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Shakshuka como un desayuno saludable que te saciará durante todo el día

Shakshuka - un plato colorido lleno de sabor que te encantará

Hay pocos platos en el mundo que unan la simplicidad, la nutrición y la perfecta armonía de sabores de manera tan natural como la shakshuka. Esta mezcla colorida de huevos escalfados en salsa de tomate con pimientos, cebolla y especias aromáticas está conquistando cocinas más allá de las fronteras de su origen. Ya sea que te preguntes “shakshuka – ¿qué es eso?" o que busques una receta probada de shakshuka, una cosa es segura: es un plato que rápidamente encontrará un lugar en tu menú casero.

El origen de la shakshuka o cómo nació un clásico israelí

A primera vista, podría parecer que la shakshuka proviene directamente de Israel, ya que es una parte común de los menús de desayuno en todo el país. Pero la realidad es un poco más colorida, al igual que la shakshuka misma. Este plato tiene sus raíces en la cocina del norte de África, específicamente en Túnez o Libia. Desde allí, la shakshuka se extendió a los países del Medio Oriente, y fue en Israel donde encontró su segundo hogar, convirtiéndose en una parte inseparable de la gastronomía moderna.

El nombre "shakshuka" proviene del árabe y se traduce como "mezcla" o "revuelto". Y es muy descriptivo, ya que se trata de un plato que combina ingredientes simples en un todo armonioso. En Israel, la shakshuka se prepara tanto en casa como en cafeterías o puestos callejeros, a menudo en pequeñas sartenes de hierro fundido, en las que se sirve directamente.

Qué contiene la shakshuka y por qué es tan popular

La base de la shakshuka es una salsa de tomate con pimientos, ajo, cebolla y especias únicas, como el comino, el pimentón y la pimienta de cayena. En esta mezcla caliente, finalmente se rompen cuidadosamente los huevos, que se dejan cuajar suavemente en la salsa. El resultado es un plato que es nutritivo, saludable e increíblemente sabroso.

Una de las razones por las que la shakshuka está ganando popularidad fuera de Israel es su flexibilidad. Puedes prepararla completamente vegetal, añadir queso feta, espinacas, aceitunas o incluso garbanzos. Sabe muy bien con pan crujiente; la pita o el pan de masa madre son ideales para limpiar la salsa hasta la última gota.

Pero la shakshuka no es solo tomate y huevos. La clave es el equilibrio correcto de sabores: la dulzura de los tomates, el ligero picante de los pimientos y la profundidad de las especias crean una experiencia gastronómica compleja que sorprende por su sencillez.

Cómo preparar auténtica shakshuka en casa

Aunque parece un plato que lleva horas, la receta de shakshuka es sorprendentemente fácil y puede hacerla incluso un principiante. La clave es una buena base, idealmente verduras frescas, aunque en invierno puedes arreglártelas con buenos tomates en conserva.

Receta básica de shakshuka:

Ingredientes:

  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cebolla (cortada en medias lunas finas)
  • 1 pimiento rojo (cortado en tiras)
  • 2 dientes de ajo (picados)
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • ½ cucharadita de comino
  • una pizca de pimienta de cayena o chile (al gusto)
  • 800 g de tomates pelados (frescos o enlatados)
  • sal y pimienta recién molida
  • 4 huevos
  • cilantro fresco o perejil (para espolvorear)
  • queso feta o balcánico (opcional)

Sofríe la cebolla y el pimiento en el aceite caliente hasta que estén tiernos. Añade el ajo y las especias, sofríe brevemente y luego añade los tomates. Cocina a fuego lento durante unos 15 minutos, hasta que la salsa espese. Con una cuchara, haz huecos en la salsa y rompe un huevo en cada uno. Cubre con una tapa y deja que se cuajen durante 5–8 minutos; la clara debe estar firme y la yema líquida. Espolvorea con hierbas y queso y sirve inmediatamente.

La shakshuka como desayuno, almuerzo y cena

Uno de los mayores encantos de la shakshuka es que es adecuada a cualquier hora del día. En Israel, se sirve comúnmente como desayuno, pero nada impide disfrutarla también como almuerzo o cena ligera. Ya sea que necesites energía rápida por la mañana o busques una comida nutritiva después de un día agotador, la shakshuka no te decepcionará.

Además, es una gran opción para vegetarianos o para cualquiera que quiera reducir el consumo de carne sin sacrificar el sabor. Gracias al contenido de proteínas de los huevos y la fibra de las verduras, la shakshuka es una comida completa que satisface sin causar pesadez.

Como ejemplo de la vida cotidiana: una joven familia de Brno buscaba una manera de preparar una cena rápida pero nutritiva para sus dos hijos pequeños. Descubrieron que la shakshuka era la solución ideal: los niños adoran los huevos, los adultos aprecian el sabor y la simplicidad, y todos disfrutan juntos. Además, es un plato que se puede preparar fácilmente en una sartén, lo que significa menos platos y menos estrés.

Salud en el plato y en el planeta

La shakshuka no solo es deliciosa, sino que también es nutritivamente valiosa. Los tomates son ricos en licopeno, un poderoso antioxidante. Los pimientos aportan vitamina C y fibra, mientras que los huevos entregan las proteínas necesarias, vitamina D, B12 y grasas saludables. Si agregas legumbres o hojas verdes, obtendrás una verdadera bomba nutricional.

Desde una perspectiva de sostenibilidad, la shakshuka también es una gran opción. Utiliza ingredientes de temporada y fácilmente disponibles, que no sobrecargan el planeta. Y al no incluir carne, tiene una huella de carbono más baja. Si además usas pan casero o pan de masa madre de centeno, tendrás frente a ti una comida amigable tanto para tu cuerpo como para el medio ambiente.

Toques modernos y variaciones de shakshuka

Aunque la shakshuka israelí clásica tiene su encanto, la cocina moderna disfruta jugando con este plato. Existen, por ejemplo, versiones verdes de shakshuka, donde los tomates se reemplazan por espinacas, acelgas o calabacín. También es popular la variante oriental con harissa, una pasta picante de Túnez, o shakshuka con champiñones y crema.

Un giro interesante puede ser la adición de berenjena asada, que aporta cremosidad, o el complemento de garbanzos para un mayor contenido de proteínas vegetales. De esta forma, se puede preparar fácilmente una versión vegana, donde en lugar de huevos, uses tofu mezclado con cúrcuma y levadura para una estructura y sabor similares.

Como dice el chef y autor israelí Yotam Ottolenghi: “La shakshuka es como un lienzo en el que cada uno puede pintar su versión del desayuno perfecto." Y eso es lo hermoso de este plato: no hay una forma correcta de preparar shakshuka, solo muchas maneras deliciosas de adaptarla a tu estado de ánimo, la temporada o el contenido de tu nevera.

Ya sea que elijas la shakshuka israelí tradicional o crees tu propia variación original, una cosa es segura: una vez que la pruebes, se convertirá en un habitual en tu mesa.

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