facebook
Los pedidos realizados antes de las 12:00 horas se envían inmediatamente | Envío gratis en pedidos superiores a 80 EUR | Cambios y devoluciones gratuitos dentro de los 90 días

¿Qué puede significar el dolor en la axila? Una molestia inesperada que merece atención

El dolor en la axila es uno de los problemas de salud menos comunes pero no por ello menos preocupantes. No es un lugar donde normalmente esperaríamos dolor, por lo que puede sorprender aún más cuando aparece de repente un dolor agudo, una presión tirante o un dolor sordo sin causa aparente. El dolor repentino en la axila puede sorprender, pero también el dolor prolongado, que persiste durante semanas, puede ser fuente de ansiedad. ¿Qué podría estar ocurriendo en la axila y cómo saber cuándo es momento de prestar atención?

¿Por qué duele la axila?

La axila es un área donde se encuentran no solo muchas glándulas sudoríparas, sino principalmente una gran cantidad de ganglios linfáticos, terminaciones nerviosas y tejidos blandos. Cualquier irritación, inflamación o sobrecarga mecánica en esta área puede manifestarse como dolor. Puede ser algo trivial, como la irritación de la piel después del afeitado, pero también podría ser un síntoma de algo más serio, como un problema con los ganglios en la axila o dolor referido desde otra parte del cuerpo.

Una de las preguntas frecuentes es qué significa el dolor en la axila sin bulto. Cuando aparece un bulto en la axila, la mayoría de las personas piensan en ganglios linfáticos agrandados, un quiste o un absceso. Sin embargo, si el dolor persiste sin ninguna protuberancia palpable, puede ser aún más confuso. Esto significa que el problema está más profundamente escondido, en los nervios, músculos o en lugares que no son visibles ni palpables a simple vista.

Ganglios linfáticos bajo vigilancia

Los ganglios linfáticos desempeñan un papel clave en nuestro sistema inmunológico. Funcionan como filtros que atrapan bacterias, virus y otras sustancias extrañas circulantes en la linfa. Cuando están sobrecargados o respondiendo a una infección, pueden agrandarse y doler. El dolor en los ganglios de la axila puede ser una reacción a un resfriado común, la gripe o una inflamación en el área del pecho, hombro o brazo.

En algunos casos, sin embargo, puede ser una reacción a una enfermedad más grave, como trastornos autoinmunitarios o incluso enfermedades malignas. Es importante observar otros síntomas, como sudoración nocturna, fiebre, pérdida de peso inexplicable o fatiga persistente. En tales casos, es aconsejable visitar al médico.

Por otro lado, no es raro que el dolor en los ganglios se origine por esfuerzo físico, como después de un ejercicio prolongado con pesas, donde se produce una distensión de los músculos pectorales que se extienden hasta la axila. Este tipo de dolor suele ser sordo, simétrico y desaparece en unos pocos días.

Cuando el dolor llega de repente

El dolor repentino en la axila a menudo está relacionado con la irritación o pinzamiento de un nervio. Un ejemplo típico es el llamado síndrome cervicobraquial, una condición en la que los nervios que salen de la columna cervical son comprimidos y el dolor se transmite al hombro, brazo y también a la axila. Puede ser un dolor agudo, ardiente o como una descarga eléctrica que empeora con ciertos movimientos o cambios de posición corporal.

De manera similar, el dolor también puede surgir por inflamación de los tendones o inserciones en el área de la articulación del hombro. Aunque el problema proviene del hombro, el paciente puede sentirlo más en la axila. Este tipo de dolor a menudo se extiende también a la parte superior del pecho o la espalda.

Un ejemplo de la vida real es la historia de la señora Lenka, una mujer de cuarenta años que comenzó a sentir un dolor agudo en la axila izquierda mientras conducía. Al principio, lo atribuyó a una mala postura o sobrecarga, pero el dolor no desaparecía y finalmente la llevó a consultar a un médico. Después de una serie de exámenes, se descubrió que tenía una hernia de disco cervical que comprimía un nervio que se dirigía al brazo. El dolor en la axila era solo un "reflejo" de un problema en una parte completamente diferente del cuerpo.

Dolor prolongado que no desaparece

Una categoría especial es el dolor prolongado en la axila, que persiste durante semanas o incluso meses sin una causa aparente. Este tipo de dolor a menudo está relacionado con inflamaciones crónicas, cambios hormonales (por ejemplo, durante la menopausia) o trastornos funcionales de la columna vertebral y la postura. En las mujeres, también puede ocurrir en relación con el ciclo menstrual: los cambios hormonales pueden causar el agrandamiento del tejido mamario y la tensión asociada en la axila.

La psicosomática desempeña un papel importante en estos casos. El estrés prolongado, la tensión y la ansiedad pueden "asentarse" en grupos musculares específicos, que luego están sobrecargados y doloridos. La axila, como área que conecta las extremidades superiores con el pecho, es uno de los lugares que está bajo la influencia del estrés postural y emocional.

A veces la causa está oculta en los hábitos diarios, como el uso de un sostén muy ajustado, una técnica incorrecta al hacer ejercicio o una carga unilateral en el trabajo, donde un brazo realiza un movimiento repetitivo. El resultado puede ser irritación crónica de los tejidos blandos y un desequilibrio muscular.

Cuándo prestar atención y qué observar

Aunque el dolor en la axila a menudo no significa nada grave, existen situaciones en las que debería sonar una alarma. Debería prestar atención cualquier persona que:

  • note un agrandamiento significativo de los ganglios en la axila o dolor al tocarlos,
  • tenga dolor prolongado sin causa aparente (más de tres semanas),
  • experimente síntomas generales, como fatiga inexplicable, fiebre o sudoración nocturna,
  • descubra dolor en la axila combinado con dolor en el pecho, que podría indicar problemas cardíacos,
  • tenga antecedentes de enfermedad maligna, especialmente cáncer de mama o linfoma.

En estos casos, es recomendable consultar a un médico de cabecera, quien puede recomendar exámenes específicos, como ultrasonido de ganglios, análisis de sangre o métodos de imagen.

Prevención y alivio: qué puede hacer de inmediato

No todo se puede influir, pero algunas causas de dolor en la axila se pueden prevenir eficazmente. La clave es escuchar a su cuerpo y adaptar su rutina diaria en consecuencia. Al practicar deportes y ejercicios, es importante no descuidar el calentamiento y la técnica adecuada. El entorno laboral debería apoyar una correcta postura y ergonomía: estar sentado en una posición sin respaldo puede llevar a bloqueos y dolores subsecuentes.

Para las mujeres, un sostén bien elegido puede marcar una gran diferencia. La ropa interior ajustada o mal ajustada puede presionar la axila, impedir el flujo libre de la linfa y causar dolor e hinchazón.

Y si ya aparece el dolor en la axila, a veces basta con poco, como una compresa caliente, un masaje suave en el área o descanso. En caso de sospecha de inflamación, también puede ayudar el apoyo natural a la inmunidad, como la equinácea, el jengibre o el aumento de la ingesta de vitamina C.


Pruebe nuestros productos naturales

Como dice la doctora y especialista en dolor Dra. Jana Ševčíková: "El dolor es una señal de que el cuerpo pide atención. Aunque no siempre sea algo grave, es importante no ignorarlo. A veces basta con ajustar el estilo de vida y cuidarse más."

En cualquier caso, si el dolor persiste o empeora, siempre es mejor dejar que sea evaluado profesionalmente que confiar en que "se irá solo". El cuerpo tiene sus maneras de decirnos que algo no está bien, y la axila, aunque discreta, puede ser precisamente el lugar donde se manifieste primero.

Compartir
Categoría Buscar en