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Dim sum como una opción saludable y sostenible para tu mesa

Dim sum, la mágica combinación de dos palabras que en cantonés significa "tocar el corazón", tiene precisamente lo que un buen plato debería ofrecer: delicadeza, diversidad, compartir y alegría. Este método tradicional de servir pequeños platos, a menudo al vapor, fritos o rellenos, proviene de China, específicamente de la región del sur de Cantón. Sin embargo, en los últimos años se ha vuelto popular también en Europa, y no es de extrañar – los dumplings de dim sum pueden entusiasmar tanto a los amantes de Asia como a aquellos que desean alejarse por un momento de la clásica cocina europea.

Dim sum como ritual cultural, no solo comida

En la cultura tradicional cantonesa, el dim sum está estrechamente vinculado al ritual del té conocido como yum cha. En las casas de té de Hong Kong o Guangzhou, amigos y familias se reúnen por la mañana para disfrutar de una taza de té de jazmín o pu-erh fuerte, acompañada de varias docenas de pequeños platos, incluidos los mundialmente famosos dumplings al vapor, rollitos fritos, pasteles delicados y rollos de verduras. El dim sum no es solo comida, es un evento social.

“Se trata de compartir. Cuando la familia se reúne alrededor de una mesa con canastillas de bambú llenas de diferentes sabores, se crea un espacio no solo para la comida, sino también para las conversaciones, la risa y la cercanía", dice la chef del restaurante chino Din Tai Fung, que se ha hecho famosa en todo el mundo precisamente por su meticulosa preparación de dumplings de dim sum.

Dumplings que rompen las reglas

Entre las variedades más populares se encuentran los dumplings al vapor har gow con masa delicada de harina de arroz, rellenos de camarones. Su estructura translúcida y su suave consistencia son una muestra de maestría culinaria. Igualmente populares son los siu mai, dumplings abiertos de masa de trigo con carne de cerdo y camarones, a menudo adornados con un trozo de zanahoria o caviar.

También ganan popularidad las versiones vegetarianas, como los dumplings rellenos de setas shiitake, col china o tofu, que ofrecen un sabor rico sin usar carne. En los restaurantes modernos, es común encontrar variaciones fusion, donde los rellenos clásicos se complementan, por ejemplo, con aguacate, batatas o tempeh. Y es aquí donde se abre el espacio para la creatividad – los dumplings de dim sum hace tiempo que dejaron de ser exclusivamente una cuestión asiática.

Sostenibilidad en el plato

Con el creciente interés por un estilo de vida saludable y la ecología, el dim sum también se ha convertido en objeto de diversos enfoques sostenibles. Muchos entusiastas y chefs profesionales han comenzado a adaptar recetas tradicionales para satisfacer requisitos vegetarianos, veganos o sin gluten. La masa de trigo se reemplaza por una mezcla de harina de arroz y tapioca, los rellenos se orientan más hacia ingredientes locales y de temporada, y la fritura se sustituye por el vapor, que es más amable no solo con los ingredientes, sino también, por ejemplo, con el consumo de aceite.

Un ejemplo es una bloguera gastronómica checa que se inspiró tras visitar un mercado de dim sum en Kuala Lumpur y comenzó a crear sus propias versiones en casa con lentejas rojas, col fermentada y setas. ¿El resultado? Dumplings que no solo saben bien, sino que también tienen sentido desde el punto de vista de la localización y la nutrición.

¿Cómo preparar dim sum en casa?

Aunque la preparación de dumplings de dim sum puede parecer complicada, en realidad requiere más paciencia que un alto grado de especialización. Es importante elegir los ingredientes correctos, tener a mano un vaporizador - idealmente de bambú - y no temer experimentar.

La base de la mayoría de las recetas es la masa, que se puede preparar con harina de trigo y agua caliente o con una combinación de harina de arroz y tapioca para una versión sin gluten. El relleno depende únicamente de la imaginación – desde la mezcla clásica de carne picada, camarones y jengibre, hasta la combinación de calabaza hokkaido, cilantro fresco y leche de coco.

Cabe destacar que dar forma a los dumplings de dim sum es un arte en sí mismo. En la cocina cantonesa se distinguen docenas de tipos de pliegues y envolturas – desde el simple doblez hasta complejos nudos. Pero si uno comienza con la simple variante de media luna, pronto descubrirá que se trata principalmente de práctica.

Consejo: Cueza al vapor los dumplings sobre papel perforado o una hoja de col para evitar que se peguen a la canasta de bambú. Y no olvide la salsa – por ejemplo, de soja y sésamo con una gota de chile o agridulce de ciruela.

Dim sum como parte del estilo de vida

Hoy en día, percibimos el dim sum no solo como una experiencia culinaria, sino también como parte de lo que podríamos llamar una forma consciente de comer. Porciones compartidas, pequeñas cantidades de platos individuales, énfasis en la frescura y el equilibrio de sabores – todo esto corresponde a los principios de un estilo de vida saludable y sostenible. Además, si decidimos cocinar en casa, tenemos pleno control sobre el origen de los ingredientes, la cantidad de sal y la calidad de las grasas.

Así que, ya sea que decida ir a un auténtico restaurante chino o crear su propio ritual de vapor en casa, el dim sum tiene la capacidad de transformar un día común en algo extraordinario. En un momento en que nuestro tiempo se divide cada vez más entre el trabajo, las obligaciones y el mundo digital, el dim sum – y especialmente los dumplings de dim sum – brinda la oportunidad de detenerse por un momento. Sentarse a la mesa, compartir con otros y apreciar no solo el sabor, sino también el momento en sí.

Como dijo el famoso poeta chino Su Dongpo: "Comida sin compañía es como vino sin aroma." Y ahí es donde radica el verdadero encanto del dim sum – toca no solo el estómago, sino también el corazón.

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