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Flameri es un postre ligero que ahora amarás de nuevo.

Flameri - un postre olvidado que amarás

Entre los postres tradicionales de la cocina europea se esconden a veces verdaderos tesoros que permanecen fuera del interés de la gastronomía moderna. Uno de estos joyas es sin duda el flameri: un postre cremoso y suave con una larga historia, que muchos conocen sin saber realmente cómo se llama. En su versión checa, a menudo aparece como flameri de sémola, una forma ligeramente olvidada pero extraordinariamente deliciosa de utilizar la sémola de manera diferente a la clásica papilla de sémola.

Hoy en día, se favorece el regreso a la simplicidad, los ingredientes honestos y la preparación casera de los alimentos. Y justamente en este contexto, el flameri cobra nueva vida. No se necesitan ingredientes exóticos ni técnicas complicadas, solo ingredientes básicos, un poco de paciencia y se crea un postre que deleitará a cualquier amante de lo dulce.

¿Qué es exactamente el flameri?

El origen de este postre se remonta hasta la Europa medieval. En Inglaterra se conocía como "flummery", en Francia y Alemania como "flamery" o "flammeri". En diferentes épocas y regiones, no solo cambiaba el nombre, sino también la forma de preparación. Lo importante, sin embargo, sigue siendo: se trata de un postre cocido y firme similar al pudín o panna cotta, preparado a base de cereales, generalmente sémola, y aromatizado con frutas, nata o azúcar.

En la gastronomía checa, el flameri solía presentarse en la forma de un postre de sémola, cubierto con jarabe de frutas o jugo de frutas. Las abuelas lo servían como un ligero postre después de una comida abundante o como una cena dulce para los niños. A diferencia de la tradicional papilla de sémola, el flameri tiene la ventaja de que se deja endurecer y se sirve frío, a menudo en forma de rebanada o tipo gelatina. Esto le confiere nobleza y al mismo tiempo versatilidad.

Receta de flameri de sémola - regreso a la simplicidad

Una de las razones por las que la receta de flameri de sémola merece atención hoy en día es su simplicidad. No necesitas experiencia previa en repostería. Te bastarán ingredientes que la mayoría de los hogares tienen comúnmente a mano.

Receta básica de flameri de sémola:

  • 500 ml de leche (idealmente entera o alternativa vegetal)
  • 70 g de sémola de trigo (idealmente de origen BIO)
  • 2 cucharadas de azúcar (puedes sustituir por miel o jarabe de arce)
  • 1 vaina de vainilla o una pizca de vainilla molida
  • 1 cucharada de mantequilla
  • una pizca de sal
  • jarabe de frutas o frutas trituradas para cubrir

Vierte la leche en una cacerola, añade la vainilla, la pizca de sal y el azúcar. Cuando la leche comience a hervir, incorpora la sémola y cocina, removiendo constantemente durante 5-7 minutos, hasta que la mezcla espese. Finalmente, incorpora la mantequilla. Vierte la mezcla terminada en tazones, moldes o vasos y deja que se endurezca, idealmente durante varias horas en el refrigerador. Antes de servir, cúbrelo con jarabe de frutas o frambuesas trituradas.

Para una variante más festiva, puedes alternar capas de flameri con gelatina de frutas o añadir nueces picadas. Así obtendrás un postre que pasaría perfectamente en una cafetería moderna.

¿Por qué el flameri merece un lugar en nuestra mesa?

En una época en que cada vez más personas regresan a la cocina casera y buscan alternativas a los postres industriales llenos de azúcar, almidones y aditivos artificiales, el flameri es la elección ideal. Ofrece una textura suave, dulzura natural y posibilidad de variaciones infinitas. Se puede preparar sin gluten (por ejemplo, con sémola de alforfón o maíz), sin lactosa (usando leche vegetal) y sin azúcar (con edulcorantes naturales).

Además, el flameri es amigable con el bolsillo y el medio ambiente. No necesita ingredientes exóticos, largas cocciones ni preparaciones energéticamente intensivas. Su huella ecológica es mínima y encaja perfectamente en el concepto de alimentación sostenible.

En la práctica, esto significa simplemente utilizar lo que ya tienes en casa y, sin embargo, crear algo excepcional. Imagina servir a tus invitados flameri casero con jarabe de grosella y almendras picadas, y que te pregunten qué delicia es. "Flameri," responderás. Y la mayoría de ellos se sorprenderá al saber que un postre tan elegante se hizo con simple sémola.

Un pequeño milagro de la sémola infantil

La sémola como ingrediente tiene una larga tradición en la cocina checa, pero a menudo se ve con desdén. Se asocia con comidas baratas o alimentación infantil. Sin embargo, el flameri de sémola demuestra que incluso de este humilde ingrediente se puede crear algo delicioso, saludable y nutritivo.

Desde el punto de vista nutricional, la sémola es una buena fuente de carbohidratos y proporciona energía rápida al cuerpo. Combinada con leche vegetal, fruta y grasas saludables, se convierte en un postre equilibrado, que sacia sin sobrecargar la digestión. Y es por eso que el flameri puede ser una excelente alternativa a los pasteles clásicos o postres de yogur demasiado dulces.

Inspiración de casa y del mundo

Aunque el flameri ha caído en el olvido en el entorno checo, hay indicios de su regreso. En redes sociales, aparecen variaciones de este postre bajo el nombre de "semolina pudding", "grießflammeri" o "flummery". En algunos restaurantes, el flameri comienza a servirse como parte de menús de degustación, a menudo en combinaciones inusuales, como con jarabe de lavanda o higos horneados.

Un ejemplo interesante proviene de un bistró en Berlín enfocado en cocina de temporada, donde los chefs preparan flameri de sémola de alforfón con puré de manzana y aceite de calabaza. El resultado es un postre que combina la tradición rústica con un sabor moderno, y al mismo tiempo muestra cuán flexible puede ser este plato.

Sabor tradicional con un toque moderno

Hoy, cuando cada vez más personas se preocupan por lo que comen, de dónde proviene su comida y cuál es su impacto en el medio ambiente, el flameri tiene razones sólidas para su regreso. Es un postre que respeta la tradición pero que también responde a las demandas de la actualidad. Se puede preparar vegano, sin gluten, sin azúcar y, aun así, conserva su suavidad y sabor armonioso característicos.

Como dice la conocida chef francesa Mimi Thorisson: "La magia de una buena comida radica en la simplicidad y el amor con que se prepara." Y precisamente la simplicidad y el cuidado son dos ingredientes que el flameri ofrece en abundancia.

Es por ello alentador que este postre injustamente olvidado comience a aparecer nuevamente no solo en cocinas caseras, sino también en modernos menús. Ya sea que lo prepares siguiendo la receta tradicional o le des tu toque personal con la adición de fruta favorita, el flameri seguramente se convertirá en un clásico en tu repertorio de postres.

Al fin y al cabo, ¿existe algo mejor que combinar nostalgia, sabor y simplicidad en un solo plato?

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