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Por qué ocurre la regresión del sueño y cómo superarla

Regresión del sueño o por qué los bebés de repente no duermen y cómo manejarlo

Cada padre desea que su hijo duerma bien. Después de varias semanas o meses, cuando finalmente se logra establecer una rutina, puede surgir una sorpresa desagradable: el bebé que dormía tranquilamente seis horas seguidas, de repente se despierta cada hora. ¿Qué ha pasado? Una de las razones más comunes para estos cambios inesperados es la regresión del sueño.

Qué es la regresión del sueño y por qué ocurre

La regresión del sueño es un hito de desarrollo completamente natural en la vida de un niño pequeño. Es un período en el cual, debido al intenso desarrollo del cerebro y el cuerpo, se interrumpe el patrón de sueño establecido. El niño se despierta con más frecuencia, le cuesta más dormirse y, en general, su sueño es más inquieto.

Esta fase puede ser desafiante no solo para los niños, sino también para los padres. Es importante darse cuenta de que la regresión del sueño no es un problema que deba "arreglarse". Es una señal de que el niño se está desarrollando correctamente. No es un error en la crianza ni un indicativo de que los padres hayan descuidado algo.

La regresión del sueño típicamente aparece en varias edades, más comúnmente alrededor de los 3, 4, 6 y 8 meses de vida.

Regresión del sueño a los 3 meses: la primera prueba de paciencia

Alrededor del tercer mes, en muchos niños comienza a cambiar la estructura del sueño. Un recién nacido, que pasaba rápidamente del sueño ligero al profundo, comienza a desarrollar ciclos de sueño similares a los adultos. Cada ciclo ahora dura aproximadamente 60 minutos y termina con un breve despertar.

Si el niño aún no puede volver a dormirse por sí solo, puede despertarse más a menudo. No es raro que en este período empeoren el sueño nocturno y las siestas diurnas. Los padres a menudo describen que su hijo de repente duerme menos tiempo, se despierta llorando y es difícil volver a dormirlo.

Un ejemplo es la pequeña Ema, que hasta los tres meses dormía seis horas seguidas. De repente comenzó a despertarse cada dos horas y su madre sintió que había vuelto al principio. En realidad, se trataba de una regresión del sueño común que desapareció por sí sola en unas pocas semanas.

Regresión del sueño a los 4 meses

La regresión del sueño a los cuatro meses se considera una de las más significativas. A diferencia de la de tres meses, trae un cambio permanente en el patrón de sueño. El niño nunca volverá a dormir como un recién nacido: su sueño ahora se divide en ligero y profundo, y cada transición entre fases puede significar un breve despertar.

Este período a menudo viene acompañado de otros saltos de desarrollo, como la mejora de la coordinación mano-ojo o los primeros intentos de voltearse sobre el estómago. El cerebro del niño está más activo que nunca, lo que también se refleja en sus necesidades de sueño.

Los padres deben, en esta fase, fomentar que el niño se duerma solo e intentar establecer rutinas predecibles, como el baño, la alimentación y el dormir en el mismo orden. La rutina da a los niños una sensación de seguridad, lo que les ayuda a lidiar mejor con los cambios.

Regresión del sueño a los 6 meses

Alrededor del sexto mes llega otra ola de problemas de sueño. El niño aprende a sentarse, a gatear y descubre el mundo de nuevas maneras. Estas nuevas habilidades hacen que el cerebro del niño trabaje a toda máquina, lo que puede alterar su patrón de sueño.

El bebé puede despertarse por la noche porque quiere "practicar" una nueva habilidad, por ejemplo, intenta gatear en la cuna con entusiasmo. Algunos niños también pueden ser molestados por los dientes que comienzan a salir o por la ansiedad por separación, que comienza a aparecer a esta edad.

Es importante mantener la calma y ofrecer al niño suficientes oportunidades para moverse durante el día. Esto mejorará la calidad de su sueño nocturno. Si el niño se despierta por la noche, a menudo basta con calmarlo suavemente, sin necesidad de sacarlo de la cuna.

Regresión del sueño a los 8 meses

La regresión del sueño a los ocho meses suele estar relacionada en gran medida con la ansiedad por separación. El niño se da cuenta de que es un ser separado de sus padres, y este descubrimiento puede provocar miedo a ser abandonado.

El resultado a menudo es que el niño se niega a dormir solo, protesta al ser puesto en la cuna y se despierta llorando por la noche. Este estado es completamente normal y generalmente no dura para siempre.

En este período es crucial ser sensible al niño y fortalecer su sensación de seguridad. Una breve certeza, una caricia o una palabra tranquila pueden ser suficientes para que el niño vuelva a dormirse. Algunos padres se ayudan, por ejemplo, dejando en la cuna una camiseta con su olor.

Cómo manejar la regresión del sueño sin estrés innecesario

Para muchos padres, la regresión del sueño es frustrante. Sin embargo, existen formas de pasar por este período con menos estrés:

  • Mantén la rutina: A los niños les encanta la previsibilidad. Un ritual nocturno consistente les ayuda a sentirse seguros.
  • Asegúrate de que el niño duerma lo suficiente durante el día: Un bebé que está demasiado cansado se duerme mucho peor.
  • Permite que el niño se duerma solo: Si aprende a dormirse solo, podrá calmarse más fácilmente durante la noche.
  • Sé paciente: Las regresiones son temporales. Suelen durar de 2 a 6 semanas.
  • Cuida de ti mismo: Un padre cansado tiene dificultades para manejar noches difíciles. Si puedes, alterna el cuidado del niño o descansa durante el día.


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Como dice el conocido psicólogo infantil Harvey Karp: "Un niño feliz es un niño descansado. Y un padre feliz es aquel que sabe que incluso las peores noches terminarán algún día."

Las regresiones del sueño son difíciles, pero al mismo tiempo son una prueba de que el niño está creciendo y desarrollándose como debe. Cada una de estas fases termina y trae nuevas habilidades y momentos de alegría. Aunque en la noche parezca que el período difícil nunca terminará, en la sonrisa del niño por la mañana verás que todo el esfuerzo valió la pena.

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