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¿Qué es "schíza" y cómo reconocerla?

La época actual es rápida, exigente y a menudo agotadora. No es de extrañar que cada vez aparezcan más términos como "ansiedad", "estrés" o precisamente "schíza". Mientras que la mayoría de las personas están familiarizadas con las dos primeras palabras y pueden tener una idea de lo que significan, el término "schíza" sigue siendo ambiguo, a menudo distorsionado y rodeado de prejuicios. ¿Qué es realmente "schíza", cuáles son sus síntomas y por qué deberíamos hablar de ella abiertamente?

Schíza – argot que oculta un tema serio

La palabra schíza proviene de la expresión coloquial para un trastorno mental conocido como esquizofrenia. Sin embargo, en el lenguaje cotidiano se usa de manera más libre: la gente lo utiliza para describir estados de ansiedad intensa, pánico o pérdida de contacto con la realidad. Por ejemplo, cuando alguien dice: "Tengo schíza de que alguien me está siguiendo", no necesariamente se refiere a un diagnóstico psiquiátrico grave. Más bien describe una sensación momentánea de inquietud o sospecha, que puede o no tener una base real.

Sin embargo, esta ligereza en la expresión puede llevar a malentendidos. A veces, detrás de esta simple palabra se esconde un verdadero sufrimiento psicológico que merece atención y ayuda.

¿Qué es schíza desde la perspectiva de la psicología?

Si quisiéramos ser precisos, el término schíza no existe en un contexto profesional. Es una simplificación en argot del término psiquiátrico, generalmente esquizofrenia, o de otras formas de episodios psicóticos. Estos estados se caracterizan porque la persona pierde contacto con la realidad, puede tener delirios, alucinaciones, trastornos del pensamiento o fuertes ideas paranoicas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esquizofrenia afecta aproximadamente al 1% de la población mundial y generalmente aparece en la adolescencia tardía o en la adultez temprana. Este también es un período en el que muchos jóvenes atraviesan cambios de vida significativos, y es precisamente entonces cuando la línea entre "estrés común" y un problema serio puede ser muy delgada.

Sin embargo, los episodios psicóticos también pueden ser transitorios, como en personas que han experimentado estrés extremo, privación del sueño o han consumido sustancias psicoactivas. Estos estados a menudo se denominan psicosis aguda y pueden parecer muy aterradores, aunque no siempre significan una enfermedad crónica.

¿Cómo reconocer los síntomas de "schíza"?

Mientras que en la sociedad se usa la palabra schíza de manera libre, en psiquiatría existen criterios claros para diagnosticar trastornos psicóticos. Y aquí es importante distinguir: mientras que alguien puede tener "schíza" por un examen o por el trabajo, otra persona está experimentando alucinaciones reales y necesita ayuda profesional.

Los síntomas típicos de una psicosis o episodio psicótico pueden incluir:

  • Alucinaciones – escuchar voces, ver cosas que objetivamente no existen
  • Delirios – creencias sobre cosas que no son ciertas (por ejemplo, que alguien me está siguiendo, que alguien quiere envenenarme)
  • Paranoia – fuerte sensación de amenaza, incluso cuando no hay razón real
  • Cambios en la percepción de la realidad – por ejemplo, sentir que el mundo alrededor "cambia" o que la persona no percibe su propio cuerpo como suyo
  • Desintegración del pensamiento – los pensamientos no tienen sentido, la persona no puede comunicarse con los demás o concentrarse

Es importante tener en cuenta que cada caso es individual y los síntomas pueden variar. Algunas personas experimentan formas más leves de estos síntomas, mientras que otras necesitan atención médica urgente.

Cuando el argot daña – por qué es importante hablar correctamente

En el lenguaje cotidiano a menudo utilizamos expresiones que tienen su origen en términos técnicos, sin darnos cuenta de su verdadero significado. La expresión schíza es un ejemplo típico de esto. Muchos la usan para describir estrés, confusión o tensión interna. Pero al trivializar estados mentales serios, podemos estigmatizar involuntariamente a quienes realmente los padecen.

Imagina a una joven estudiante que empieza a temer que sus compañeros hablan de ella a sus espaldas. Tiene miedo de salir porque siente que alguien la sigue. No entiende lo que le está sucediendo, y cuando escucha a su entorno decir "Es solo una schíza, todos la tienen de vez en cuando", se siente confundida, incomprendida y tal vez se avergüenza de buscar ayuda. Sin embargo, un diagnóstico y tratamiento oportunos pueden mejorar significativamente el curso de la enfermedad.


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¿Cuándo es el momento de estar alerta?

Las preocupaciones ocasionales o los sentimientos de ansiedad son una parte común de la vida, especialmente en tiempos difíciles. El problema surge cuando estos sentimientos comienzan a afectar el funcionamiento diario. Si alguien siente durante mucho tiempo que los demás lo están observando, que escucha voces o que el mundo a su alrededor parece irreal, es momento de buscar a un profesional – psiquiatra, psicólogo o una línea de crisis.

También es importante saber que los trastornos mentales no son un signo de debilidad. Son enfermedades como cualquier otra y se pueden tratar, ya sea con medicación, terapia o una combinación de ambas. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de Salud Mental, una intervención temprana en la esquizofrenia puede influir significativamente en la calidad de vida del paciente y reducir el riesgo de recaída.

Prevención y apoyo a la salud mental

Aunque no existe una manera universal de evitar los problemas mentales, mucho se puede influir con el estilo de vida. Una dieta saludable, suficiente sueño, ejercicio regular y contacto social son factores que impactan positivamente en la psique. Igualmente, la comunicación abierta, compartir emociones y la capacidad de pedir ayuda cuando sea necesario.

Es interesante que en los últimos años ha crecido el interés por un enfoque holístico hacia la salud mental, es decir, combinar la medicina tradicional con métodos alternativos como la meditación, mindfulness, trabajo con la respiración o el contacto con la naturaleza. Muchas personas encuentran alivio en simples rituales diarios, como beber té de hierbas, llevar un diario de gratitud o limitar el uso de redes sociales.

Hablemos de ello abiertamente

"Todos se sienten raros a veces. Pero no es normal sentirse así todos los días.” – este sencillo mensaje de una campaña estadounidense para apoyar la salud mental resume la esencia del problema. Los problemas mentales no son raros, no son una vergüenza y hablar de ellos es un signo de fortaleza, no de debilidad.

Si tú o alguien en tu entorno experimenta sentimientos de ansiedad a largo plazo, pérdida de contacto con la realidad o cambios en el comportamiento, no hay razón para esperar. Buscar ayuda profesional puede ser el primer paso para volver a una vida de calidad.

Y la próxima vez que escuches a alguien decir "tengo schíza", intenta reflexionar por un momento. Tal vez solo esté describiendo un día estresante. Pero tal vez esté pidiendo ayuda. Y eso es algo que no deberíamos ignorar.

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