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Cómo reconocer la osteopenia y qué significa para nuestra salud

¿Qué es la osteopenia y por qué deberíamos prestarle atención?

Osteopenia. Una palabra que quizás no conocemos tan íntimamente como la osteoporosis, pero que aún así debería preocuparnos si aparece en un informe médico. Indica un estado de disminución en la densidad ósea, que podría ser un presagio de un problema más serio: la osteoporosis. Aunque la osteopenia en sí no es una enfermedad, es una señal de advertencia de que los huesos están comenzando a perder su fortaleza y que es hora de hacer un cambio.

Antes de sumergirnos en los detalles, es bueno hacerse la pregunta básica: ¿qué es realmente la osteopenia? Es una condición en la que la densidad ósea es más baja de lo normal, pero aún no lo suficientemente baja como para que un médico diagnostique osteoporosis. La densidad ósea se mide mediante un examen llamado densitometría (DEXA), que determina la llamada puntuación T. Un valor entre -1.0 y -2.5 indica osteopenia. Cuanto más bajo es el número, más el hueso pierde su firmeza y flexibilidad.

Una advertencia silenciosa sin dolor

La traición de la osteopenia radica en que generalmente no duele ni presenta síntomas claros. A menudo, las personas no tienen idea de que algo está cambiando en su cuerpo hasta que ocurre una lesión: por ejemplo, una caída común resulta en una fractura de muñeca o cadera. En tales casos, a menudo se revela retrospectivamente que la densidad ósea había estado disminuyendo durante un tiempo.

Sin embargo, existen ciertas señales a las que deberíamos prestar atención. Las personas con osteopenia pueden experimentar dolores de espalda más frecuentes, especialmente en el área de la columna lumbar, donde ocurre la compresión de las vértebras. También puede ser evidente la pérdida de altura, cambios en la postura o un aumento en la fragilidad de las uñas. Estos síntomas a menudo se atribuyen al cansancio, al envejecimiento o a una mala postura, y por lo tanto, permanecen sin ser atendidos durante mucho tiempo.

Osteopenia de la columna lumbar y la cadera: las áreas más comúnmente afectadas

No todos los huesos del cuerpo son igualmente resistentes. Algunas partes son más exigidas y también más frecuentemente afectadas por el adelgazamiento óseo. Las áreas más vulnerables incluyen la región lumbar de la columna y el cuello del fémur, es decir, la cadera. La osteopenia de la cadera es especialmente peligrosa, ya que una fractura en esta área puede tener consecuencias fatales en personas mayores.

Por ejemplo, la señora Jana, una jubilada activa de Brno, se resbaló al caminar por las escaleras de su casa. Siguió una caída, dolor y el veredicto del médico: fractura del cuello del fémur y un hallazgo sorprendente: osteopenia. Hasta entonces, Jana se sentía saludable, practicaba deportes y no sospechaba que sus huesos estuvieran debilitados. Este caso no es excepcional: en mujeres posmenopáusicas, el riesgo de osteopenia y osteoporosis subsecuente es significativamente mayor debido a la disminución de los niveles de estrógeno, crucial para el metabolismo óseo.

¿Por qué los huesos se debilitan?

El hueso es un tejido vivo que se está reestructurando constantemente. Las células viejas se descomponen y se forman nuevas. Este proceso es natural y equilibrado, hasta que aparecen factores que desequilibran este balance. Con la edad, la formación de nuevas células óseas se ralentiza, lo que lleva a la pérdida de densidad. Además del envejecimiento, también juegan un papel otros factores. La falta de calcio y vitamina D, la falta de ejercicio, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o predisposiciones genéticas. También es riesgoso el tratamiento a largo plazo con ciertos medicamentos, como los corticosteroides.

No es casualidad que la osteopenia se diagnostique cada vez más en mujeres mayores de 50 años, pero también aparece en personas más jóvenes, especialmente aquellas con un estilo de vida sedentario, trastornos alimentarios o que se someten a tratamientos hormonales.

¿Qué podemos hacer para prevenir la osteopenia?

La prevención es clave. Aunque la densidad ósea disminuye naturalmente con la edad, mucho se puede influir a través del estilo de vida. Una dieta saludable rica en calcio y vitamina D es fundamental. Los productos lácteos, las verduras de hoja verde, los pescados como el salmón o las sardinas son alimentos que deberían aparecer regularmente en el plato. La vitamina D se puede obtener no solo de la dieta, sino también de la luz solar, aunque en nuestras latitudes es escasa durante los meses de invierno.

Igualmente importante es el ejercicio regular. El ejercicio de fuerza, caminar, correr o practicar yoga ayudan a mantener los huesos y músculos fuertes. Los expertos recomiendan al menos 30 minutos de actividad al día, ya sea una caminata rápida o ejercicios con el peso corporal.

También es importante evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, dejar de fumar y controlar los niveles hormonales. Especialmente en mujeres posmenopáusicas, la terapia de reemplazo hormonal puede ayudar a ralentizar la pérdida de masa ósea.

¿Cuándo hacerse un examen?

Si tenemos antecedentes familiares de osteoporosis, somos mujeres mayores de 50 años o experimentamos dolores de espalda frecuentes, es bueno pedirle al médico un examen de densidad ósea. La densitometría es un examen rápido, no invasivo e indoloro que puede detectar incluso las etapas iniciales de la pérdida ósea. Gracias a una detección temprana, se pueden implementar modificaciones en el estilo de vida y, si es necesario, comenzar con suplementos dietéticos o medicación que ralentice la pérdida de masa ósea.

¿Qué hacer si ya tenemos osteopenia?

El diagnóstico de osteopenia no es motivo de pánico, pero ciertamente es un incentivo para el cambio. En primer lugar, es necesario centrarse en la prevención de caídas, que pueden llevar a fracturas. Esto incluye la modificación del entorno doméstico (eliminación de alfombras sueltas, aseguramiento de las escaleras, iluminación adecuada), así como el fortalecimiento del equilibrio y la coordinación a través del ejercicio.

Además, es aconsejable consultar con el médico sobre la idoneidad de los suplementos dietéticos: calcio, vitamina D, y posiblemente magnesio o vitamina K2 pueden ayudar a mantener los huesos en mejor condición. A veces, el médico puede recomendar tratamiento farmacológico, especialmente si el riesgo de progresar a osteoporosis es alto.


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Y como dice la conocida osteóloga, la profesora Eva Záloudková: “El mejor remedio para la osteoporosis es la prevención de la osteopenia." El cuidado oportuno de los huesos es una inversión que puede valer la pena dentro de unas décadas.

Camino natural hacia huesos saludables

Para aquellos que buscan formas más naturales de apoyar la salud, hay una variedad de suplementos y alimentos naturales que pueden beneficiar a los huesos. Productos fermentados como el kéfir o kimchi, semillas (especialmente de sésamo y chía), nueces, legumbres y algas marinas, todos contienen nutrientes importantes para el metabolismo óseo. Muchas personas también incorporan con éxito en su dieta suplementos a base de extractos de cola de caballo, ortiga o espino amarillo, que apoyan la absorción de minerales.

Hoy en día, también hay productos ecológicos para el hogar que no contienen químicos dañinos, ya que estos pueden influir indirectamente en el equilibrio hormonal y, por ende, en la salud ósea. En resumen, los huesos saludables no son solo una cuestión de calcio, sino de un estilo de vida integral.

Finalmente, es importante darse cuenta de que la osteopenia no es el final, sino el comienzo de un camino. Un camino en el que tenemos la oportunidad de elegir la dirección, ya sea hacia la salud o ignorando las señales sutiles del cuerpo. La elección es de cada uno de nosotros.

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