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Paté de hígado casero - receta tradicional con un enfoque moderno

El aroma del pan recién horneado, la textura suave y el sabor intenso: todo eso puede ofrecer un auténtico paté de hígado casero. Ya sea que lo sirvas como aperitivo en una cena festiva o lo untes en un pan para el desayuno, una cosa es segura: el paté casero tiene su encanto inconfundible. En estos días, cuando cada vez más personas buscan formas de comer de manera más saludable, sin aditivos innecesarios y con énfasis en ingredientes locales, el paté de hígado tradicional está experimentando un pequeño regreso.

Quizás te preguntes por qué alguien se molestaría en hacer paté en casa cuando está lleno de ellos en las neveras de cualquier supermercado. La respuesta es simple: calidad, sabor y control sobre los ingredientes. La mayoría de los patés que se venden comúnmente contienen conservantes, saborizantes, almidón o incluso soja que se utilizan para prolongar la vida útil o reducir los costos de producción. Pero si eliges la variante casera, obtendrás un producto no solo más sabroso, sino también más saludable.

Paté de hígado de pollo – suavidad que amarás

La mayoría de las recetas tradicionales de paté de hígado se basan en el uso de hígado de cerdo, pero las variantes con hígado de pollo son cada vez más populares. Estos tienen un sabor más suave y una textura más delicada, además de ser fácilmente accesibles y económicamente favorables. La receta de paté de hígado de pollo es ideal incluso para aquellos que recién comienzan con la preparación casera.

¿Cómo hacerlo entonces?

Receta - Paté de hígado de pollo suave

Ingredientes:

  • 500 g de hígado de pollo
  • 1 cebolla grande
  • 2–3 dientes de ajo
  • 100 ml de crema para batir (33 %)
  • 100 g de mantequilla + 50 g para cubrir
  • 1 cucharada de brandy o coñac de calidad (opcional)
  • Sal, pimienta, tomillo, nuez moscada

Preparación:

  1. Limpia bien los hígados y quítales las membranas. En una sartén derrite la mitad de la mantequilla, añade la cebolla picada y deja que se vuelva translúcida.
  2. Agrega el ajo, el tomillo y los hígados. Cocina durante aproximadamente 5–7 minutos, hasta que los hígados estén rosados por dentro pero no crudos. Cuidado con cocinarlos en exceso, ya que se pondrían duros.
  3. Salpimienta, añade la nuez moscada y, si deseas, el coñac, dejando que se evapore brevemente.
  4. Deja que la mezcla se enfríe un poco y luego tritúrala con el resto de la mantequilla y la crema hasta obtener una consistencia suave y homogénea.
  5. Transfiere el paté a frascos o recipientes pequeños y cubre la superficie con mantequilla derretida para evitar la oxidación.
  6. Conserva en el refrigerador, donde durará hasta 5 días.

Este paté te sorprenderá con su consistencia aterciopelada y su sabor equilibrado. Es perfecto para pan de masa madre fresco o tostadas, pero también puedes servirlo como parte de una tabla de tapas con verduras en escabeche, aceitunas o peras en conserva.

¿Cómo personalizar el paté a tu gusto?

El paté es, de hecho, un ejemplo perfecto de una receta que se puede adaptar fácilmente a los gustos y a los ingredientes disponibles. A algunos les gusta un sabor más intenso a hígado, mientras que otros prefieren una variante más suave y cremosa. Según esto, se puede cambiar la proporción de mantequilla, crema o agregar diferentes tipos de especias.

Un consejo interesante puede ser, por ejemplo, añadir ciruelas pasas o arándanos, que se cocinan ligeramente en alcohol y luego se trituran junto con los hígados, dándole al paté un toque ligeramente dulce. Las nueces, como las nueces o avellanas, dan una estructura y sabor interesantes.

Una variante popular es también el llamado paté campesino (terrina), donde la mezcla de hígado no se tamiza hasta quedar suave, sino que se deja más gruesa, con trozos de carne o verduras. Se hornea al baño maría y se sirve cortado en rodajas, a menudo con pepinillos o mostaza.

¿Es más saludable el paté casero?

Definitivamente. Cuando preparas paté de hígado en casa, sabes exactamente lo que estás comiendo. Nada de aditivos, grasas baratas o potenciadores de sabor. Además, el hígado es muy nutritivo: contiene una gran cantidad de hierro, vitamina A, vitaminas del grupo B y otros minerales importantes. Por supuesto, se aplica que todo en moderación. El hígado, debido a su alto contenido de vitamina A, no debe consumirse diariamente, pero como parte de una dieta variada, es una excelente elección.

Y si alguien teme el sabor del hígado, precisamente la preparación casera es la manera ideal de llegar a amarlo: el paté suave con hierbas y crema gusta incluso a aquellos que generalmente no comen hígado.


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Ejemplo real - cómo el paté casero cambió los desayunos familiares

Una familia de Pilsen compartió en las redes sociales cómo la elaboración de paté casero cambió su perspectiva de los desayunos. "Antes comprábamos diferentes untables en la tienda, pero a los niños no les gustaban mucho. Cuando hicimos paté casero por primera vez, no podíamos creerlo. No solo desapareció en un día, sino que los niños querían saber cuándo haríamos más. Ahora, ya tenemos la receta en nuestro pequeño cuaderno familiar y probamos diferentes variantes: con hongos, con manzanas, con vino de oporto..."

Este tipo de ejemplo muestra cómo un simple paso, como preparar paté casero, puede transformar momentos comunes en algo extraordinario.

Consejos para almacenar y servir el paté

Conserva el paté en recipientes cerrados, idealmente cubriendo la superficie con mantequilla derretida o manteca, para evitar la oxidación. En el refrigerador durará hasta 5 días, pero si lo envasas al vacío o lo congelas, puedes disfrutarlo más tarde. Congélalo en porciones pequeñas que se puedan descongelar fácilmente para uso individual.

Al servirlo, déjalo reposar unos minutos a temperatura ambiente: así se destacará mejor su sabor y aroma. Combina excelentemente con cebolla en escabeche, semillas de mostaza o pan casero. Y si quieres impresionar a tus invitados, sírvelo en una tabla de madera con hierbas frescas, pepinillos y rodajas de manzanas o higos.

El paté casero como parte de un estilo de vida sostenible

Hacer paté de hígado casero no solo es un regreso a las tradiciones, sino también un paso hacia un estilo de vida más sostenible. En lugar de productos industrializados llenos de envases de plástico, prepararás un plato auténtico con ingredientes de calidad de productores locales. Y al usar vísceras como el hígado, también reduces el desperdicio alimentario, cumpliendo con la filosofía "de la nariz a la cola", es decir, el consumo del animal sin desperdicio innecesario.

Como dice el famoso chef y defensor de la cocina local Anthony Bourdain: "Usa cada parte del animal. De lo contrario, sería solo una muerte sin sentido."

Puede sonar dramático, pero este enfoque ayuda no solo a conservar recursos, sino también a construir respeto por los alimentos y la naturaleza.

Entonces, ¿preferirás la próxima vez un trozo de paté casero en lugar de un untable de carne anónimo de la tienda? Tus papilas gustativas y tu cuerpo te lo agradecerán.

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