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Por qué es importante complementar el hierro regularmente durante el embarazo

Por qué el hierro es clave durante el embarazo y cómo suplementarlo correctamente

El embarazo es un período en el que el cuerpo de la mujer experimenta una increíble cantidad de cambios. A medida que el bebé crece, también aumenta la necesidad de algunos nutrientes clave, y uno de los más importantes es el hierro. La deficiencia de hierro durante el embarazo puede tener graves consecuencias no solo para la madre, sino también para el niño. Entonces, ¿cómo suplementar correctamente el hierro durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, y cuándo es apropiado dejar de suplementarlo?

Por qué el hierro es tan importante durante el embarazo

El hierro es esencial para la formación de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno a todas las partes del cuerpo. Durante el embarazo, el volumen de sangre de la mujer aumenta hasta en un 50 %, lo que significa que el cuerpo necesita mucho más hierro de lo habitual. El hierro no solo apoya el desarrollo adecuado del feto, sino que también protege a la madre de la anemia, que puede conducir a fatiga, debilitamiento de la inmunidad, parto prematuro o bajo peso al nacer del bebé.

En el tercer trimestre, la necesidad de hierro alcanza su punto máximo. En esta fase, el cuerpo almacena hierro para apoyar al feto en rápido crecimiento y prepararse para las pérdidas de sangre durante el parto. Según expertos de la Organización Mundial de la Salud, la ingesta diaria de hierro durante el embarazo debería ser alrededor de 27 mg, lo cual a menudo no es posible cubrir solo con la dieta.

Cómo reconocer que el cuerpo necesita más hierro

Los síntomas de la deficiencia de hierro durante el embarazo pueden ser sutiles. Los más comunes incluyen fatiga, piel pálida, dificultad para respirar, dolores de cabeza o mareos. En algunos casos, el médico puede diagnosticar anemia solo a partir de pruebas de sangre. Por eso es tan importante el monitoreo regular de los niveles de hemoglobina durante las revisiones prenatales.

Un ejemplo típico de la práctica puede ser la historia de la señora Lenka, quien durante su tercer trimestre comenzó a sentir una fatiga extrema y mareos. Después de consultar con su ginecólogo y realizarse análisis de sangre, descubrió que sus niveles de hierro estaban muy por debajo de los valores recomendados. Al comenzar a tomar un suplemento adecuado, resolvió rápidamente el problema y el embarazo continuó sin complicaciones.

Cómo suplementar el hierro durante el embarazo de forma natural y mediante suplementos

La suplementación de hierro durante el embarazo puede realizarse de dos maneras principales: a través de la dieta y la suplementación. Lo ideal es combinar ambos enfoques.

Alimentos ricos en hierro:

  • Carne de res, hígado de pollo, pescado
  • Legumbres (lentejas, garbanzos, frijoles)
  • Verduras de hoja verde (espinacas, acelgas)
  • Nueces, semillas, frutas secas (especialmente albaricoques y pasas)
  • Productos integrales

Vale la pena mencionar que existen dos tipos de hierro: hemo (de fuentes animales) y no hemo (de fuentes vegetales). El hierro hemo es más fácil de absorber por el cuerpo. Para que el cuerpo absorba el hierro vegetal de manera más eficiente, se recomienda combinar su ingesta con alimentos ricos en vitamina C, como cítricos, pimientos o brócoli.


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Si la dieta no es suficiente, entran en juego los suplementos. Y aquí surge la pregunta: ¿qué hierro es el mejor durante el embarazo? Se recomiendan formas de hierro con mayor biodisponibilidad, como el hierro bisglicinato o fumarato, que son más suaves para el estómago y menos propensos a causar efectos secundarios como estreñimiento o náuseas.

Al elegir, siempre es recomendable consultar el tipo y la dosis adecuada con un médico o farmacéutico. Algunas mujeres pueden necesitar dosis ajustadas de manera individual según su estado de salud y niveles de ferritina (hierro almacenado).

Hierro en el tercer trimestre

En el tercer trimestre, la necesidad de hierro es máxima, ya que el feto está formando sus propias reservas de hierro para los primeros seis meses de vida. La insuficiencia de hierro en este período podría resultar en que el bebé nazca con niveles bajos de hierro, lo que podría afectar su desarrollo cognitivo y motor.

Durante el tercer trimestre, también existe un mayor riesgo de complicaciones relacionadas con la anemia. Un estudio publicado en la revista especializada The Lancet advierte que las mujeres embarazadas con anemia grave tienen un riesgo significativamente mayor de parto prematuro y complicaciones postparto. Por lo tanto, en esta fase del embarazo es esencial no ignorar ningún signo de deficiencia de hierro y monitorear regularmente el hemograma.

Cuándo y cómo dejar de tomar hierro durante el embarazo

La pregunta de cuándo dejar de tomar hierro durante el embarazo es tan importante como la de cuándo empezar a suplementarlo. Si los niveles de hierro antes del embarazo y durante el mismo fueron normales, algunos médicos recomiendan dejar los suplementos de hierro al finalizar el tercer trimestre del embarazo, es decir, poco antes del parto. Sin embargo, otros recomiendan continuar al menos hasta el posparto, especialmente si la mujer pierde una cantidad considerable de sangre durante el parto.

Es importante recordar que no se recomienda dejar de tomar hierro por cuenta propia sin consultar con un médico. Dosis altas de suplementación sin necesidad pueden causar estreñimiento, náuseas o incluso daño a los órganos. La decisión de cuándo dejar de tomar hierro siempre debe ser tomada por un profesional basado en pruebas de sangre actuales.

En caso de una cesárea planificada o riesgo de mayor pérdida de sangre durante el parto, continuar con la suplementación de hierro puede ser incluso necesario para una recuperación más rápida del organismo.

Consejos para una suplementación de hierro suave

Si desea suplementar el hierro de la manera más efectiva y sin problemas innecesarios, intente tomarlo en ayunas o con algo ligero con vitamina C – esto ayudará en su absorción. Por otro lado, evite mejor los productos lácteos, el café y el té, que frenan su efecto. En lugar de una gran dosis, distribúyalo en porciones más pequeñas durante el día. Y si no le sienta bien al estómago, opte por la forma de hierro en quelato, que es más suave para el cuerpo.

Un pequeño ejemplo de la vida cotidiana: Petra, embarazada, se enfrentaba a problemas estomacales tras tomar hierro clásico. Después de hablar con su médico, cambió al hierro bisglicinato, que su cuerpo toleraba mucho mejor, y agregó un vaso diario de jugo de naranja para mejorar la absorción. Los resultados de las pruebas de sangre y sus sensaciones subjetivas mejoraron significativamente en unas pocas semanas.

Como dice un conocido refrán: "Nuestra salud es nuestra mayor riqueza." Durante el embarazo, esto es doblemente cierto.

El cuidado adecuado de los niveles de hierro durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, es una inversión no solo en la salud del bebé, sino también en el bienestar propio. La confianza en el cuerpo, escuchar sus señales y colaborar con los médicos son la clave para un embarazo y parto sin problemas.

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