
La receta de ajvar trae el sabor de los Balcanes a tu cocina.

Ajvar - el tesoro balcánico en un frasco que amarás
Cuando se menciona los Balcanes, muchos piensan en vacaciones de verano en el mar, gente hospitalaria y platos llenos de deliciosa comida. Y precisamente la comida en esta región está profundamente enraizada en la cultura y la vida cotidiana. Uno de los tesoros culinarios típicos, que ha conquistado los corazones de los gourmets más allá de las fronteras de la antigua Yugoslavia, es el ajvar: una pasta de verduras picante que, por su sabor y color, recuerda al sol del sur.
Este plato rojo intenso, cuyo nombre se deriva supuestamente de la palabra turca havyar (caviar), tiene muchas versiones, pero la base sigue siendo la misma: pimientos, un poco de aceite, ajo y a veces berenjena. Y aquí radica el encanto del ajvar: en la simplicidad y calidad de los ingredientes utilizados.
Ajvar macedonio como historia de tradición
La variante más conocida y respetada es sin duda el ajvar macedonio, que incluso tiene una denominación de origen protegida en la Unión Europea. En Macedonia, su preparación se ha convertido en un ritual anual. A finales del verano, cuando los mercados están llenos de pimientos rojos dulces, las familias se reúnen para asar, pelar y mezclar todo el día. El resultado son decenas de frascos que deben abastecerles durante todo el invierno.
La preparación del ajvar tradicional lleva tiempo, pero como dice un dicho local: "El ajvar no se hace para mañana, sino para el invierno." En algunas familias, su producción se transmite de generación en generación, como una preciada herencia familiar. Y no es de extrañar: el sabor de un buen ajvar casero es pleno, dulce, ligeramente ahumado y con un toque sutil en el paladar.
Receta auténtica de ajvar - cómo hacerlo en casa
Si te anima preparar ajvar auténtico en casa, el momento ideal para empezar es a finales del verano o principios del otoño, cuando los pimientos están en su mejor momento.
Ingredientes:
- 3 kg de pimientos rojos (o pimientos carnosos)
- 1 berenjena grande
- 3–4 dientes de ajo
- 150 ml de aceite de girasol
- sal al gusto
- opcionalmente guindilla para una versión más picante
Preparación:
- Lava los pimientos y la berenjena, sécalos y hornéalos (o ásalos a la parrilla) a 220 °C hasta que la piel se queme. Esta fase es la que da al ajvar su típico sabor ahumado.
- Pon las verduras asadas en un bol y cúbrelas con un paño o film alimentario: así la piel se desprenderá fácilmente. Déjalas reposar 15 minutos.
- Pela las pieles y los tallos y elimina las semillas. Tritura o muele las verduras, según la textura que prefieras.
- Calienta el aceite en una olla y añade la mezcla de pimientos y berenjena. Cuece a fuego lento durante 1–2 horas, removiendo con frecuencia, preferiblemente con una cuchara de madera.
- Al final, agrega el ajo machacado, sal y, si lo deseas, guindilla. Cocina otros 10–15 minutos.
- Llena frascos limpios con el ajvar caliente, ciérralos bien y colócalos boca abajo, o esterilízalos.
¿El resultado? Una pasta cremosa y aromática que sabe deliciosa en pan fresco, con carne asada, como guarnición de queso o incluso como base de pizza.
¿Ajvar sin berenjena? También es posible
Para aquellos que no les gusta la berenjena o la evitan por diversas razones, existe una receta de ajvar sin berenjena más sencilla. Aunque la berenjena ayuda a suavizar la consistencia y el sabor, se puede omitir por completo sin que el resultado pierda su encanto.
Solo necesitas aumentar la cantidad de pimientos o añadir una menor cantidad de tomates asados para equilibrar el sabor. El resultado es una pasta más suave y dulce, adecuada incluso para niños pequeños o aquellos que prefieren sabores más suaves.
Ajvar balcánico en el mundo y en la cocina
Con el tiempo, el ajvar se ha extendido más allá de las fronteras de los Balcanes. Hoy en día se puede encontrar en los estantes de los supermercados de toda Europa, pero el casero sigue siendo insuperable. En países como Serbia, Bosnia o Croacia, se utiliza de manera similar a cómo usamos la mostaza o el chutney. Acompaña excelentemente salchichas a la parrilla, čevapi o incluso patatas asadas.
Una de las pruebas más convincentes de lo versátil que es el ajvar es su conexión natural con las tendencias modernas de alimentación: es vegano, sin gluten y rico en fibra. Combinado con pan integral o como ingrediente de un sándwich, representa no solo una opción deliciosa, sino también nutritiva.
Historia rural - ajvar como evento social
En el sur de Serbia, en un pueblo cerca de la ciudad de Leskovac, se celebra anualmente una festividad llamada "Ajvarijada". Los locales compiten por preparar el mejor ajvar, y la elección del jurado se toma muy en serio. Además, es un gran evento social: la gente trae sus propios frascos, prueba, baila y comparte recetas.
Una de las participantes, la señora Rada, prepara ajvar según la receta de su abuela. "Todo está en la paciencia y en los pimientos de calidad. No se puede apresurar. Un buen ajvar es como el vino: necesita tiempo", dice sonriendo. Su versión, ligeramente picante, con una gota de vinagre de manzana, ganó el primer premio en 2019.
Ajvar en casa y de forma ecológica
Hacer ajvar casero no solo es una experiencia culinaria, sino también un paso hacia un estilo de vida más sostenible. En lugar de las variantes compradas en envases de plástico, puedes utilizar verduras de temporada del mercado o de tu propio jardín y envasarlas en frascos reutilizables. Además, decides cuánto aceite o sal usar, adaptando así el producto final a tus necesidades.
Y si no te apetece pasar todo el día en la cocina, puedes encontrar productores locales que preparan ajvar en pequeñas series, idealmente sin conservantes y con ingredientes orgánicos. Así apoyas la economía local y obtienes un producto delicioso con historia.
El ajvar es un gran ejemplo de cómo una receta simple con pocos ingredientes puede convertir una comida común en una experiencia gourmet. Ya prefieras el estilo macedonio tradicional o busques una versión más rápida sin berenjena, una cosa es segura: el ajvar casero encontrará un lugar no solo en tu despensa, sino también en tu mesa.