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Cómo apoyar naturalmente la función de los riñones y el hígado: el secreto de un organismo saludable

Los riñones y el hígado están entre los órganos más trabajadores del cuerpo humano. Mientras que a menudo escuchamos sobre el corazón y los pulmones, el hígado y los riñones quedan en segundo plano. Sin embargo, estos dos órganos juegan un papel clave en la limpieza del cuerpo, la regulación de hormonas y el equilibrio de agua y minerales. Entonces, ¿cómo podemos contribuir a mantenerlos en buena condición? ¿Y por qué es tan esencial el apoyo a la función renal y hepática para nuestra salud en general?

La clave es entender cómo funcionan estos órganos. El hígado es como una fábrica química del cuerpo: descompone toxinas, metaboliza medicamentos, almacena nutrientes y produce bilis para la digestión de grasas. Los riñones filtran la sangre, eliminan desechos a través de la orina, regulan la presión arterial y los niveles de electrolitos. Sin su correcto funcionamiento, el cuerpo literalmente se "asfixiaría" con sus propios desechos metabólicos. No es de extrañar que el cuidado del hígado y los riñones sea una parte esencial de la prevención de enfermedades de la civilización.

Señales de que el hígado y los riñones necesitan ayuda

El funcionamiento saludable de estos órganos generalmente pasa desapercibido, hasta que algo sale mal. Los primeros signos de sobrecarga pueden ser sutiles: fatiga, disminución de la concentración, dolores de cabeza, hinchazón de las piernas u orina más oscura. Tanto el hígado como los riñones carecen de muchas terminaciones nerviosas, por lo que a menudo no duelen hasta que es demasiado tarde. Por eso es importante pensar en el apoyo al hígado y los riñones de manera preventiva, no solo cuando hay problemas.

Un ejemplo común en la vida cotidiana es la situación de personas que toman medicamentos para el dolor durante mucho tiempo, como el ibuprofeno o el paracetamol. Estos medicamentos pueden estresar el hígado y los riñones con su uso crónico, y si se suma la deshidratación o una mala alimentación, puede haber problemas. Los médicos de la Clínica Mayo advierten repetidamente que las altas dosis de analgésicos de venta libre son una causa común de daño a estos órganos, especialmente en personas mayores.

Lo que realmente ayuda: apoyo a los riñones y el hígado de forma natural

Cuando se dice "desintoxicación", muchas personas piensan en dietas drásticas, ayunos o bebidas milagrosas. En realidad, no se trata de "limpiar" el cuerpo, sino de crear un entorno que permita al hígado y a los riñones trabajar al máximo. Nuestro organismo se desintoxica por sí solo, si se lo permitimos.

El primer paso es un adecuado régimen de hidratación. Los riñones necesitan agua para funcionar, sin ella no pueden filtrar la sangre de manera eficiente. Lo ideal es agua pura, o tés de hierbas con efecto diurético, como la vara de oro, la ortiga o la cola de caballo. Es importante beber regularmente durante el día, no solo por la noche cuando los riñones ya ralentizan su actividad.

Además de los líquidos, la alimentación juega un papel clave. El hígado aprecia alimentos ricos en antioxidantes y azufre, como el ajo, la cebolla, el brócoli o las alcachofas. Las verduras de hojas verdes ayudan a neutralizar los metales pesados y fomentan la producción de bilis. También son beneficiosas las semillas (especialmente de lino y calabaza), que ligan toxinas en los intestinos y evitan su paso a la sangre.

Un aliado interesante puede ser el cardo mariano, una planta medicinal conocida por sus efectos en la regeneración de células hepáticas. Contiene silimarina, que protege el hígado de las toxinas y apoya su regeneración. Como señala un estudio publicado en el "World Journal of Hepatology", la silimarina también puede ayudar a mejorar las funciones hepáticas en personas con enfermedades hepáticas crónicas.

En el caso de los riñones, es recomendable reducir la ingesta de sal, alimentos procesados y cantidades excesivas de proteínas, especialmente si los riñones ya muestran función reducida. Por el contrario, son adecuados los alimentos con potasio: plátanos, patatas o frijoles, que ayudan a regular el equilibrio de líquidos y la presión arterial.

Un estilo de vida que beneficia a los órganos

Como se demuestra, el apoyo a la función hepática y renal no es una cuestión de medidas puntuales, sino de un estilo de vida a largo plazo. El sueño de calidad es importante, ya que durante la noche se produce la regeneración de células, incluidas las hepáticas. El ejercicio regular promueve la circulación sanguínea y el metabolismo, lo que ayuda a los riñones a limpiar la sangre de manera más eficiente.

También tiene un gran impacto la reducción de toxinas del entorno externo. Esto puede sonar abstracto, pero en la práctica significa, por ejemplo, elegir productos de limpieza naturales en lugar de químicos, evitar plásticos con BPA o comprar alimentos orgánicos sin pesticidas. En este sentido, los hogares ecológicos llevan ventaja: menos productos químicos significan menos carga para los órganos de filtración.

Es esencial también reducir o eliminar el alcohol, que el hígado debe procesar como una toxina. Aunque una copa ocasional de vino no hace daño, el consumo regular de alcohol es una de las principales causas de enfermedades hepáticas en los países desarrollados. Lo mismo ocurre con el tabaquismo, que no solo estresa el hígado, sino que también aumenta la presión arterial, afectando así a los riñones.

Cuando un estilo de vida saludable no es suficiente

En algunos casos, puede ser apropiado incluir suplementos dietéticos naturales enfocados en apoyar el hígado y los riñones. Además del mencionado cardo mariano y hierbas con efecto diurético, son populares las mezclas complejas que contienen cúrcuma, diente de león o chlorella. Estas sustancias pueden ayudar a eliminar metales pesados, mejorar la función de la vesícula biliar y fomentar la regeneración celular.

Sin embargo, es importante elegir productos de origen natural, sin aditivos ni colorantes sintéticos. En el mercado existen muchos suplementos que prometen una "desintoxicación milagrosa", pero su efectividad suele ser cuestionable. Como dice el conocido médico checo MUDr. Jan Hnízdil: "El cuerpo tiene capacidades de autolimpieza propias. Solo debemos dejar de ponerle obstáculos."

Pequeños cambios, gran efecto

¿Un ejemplo práctico? Klára, de treinta años, después de años de trabajo sedentario y mala alimentación, comenzó a sufrir de fatiga, problemas de sueño y problemas de piel. Los exámenes médicos no mostraron nada. Tras consultar con un nutricionista, cambió su dieta, dejó de beber bebidas azucaradas, incluyó hierbas que apoyan los riñones y comenzó a caminar regularmente. En dos meses, se sentía como una persona diferente. No fue un medicamento milagroso, solo el apoyo a las capacidades naturales del cuerpo para regenerarse.

Y de eso se trata. El hígado y los riñones son increíblemente resistentes: pueden funcionar incluso al 30% de su capacidad. Pero si les ofrecemos apoyo de manera regular y consciente, nos recompensarán con salud y vitalidad a largo plazo.

Los cambios no tienen que ser dramáticos: basta con más agua, menos desperdicio industrial en la dieta y un poco de ejercicio. Una vez que estos nuevos hábitos se convierten en parte de la vida diaria, el apoyo a la función renal y hepática ya no será una cuestión de "desintoxicación", sino simplemente una parte normal de una vida saludable.

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