la comida por completo.
El trastorno psicogénico de la deglución es aún poco conocido incluso en círculos profesionales y a menudo se confunde erróneamente con otros diagnósticos, como enfermedades neurológicas o trastornos clásicos de la alimentación. En realidad, a menudo está relacionado con trastornos de ansiedad, trastorno de estrés postraumático o depresión.
¿De dónde surge el miedo a tragar?
La psique puede influir significativamente en las funciones corporales. El cerebro, la percepción y las emociones están estrechamente vinculados con el control de los movimientos musculares, y la deglución es uno de ellos. Si ocurre un estrés fuerte, pánico o trauma psicológico, el cuerpo puede "congelarse" y la motricidad normal se vuelve difícil o imposible.
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Un ejemplo típico puede ser una persona que una vez realmente se atragantó o se ahogó tanto que comenzó a asfixiarse. Esta experiencia física luego se asocia en el cerebro con una amenaza y desencadena una reacción defensiva: ansiedad y tensión cada vez que se intenta tragar de nuevo. Cuanto más se concentra la persona en el acto de tragar, menos "automáticamente" funciona. El cuerpo se tensa, los músculos se endurecen y el ciclo de preocupaciones e intentos fallidos se pone en marcha.
Otra situación puede ocurrir en personas que sufren de trastorno de ansiedad generalizada. Estas personas a menudo perciben sus sensaciones corporales muy intensamente, y si se enfocan en la deglución, pueden bloquear este proceso completamente por la expectativa de una complicación.
Desde el punto de vista psicológico, se trata de una somatización: el dolor emocional se traduce en el cuerpo. El cuerpo "habla" por las emociones que el individuo no se permite o no sabe reconocer.
Una historia de la vida real
Jana (29 años) era una diseñadora gráfica exitosa, una joven extrovertida que amaba cocinar y reunirse con amigos para disfrutar de una buena comida. Un día, durante el almuerzo, se atragantó levemente con arroz. No fue nada grave, pero la desagradable sensación de asfixia la asustó. Desde entonces comenzó a tener problemas para tragar. Primero con el arroz, luego con otros alimentos sólidos. Finalmente, pasó solo a sopas y batidos.
Comenzó a evitar los almuerzos compartidos y las cenas familiares. En los restaurantes, se sentía mal solo al mirar el menú. Aunque se sometió a todos los exámenes disponibles y tenía la certeza de que físicamente no tenía nada, el problema persistía. Finalmente, la ayudó la psicoterapia, donde reconoció capas más profundas de su estrés y ansiedad que anteriormente no había admitido. Gradualmente aprendió a comer sin miedo nuevamente, y sobre todo, dejó de temer a su propio cuerpo.
¿Cómo se trabaja con el problema psicogénico de la deglución?
La buena noticia es que la disfagia psicogénica es tratable, pero requiere paciencia y un enfoque sensible. Primero es importante descartar todas las causas orgánicas para que la persona tenga la certeza de que su cuerpo está sano. Luego sigue la ayuda psicológica y, a veces, también psiquiátrica.
Los enfoques básicos incluyen:
- Psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a cambiar los patrones de pensamiento y las preocupaciones asociadas con la deglución.
- Relajación y ejercicios de respiración, que ayudan a aliviar la tensión del cuerpo y traer calma a situaciones difíciles.
- Exposición y práctica, donde la persona "aprende de nuevo" a tragar, comenzando con líquidos y avanzando gradualmente hacia alimentos más sólidos.
- Apoyo nutricional, para que el cuerpo no sufra falta de energía durante el tratamiento.
En algunos casos, pueden ayudar también los antidepresivos o ansiolíticos, especialmente si la disfagia es parte de un trastorno de ansiedad más amplio. Pero siempre deben ser parte de un cuidado integral, no la única solución.
No es "solo la psique"
Es importante enfatizar que los problemas psicogénicos con la deglución no están "solo en la cabeza". Los cambios fisiológicos que la ansiedad y el estrés provocan son reales: aumento de la tensión muscular, ritmo cardíaco acelerado, sequedad en la boca, respiración alterada; todo esto contribuye a la aparición de problemas. No se trata de "fingir" o debilidad, como algunos en el entorno podrían pensar erróneamente.
"Los trastornos psicológicos no son menos reales que los físicos, simplemente no los vemos en una radiografía", dice el neuropsicólogo británico Peter Halligan. Esta cita captura la clave para entender la deglución psicogénica: el dolor y la disfunción son reales, aunque su origen sea invisible.
¿Cómo puede ayudar el entorno?
La familia y los amigos juegan un papel importante. En lugar de incomprensión o presión del tipo "simplemente intenta comerlo", es mejor ofrecer apoyo y calma. Ayuda cuando las personas en el entorno no crean más estrés, no presionan por el rendimiento y tratan de ser empáticos. Incluso la simple conciencia de que "no estoy solo en esto" puede ser curativa para una persona con este problema.
Al mismo tiempo, vale la pena buscar apoyo comunitario. Foros de discusión en línea, grupos terapéuticos o redes de apoyo pueden ser una fuente de intercambio y esperanza. A veces, incluso una pequeña cosa como una recomendación de alguien que ha pasado por una situación similar puede ayudar.
Cuando se escucha al cuerpo y al alma
Los problemas psicogénicos con la deglución muestran cuán estrechamente están conectados el cuerpo y la mente. En una época en la que se nos exige cada vez más y más estrés, no es de extrañar que el cuerpo a veces proteste. Y por eso deberíamos estar más atentos a nuestro mundo interior, a las señales del cuerpo y a las necesidades que a menudo reprimimos.
Quizás el problema con la deglución sea un mensaje importante, un llamado a desacelerar, a cuidar más de nosotros mismos y a buscar un equilibrio entre el rendimiento y la calma interior. Al final, no se trata solo de comida. Se trata de cómo logramos "digerir" la vida misma.