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Cómo reaccionar adecuadamente a la fiebre de 39 en niños y no entrar en pánico

Qué hacer cuando un niño tiene fiebre de 39 °C

La fiebre en los niños suele ser una gran fuente de preocupación. Especialmente si el termómetro marca 39 °C o más, los padres a menudo entran en pánico. No es de extrañar, ya que la fiebre alta suele percibirse como una señal de una enfermedad grave. Pero, ¿qué pasa si el niño parece estar relativamente bien por lo demás? ¿Y cuándo es momento de acudir al médico?

En foros de internet y discusiones, los padres a menudo buscan la respuesta a la pregunta: "¿Qué hacer con una fiebre de 39 °C en niños?" Mientras que algunos recomiendan tratamiento en casa y reposo, otros aconsejan llamar inmediatamente a emergencias. ¿Cómo saber qué es lo correcto?

La fiebre como un mecanismo de defensa natural

La fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un síntoma de que el cuerpo está luchando contra una infección, generalmente de origen viral o bacteriano. En los niños, el sistema inmunológico aún está en desarrollo, por lo que a menudo responde a las infecciones de manera más intensa que en los adultos.


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La temperatura corporal normalmente se mantiene entre 36,5 y 37,5 °C. Pero cuando ocurre una infección, el cuerpo eleva la temperatura, ya que una temperatura más alta ralentiza la reproducción de virus y bacterias. Solo cuando la temperatura alcanza los 38 °C hablamos de fiebre. Y si el niño llega a tener una temperatura de 39 °C, la situación ya requiere atención, aunque aún no necesariamente pánico.

Cuando el termómetro marca 39 °C

No todas las fiebres son igual de peligrosas. Primero es importante observar el estado general del niño, su comportamiento, su régimen de hidratación y su reacción a los medicamentos. Si el niño tiene fiebre alta pero sigue jugando, responde a estímulos, bebe líquidos y no vomita, generalmente la situación no es aguda.

Por otro lado, si el niño parece decaído, está lánguido, se niega a beber, respira aceleradamente o duerme de manera inusual, es recomendable contactar al médico. Los bebés menores de tres meses también son un grupo de riesgo: en ellos, cualquier temperatura superior a 38 °C debe ser evaluada por un pediatra.

Los padres a menudo preguntan en los foros: "¿Qué hacer con una fiebre de 39 °C en niños? Las discusiones dicen de todo, desde compresas hasta antibióticos. ¿Cómo entenderlo?" La respuesta es simple y complicada a la vez: depende de las circunstancias. Pero hay algunos consejos universales que pueden ayudar.

Cómo actuar ante fiebre alta en niños

Lo más importante es asegurarse de que el niño tenga descanso, suficiente ingesta de líquidos y se monitoreen los cambios en su estado. Sin embargo, algunos pasos prácticos pueden ayudar mucho a los padres:

  1. Reduce la fiebre si el niño se siente mal. No se trata del número en el termómetro, sino de cómo el niño tolera la fiebre. Si está cansado, lloroso, no duerme o suda y está caliente al tacto, es momento de actuar.
  2. Usa medicamentos adecuados para reducir la fiebre. En niños, se recomienda con mayor frecuencia paracetamol o ibuprofeno, siempre en la dosis correcta según el peso del niño. Nunca administres aspirina, ya que puede causar complicaciones graves en los niños.
  3. Asegura una adecuada hidratación. La fiebre aumenta la pérdida de líquidos por sudoración y respiración acelerada. Ofrece al niño agua, té o soluciones de rehidratación con cucharitas si no quiere beber en grandes cantidades.
  4. No fuerces a tu hijo con compresas si no las tolera. Algunos niños no toleran compresas o baños tibios, y el estrés de ellos puede empeorar la situación. Mejor opta por ropa ligera y un ambiente bien ventilado.

Un ejemplo útil puede ser la situación de una madre de un niño de dos años que compartió su experiencia en un conocido foro para padres. Su hijo tenía una temperatura de 39,2 °C por la noche, pero seguía jugando, comiendo y estaba activo. En lugar de acudir a emergencias, optó por administrar ibuprofeno, le ofreció con miel y en dos horas la temperatura bajó a 38 °C. En la mañana ya estaba bien. Contactó al médico más tarde cuando las temperaturas se repitieron al tercer día.

Cuándo es necesario buscar atención médica

A veces es simplemente necesario no esperar y llamar al médico, incluso si la fiebre del niño no parece dramática. Debes poner atención si el bebé de menos de tres meses tiene una temperatura superior a 38 °C, si la fiebre dura más de tres días sin mejoría, o si el niño tiene dificultad para respirar, vomita, no quiere beber o orina menos. También deben alarmarte las erupciones, convulsiones, comportamiento extraño o respuestas lentas; en resumen, cuando algo es visiblemente diferente en el niño de lo habitual.

Los pediatras a menudo señalan que la fiebre en sí no es razón para el pánico, pero su evolución y síntomas acompañantes pueden ser señales de una enfermedad más grave. Si no estás seguro, no es vergonzoso llamar al médico o utilizar los servicios de urgencias pediátricas.

Discusión de padres

Al revisar los foros para padres, se puede encontrar una amplia gama de consejos de madres experimentadas y novatos dubitativos. El papel clave lo juega el intercambio de experiencias, pero es aquí donde es importante tener cuidado.

Por ejemplo, a menudo aparecen recomendaciones para suplementos naturales o hierbas. En algunos casos, pueden ser útiles, pero siempre hay que recordar que con los niños se debe ser cauteloso, especialmente con los menores de 3 años. No todo lo que ayuda a los adultos es adecuado para los niños.

Los trucos simples funcionan especialmente bien, en los que los padres confían: ventilar regularmente asegura aire fresco, la ropa ligera y transpirable ayuda a los niños a soportar el calor, funcionan bien las bebidas frías o las papillas de frutas y, por supuesto, no debe faltar la tranquilidad y el descanso sin influencias perturbadoras innecesarias.

Una madre describió cómo su hija rechazaba el jarabe para la fiebre, así que se lo daba con una jeringa de la farmacia, poco a poco y con pausas. Al final, la niña lo tomó sin llorar. Estos trucos simples a menudo ayudan más que consejos como "dale sopa con jengibre".

Cuándo no intervenir de inmediato

También hay momentos en los que no es necesario reducir la fiebre de inmediato. Si el niño está bien por lo demás, bebe, juega y solo tiene una temperatura elevada de alrededor de 38–39 °C, puede ser beneficioso no reducir la temperatura y dejar que el cuerpo luche. Como resume la pediatra MUDr. Eva Fišerová: "No todas las fiebres debemos apagar. Si el niño tolera bien la temperatura, estamos dando espacio a la inmunidad."

Los padres en las discusiones a menudo comparten sus preocupaciones: ¿qué pasa si pasan por alto un problema grave? La respuesta es que la intuición de los padres suele ser fuerte. Si algo no te parece correcto, lo más seguro es consultar a un especialista. Pero no es necesario derrumbarse cada vez que la columna de mercurio supera los 38.

En la era de internet, es fácil sucumbir al exceso de información y, a veces, al pánico. Pero con un poco de perspectiva, observación del niño y sentido común, la mayoría de los casos se pueden manejar en casa: con calma, cuidado y, si es necesario, con la ayuda de consejos verificados en discusiones que no son histéricas, sino basadas en la experiencia y respeto por el cuerpo infantil.

Por lo tanto, la fiebre de 39 °C en los niños no necesariamente significa peligro, pero es una señal de que el cuerpo está trabajando. Nuestra tarea como padres es proporcionar las mejores condiciones posibles para ello.

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