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Cómo lidiar eficazmente con la debilidad general y el mareo

¿Qué significa debilidad general y mareos?

Probablemente todos lo hayan experimentado al menos una vez. Uno se despierta por la mañana y, en lugar de la energía habitual, aparece una debilidad general. A esto se suman unos desagradables mareos, y el día que debía estar lleno de actividades se convierte repentinamente en una lucha por realizar tareas básicas. ¿Son estos síntomas solo un desajuste temporal del organismo, o podrían indicar algo más serio?

Precisamente la debilidad general y los mareos son quejas muy comunes con las que las personas visitan al médico. Sin embargo, las causas de estos problemas a menudo se subestiman o se interpretan incorrectamente. Para una comprensión adecuada, es importante centrarse no solo en cómo se manifiestan los síntomas, sino también en cuándo ocurren, cuánto tiempo duran y qué puede empeorarlos.

Según los expertos de la Mayo Clinic, la debilidad y el mareo pueden estar asociados con decenas de condiciones diferentes, desde la deshidratación hasta la presión arterial baja o enfermedades neurológicas. Por ello, es crucial tomar en serio estas señales del cuerpo y buscar su causa a tiempo.

Causas más comunes de debilidad general y mareos

Los mareos y la debilidad pueden tener razones triviales o serias. Entre los desencadenantes más comunes se encuentran:

  • Deshidratación y baja ingesta de líquidos – incluso una deshidratación leve puede llevar a una caída de la presión arterial, causando mareos y fatiga.
  • Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia) – por ejemplo, si una persona omite una comida, el cuerpo no tiene suficiente energía y reacciona con debilidad y mareos.
  • Hipotensión ortostática – una caída repentina de la presión arterial al levantarse rápidamente de una posición sentada o acostada puede causar mareos temporales.
  • Infecciones y enfermedades virales – por ejemplo, la gripe o el COVID-19 a menudo comienzan con debilidad general y mareos.
  • Anemia – la falta de glóbulos rojos significa que los tejidos no reciben suficiente oxígeno, lo que lleva a la fatiga y los desmayos.
  • Factores psicológicosel estrés, la ansiedad o los ataques de pánico a menudo causan una sensación subjetiva de debilidad y la sensación de que el mundo gira.


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Es interesante que en muchos casos la causa no es solo una. Por ejemplo, una persona mayor que tiene anemia leve, bebe poco y al mismo tiempo toma medicación para la presión arterial, puede experimentar una combinación de varios factores que llevan a los mareos y el agotamiento.

Cuándo prestar atención y buscar un médico

Los mareos después de un día largo y agotador generalmente no son motivo para correr inmediatamente al médico; usualmente son solo el resultado del cansancio, la deshidratación o la simple sobrecarga. Pero si la debilidad general y los mareos comienzan a repetirse, aumentan gradualmente o están acompañados de otros síntomas desagradables, debería encenderse una luz de advertencia en la mente de la persona y no posponer la visita al médico. Especialmente cuando aparecen señales de advertencia que no se pueden ignorar, como problemas repentinos para hablar, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, o problemas de visión, que pueden indicar un posible síntoma de un derrame cerebral.

Del mismo modo, merece una respuesta rápida un dolor de cabeza intenso que aparece de repente y la persona siente que nunca ha experimentado algo peor. Esto puede ir acompañado de pérdida de conciencia, vómitos incontrolables, confusión o desorientación total; todos estos son estados que definitivamente no pertenecen a la lista de cosas que "pasarán por sí solas". En tales momentos, simplemente no hay que esperar.

Un ejemplo de la vida muestra cuán importante es prestar atención a las señales de advertencia. La señora Jana (47 años) experimentó durante algunas semanas sensaciones de debilidad y ligeros mareos, que atribuía al agotamiento del trabajo. Sin embargo, cuando se sumaron problemas para hablar y debilidad en el brazo derecho, buscó ayuda. Resultó que había sufrido un pequeño accidente cerebrovascular. Gracias a su rápida reacción y tratamiento oportuno, evitó consecuencias más graves.

Cómo ayudarse si la debilidad general y los mareos atacan

Cuando te sorprenden mareos y fatiga repentinos, no es necesario entrar en pánico y correr a urgencias. A veces basta con sentarse tranquilamente, evitar movimientos bruscos y reponer líquidos, ya que la deshidratación puede ser bastante problemática. Un pequeño tentempié rico en azúcares y proteínas también puede hacer maravillas y unas cuantas respiraciones profundas ayudan a controlar el estrés, que a menudo empeora la situación. Si los problemas no desaparecen o empeoran, mejor no dudes y consulta a un médico.

Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada persona debería beber al menos de 2 a 2,5 litros de líquidos al día, lo que puede ser una prevención fundamental contra la deshidratación y problemas posteriores.

Estilo de vida como clave para la prevención

A largo plazo, se puede prevenir la debilidad general y los mareos ajustando el estilo de vida. Un sueño regular, una ingesta adecuada de líquidos, una dieta equilibrada y la reducción del estrés son los pilares básicos de la prevención.

Fuertes argumentos para un estilo de vida saludable los aporta, por ejemplo, un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet, que muestra que las personas que mantienen un ejercicio regular y una dieta saludable tienen una menor incidencia no solo de enfermedades cardiovasculares, sino también de fatiga crónica y mareos.

También es importante controlar regularmente la presión arterial y el nivel de azúcar en la sangre, especialmente si hay una predisposición genética a estas enfermedades en la familia. La identificación temprana de problemas puede prevenir complicaciones más graves.

Cuándo enfocarse en un enfoque alternativo

Muchas personas buscan alivio también en métodos naturales. Los adaptógenos, como el ginseng, pueden según algunos estudios apoyar la vitalidad y la resistencia del organismo al estrés. Sin embargo, también es importante ser cauteloso y consultar el uso de preparados herbales con un experto, especialmente si la persona está tomando otros medicamentos.

Otra opción puede ser la atención plena y la meditación. Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine muestra que la meditación regular ayuda a reducir el estrés, que a menudo es una causa oculta de debilidad y mareos.

Escuchar a tu propio cuerpo vale la pena

No es necesario entrar en pánico con cada ráfaga de debilidad. Pero tampoco es bueno ignorar estas señales. El cuerpo es sabio y la debilidad general o los mareos son su manera de advertir que algo no está en equilibrio.

“Nuestro cuerpo está constantemente comunicándose con nosotros, solo que hemos olvidado cómo escuchar”, dice la médica estadounidense y autora de bestsellers Lissa Rankin.

Prestar atención a tus sensaciones, cuidar de tu salud física y mental y no tener miedo de pedir ayuda profesional son las claves para que la debilidad y los mareos no sean un espantapájaros, sino solo una advertencia que nos hace vivir de manera más saludable y consciente.

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