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Sopa de vainas de judías: un tesoro olvidado de la cocina checa

En una época en la que se da prioridad al regreso a la tradición, a los ingredientes locales y a la simplicidad, cada vez más personas están redescubriendo recetas que nuestros abuelos ya conocían. Uno de estos platos es la auténtica sopa de vainas de judías: modesta, pero nutritiva y rica en sabor. Este discreto plato, hecho con vainas frescas o congeladas, solía ser un componente común del menú de verano. Sin embargo, hoy en día se olvida a menudo, y esto es un error.

Las vainas de judías, o judías verdes, no solo son sabrosas, sino también nutritivas. Contienen fibra, antioxidantes, vitamina C y ácido fólico. Además, están disponibles durante todo el verano, a menudo de nuestro propio jardín, y se pueden congelar fácilmente para el invierno. Así, la sopa hecha con estas vainas no solo calienta y sacia, sino que también ofrece una porción de salud en cada cucharada.


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Diversidad de sabores en un solo ingrediente

Al igual que cada familia tiene su propia receta de sopa de patatas o gulash, también la sopa de vainas de judías tiene innumerables variaciones. A algunos les gusta la versión ligera, casi clara, con mantequilla y comino, mientras que otros prefieren la sopa cremosa de vainas de judías, sazonada con ajo y hierbas. En Moravia, a menudo se prepara la sopa de vainas de judías agridulce, donde la acidez se ajusta con vinagre o crema agria. En Bohemia, se ha adoptado la sopa blanca de vainas de judías, donde dominan los tonos lácteos y las especias suaves.

Una variante popular es también la sopa de vainas de judías con crema, que suaviza el sabor y le da al plato una textura más rica y aterciopelada. ¿Cuál es la versión correcta? Depende no solo del gusto, sino también de la temporada y la disponibilidad de los ingredientes. En verano, son adecuadas las variantes más ligeras y frescas con limón o vinagre, mientras que en invierno, las versiones más sustanciosas y cremosas con crema y huevo son ideales.

Memorias y libros de cocina como fuente de inspiración

Muchas recetas de sopa de vainas de judías se transmiten de generación en generación en las familias. Pero basta con mirar en viejos libros de cocina o escuchar las memorias de las abuelas para descubrir que este plato no era solo una "alternativa", sino un verdadero tesoro culinario.

Una de las personas mayores, la señora Marie de Vysočina, recuerda: "En verano, siempre teníamos vainas. Mi madre las cocinaba agridulces con un poco de vinagre y mejorana. Con pan, estábamos todos contentos. Hoy en día, los niños prefieren comprar sopa instantánea." Sus palabras reflejan cómo la generación actual se está alejando de los platos caseros simples, aunque son estos los que a menudo encierran la mayor fuerza, no solo nutricional, sino también cultural.

De lo clásico a las variaciones modernas

La versión básica de esta sopa es extraordinariamente simple: se sofríe cebolla en mantequilla, se añaden vainas de judías picadas, se vierte agua o caldo, se sazona con sal, comino, ajo y se cocina hasta que estén tiernas. Se puede complementar con zanahoria rallada, patata o huevo.

Para una versión más cremosa, se puede triturar una parte de las verduras cocidas o usar crema para suavizar. En la cocina moderna, a esta sopa cremosa de vainas de judías se le añade jugo de limón para refrescar, hierbas frescas como perejil o estragón, y en lugar del roux clásico, se utiliza un poco de leche vegetal o crema de almendra, ideal también para veganos.

Las variantes agrias son populares principalmente en Moravia y Silesia. Se añade vinagre al fondo, o crema agria, y el sabor se ajusta con azúcar para lograr un contraste suave. Esta sopa de vainas de judías agridulce es intensamente aromática y combina maravillosamente con pan fresco o un bollo de masa madre.

Una curiosidad es la menos conocida sopa blanca de vainas de judías, que se puede preparar con leche, patatas, mantequilla y un poco de harina. El resultado es una sopa suave y sustanciosa, ideal para niños o como cena ligera.

Apta también para vegetarianos y veganos

Una gran ventaja de la sopa de judías verdes es su versatilidad. Muchas variaciones son naturalmente vegetarianas, y se pueden adaptar fácilmente a una versión vegana. La mantequilla se puede reemplazar con aceite vegetal, la crema con crema de soja o avena, y para espesar, se puede usar harina fina o patatas trituradas. Gracias a ello, puede convertirse en una excelente opción para quienes prefieren una dieta vegetal y al mismo tiempo no quieren sacrificar el sabor y la saciedad.

Además, es una manera ideal de utilizar los excedentes del jardín o del mercado de agricultores. Las vainas de judías se pueden congelar fácilmente, por lo que incluso en los meses de invierno podemos disfrutar de un plato caliente lleno de verduras, que recuerda al jardín de verano.

¿Por qué redescubrir la sopa de judías verdes?

En tiempos en los que cada vez más personas intentan llevar un estilo de vida más saludable y sostenible, el regreso a recetas tradicionales y simples como la sopa de vainas de judías es un paso lógico. Es un plato que no sobrecarga el planeta, es asequible, fácil de preparar y al mismo tiempo muy nutritivo. Contiene un mínimo de ingredientes procesados, sin conservantes ni aditivos ocultos.

En el contexto de la cocina sostenible, también se ofrece la posibilidad de utilizar sobras, como caldo de verduras del día anterior, un poco de crema sobrante o pan más duro como acompañamiento. De esta manera, también se puede contribuir a reducir el desperdicio de alimentos, que actualmente es un tema candente tanto para los hogares como para toda la industria alimentaria.

Además, se demuestra que los alimentos simples y locales no solo son más saludables, sino también más ecológicos. En lugar de ingredientes exóticos que recorren miles de kilómetros, podemos optar por lo que crece a unos pasos de nuestro hogar.

Un poco de inspiración para la cocina

Para finalizar, presentemos una receta simple que cualquiera puede realizar:

Sopa cremosa de judías verdes con crema

Ingredientes:

  • 400 g de vainas de judías frescas o congeladas
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 zanahoria
  • 1 patata grande
  • 2 cucharadas de mantequilla o aceite
  • 1 diente de ajo
  • 1 litro de caldo de verduras
  • 100 ml de crema
  • sal, pimienta, comino
  • perejil fresco

Instrucciones:

  1. Sofríe la cebolla picada y el ajo en mantequilla, añade la zanahoria, patata y vainas de judías cortadas en cubos.
  2. Vierte el caldo, añade sal, pimienta, una pizca de comino y cocina durante unos 20 minutos hasta que estén tiernas.
  3. Tritura una parte de las verduras, añade la crema y cocina brevemente.
  4. Sirve decorado con perejil y con una rebanada de pan de masa madre.

Cualquiera que sea la variante que elijas, una cosa es segura: la sopa de vainas de judías merece su lugar en nuestra mesa. No es solo un recordatorio de tiempos pasados, sino también una solución práctica y sabrosa para la cocina más consciente de hoy. Y quién sabe, tal vez se convierta en tu nuevo plato favorito.

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