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Cómo la rutina en los alimentos ayuda a fortalecer la salud vascular

¿Qué es la rutina y por qué debería interesarte?

En los últimos años, cada vez más personas se están volcando hacia fuentes naturales de nutrientes y compuestos que pueden apoyar la salud y la vitalidad. Uno de los compuestos bioactivos menos conocidos, pero no por ello menos interesantes, es la rutina: un flavonoide de origen natural que tiene varios efectos positivos en el organismo humano. Aunque su nombre pueda sonar un poco técnico, la rutina se encuentra comúnmente en una variedad de alimentos habituales que probablemente ya tienes en tu cocina.

¿Te interesa saber cómo la rutina puede fortalecer tu salud y en qué alimentos se encuentra naturalmente? Vamos a descubrir juntos qué papel juega en la dieta, cómo funciona en el cuerpo y por qué deberías prestar atención a su consumo, ya seas un amante del estilo de vida saludable o simplemente quieras darle a tu cuerpo lo mejor sin complicados suplementos nutricionales.

Cómo funciona la rutina y por qué el cuerpo la necesita

La rutina pertenece a los llamados flavonoides, compuestos vegetales que tienen fuertes efectos antioxidantes. Esto significa que ayuda al cuerpo a combatir los radicales libres, que pueden dañar las células, acelerar el proceso de envejecimiento y contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas. Pero sus beneficios no terminan ahí.

Uno de los efectos más destacados de la rutina es su capacidad para fortalecer los capilares y las paredes vasculares. Por ello, es valorada en el tratamiento de varices, hemorroides o hinchazones causadas por mala circulación sanguínea. Según algunos estudios, también ayuda a reducir la permeabilidad de los vasos sanguíneos, lo que previene la aparición de hinchazones y moretones. Además, tiene efectos antiinflamatorios y puede contribuir a la calma general del organismo, especialmente en personas con condiciones inflamatorias crónicas.

La rutina también participa en una mejor utilización de la vitamina C en el cuerpo, aumentando su eficacia y ayudando a su conservación en los tejidos. No es casualidad que estas dos sustancias a menudo se encuentren en los mismos alimentos o se combinen en suplementos dietéticos.

Rutina en la dieta común: ¿de dónde obtenerla?

Te sorprenderá saber que la rutina no es un compuesto exótico que deba sintetizarse en un laboratorio o buscarse en costosos suplementos. Es una parte natural de muchos alimentos vegetales; solo necesitas saber dónde buscarla.

Los alimentos con el mayor contenido de rutina son principalmente aquellos conocidos por su color intenso o perfil típicamente agridulce. Aunque la cantidad específica puede variar según las condiciones de cultivo, madurez y variedad, hay alimentos que contienen rutina en cantidades realmente significativas:

  • Alforfón (trigo sarraceno): definitivamente la fuente natural más rica en rutina. Su concentración en el trigo sarraceno sin pelar puede alcanzar hasta 500 mg por cada 100 gramos. Especialmente las cáscaras (conocidas como cascarillas de trigo sarraceno), que se utilizan comúnmente en cojines, son extremadamente ricas en rutina. Pero también la harina de trigo sarraceno o el trigo sarraceno cocido son excelentes fuentes.
  • Cítricos: especialmente la cáscara de limones y naranjas contiene un alto contenido de rutina. Aunque la pulpa no tanto, en la capa blanca bajo la cáscara (conocida como albedo) se encuentra una cantidad considerable.
  • Manzanas: especialmente su cáscara es rica no solo en vitamina C, sino también en flavonoides, incluida la rutina.
  • Frutos oscuros: los arándanos, moras y grosellas negras son excelentes fuentes de antioxidantes, y la rutina definitivamente forma parte de ellos.
  • Verduras de hoja: como la espinaca, col rizada o ruibarbo contienen una cantidad menor pero aún significativa.
  • Tomates: especialmente los tomates secos o el concentrado de tomate tienen una mayor concentración de esta sustancia que los tomates frescos.
  • Té negro y verde: incluso una taza caliente de té puede contribuir a la ingesta diaria de rutina, especialmente si se prepara con hojas de calidad.

Es interesante que la rutina se conserva parcialmente incluso después de la cocción. Por ejemplo, al cocinar trigo sarraceno, su cantidad se reduce solo un poco, lo que hace de este grano un excelente candidato para el consumo diario.

Cómo incluir fácilmente la rutina en tu dieta

Imagina una familia que intenta comer saludablemente pero no quiere pasar horas en la cocina. La madre prepara para la cena un risotto de trigo sarraceno con verduras asadas y añade a las hijas una ensalada de frutas de manzanas, arándanos y naranjas como postre. Todos se sirven una taza de té verde. Sin saberlo, han hecho más por sus vasos sanguíneos y protección antioxidante que la mayoría de las personas en todo el día.

No se trata de calcular miligramos de rutina en cada comida, sino de tener una dieta colorida y vegetal donde estos compuestos aparecen naturalmente y de manera regular. Si además incluyes ocasionalmente panqueques de trigo sarraceno, batidos de cítricos o pastel de manzana con cáscara, habrás ganado.

¿Cuándo es adecuado complementar la rutina con suplementos?

Aunque lo ideal es obtener la rutina de la dieta común, hay situaciones en las que los suplementos de rutina pueden tener sentido. Por ejemplo, en personas con fragilidad capilar aumentada, tendencia a los moretones, varices o durante la convalecencia después de una operación. En tales casos, siempre es recomendable consultar a un médico o nutricionista calificado.

En el mercado existen también productos que combinan rutina con vitamina C, lo que aumenta su eficacia. Sin embargo, es importante prestar atención a la dosificación: la dosis diaria recomendada de rutina suele oscilar entre 50 y 500 mg, dependiendo de las necesidades y el estado de salud.


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Por qué una dieta basada en plantas también es una victoria para el planeta

Uno de los beneficios menos mencionados de los flavonoides, incluida la rutina, es su impacto ecológico. Los alimentos ricos en rutina, como el trigo sarraceno, frutas, verduras y té, provienen de fuentes vegetales cuyo cultivo tiene una huella ecológica significativamente menor en comparación con la producción animal. Por ejemplo, el trigo sarraceno no es exigente en agua, crece rápidamente, no requiere tratamiento químico y a menudo se cultiva en calidad orgánica.

Además, la diversidad de una dieta vegetal rica en nutrientes, como la rutina, apoya no solo la salud humana sino también la regeneración del suelo, la biodiversidad y la agricultura sostenible. Como dice el conocido refrán: "Lo que es bueno para ti, debería ser bueno también para el planeta".

No se trata de dogmas dietéticos o recomendaciones exageradas. Se trata de pequeños cambios que se suman: sustituir la harina blanca por harina de trigo sarraceno, preferir frutas frescas sobre galletas o disfrutar de más hojas verdes en el plato.

Cuando nos damos cuenta de que la salud comienza en el plato, y que precisamente una dieta vegetal variada es la clave no solo para la vitalidad sino también para un planeta más saludable, incluso un compuesto tan discreto como la rutina adquiere un nuevo significado en el mundo de la nutrición.

Y ahí radica su magia.

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