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Cuando el estómago se niega a cooperar - ¿qué hay detrás de la sensación de náuseas?

"Tengo el estómago revuelto." Esta frase es parte común del lenguaje cotidiano y casi todos la hemos usado alguna vez. Ese estado desagradable en el que uno se siente mal, tiene la sensación de que el "estómago se le sube" y considera si es mejor dirigirse al baño, no es nada raro. Aunque pueda parecer una trivialidad, la sensación de náuseas puede tener un sorprendente rango de causas, desde una simple molestia hasta la señal de un problema de salud más serio.

¿Qué significa realmente "estómago revuelto"?

Esta expresión popular describe un estado en el que una persona tiene sensación de malestar o leve presión en la zona del estómago, a menudo acompañada de falta de apetito, debilidad y a veces ganas de vomitar. Es una percepción subjetiva que puede ser una reacción a diversos estímulos físicos y psicológicos. No es una enfermedad en sí misma, sino más bien un síntoma que acompaña a una variedad de condiciones diferentes.

En terminología médica, este estado se conoce como "náusea", que es una forma de malestar que a veces (pero no siempre) culmina en vómitos. Y el conocimiento de las causas que hay detrás de esta sensación desagradable es clave para combatirla eficazmente.

Causas más comunes de náuseas y sensación de vómito

A primera vista, las náuseas pueden parecer un problema simple con una solución simple: comimos algo malo, nos sentimos mal, y después de un tiempo estamos bien de nuevo. Sin embargo, la realidad es más complicada. El estómago revuelto y la sensación de vómito pueden ser provocados por una variedad de factores que a menudo no parecen estar relacionados.

1. Problemas digestivos

La causa más común suelen ser trastornos del tracto digestivo: desde una simple sobrealimentación o el consumo de alimentos en mal estado, pasando por la irritación del estómago con alcohol, alimentos picantes o medicamentos, hasta enfermedades más graves como enfermedad por reflujo gastroesofágico, úlceras estomacales o infecciones causadas por bacterias (como Helicobacter pylori).

Especialmente en niños y personas mayores, una causa común de náuseas puede ser la gastroenteritis viral o bacteriana, conocida como "gripe intestinal". Esta causa no solo náuseas, sino también vómitos, diarrea y dolor abdominal.

2. Cambios hormonales – incluyendo el embarazo

Uno de los estados más conocidos en los que se presenta el estómago revuelto durante el embarazo son las náuseas matutinas. Afectan aproximadamente al 70-80% de las mujeres embarazadas, principalmente durante el primer trimestre. Las náuseas son causadas principalmente por la hormona hCG (gonadotropina coriónica humana), cuyo nivel en el cuerpo aumenta bruscamente. Curiosamente, las náuseas pueden ser un signo positivo: los estudios sugieren que las mujeres con náuseas más intensas a menudo tienen un menor riesgo de aborto espontáneo.

Además del embarazo, los cambios hormonales relacionados con la menstruación, la menopausia o trastornos de la glándula tiroides también pueden contribuir a las náuseas.

3. Causas psicológicas

Las náuseas no tienen que ser solo un asunto físico. Estrés, ansiedad, pánico o tensión emocional intensa pueden desencadenar síntomas somáticos, y el estómago es uno de los primeros órganos en reaccionar al estrés psicológico. No en vano se dice que "las emociones están en el estómago".

Un ejemplo típico puede ser una situación antes de una presentación importante, un examen o una entrevista, cuando literalmente "se nos revuelve el estómago". En estos casos, no se trata de una enfermedad física, sino de una reacción del sistema nervioso autónomo, que se manifiesta con náuseas, sequedad en la boca o dolor abdominal.

4. Movimiento y cambios de posición – cinetosis

Especialmente los niños, pero también los adultos más sensibles, a menudo sufren de mareo por movimiento. Este ocurre al viajar en automóvil, tren, barco o avión y está relacionado con la discrepancia entre lo que vemos y lo que registra nuestro aparato vestibular en el oído. El resultado es una típica sensación de náuseas durante el viaje – y a veces incluso el vómito.

Puede ayudar sentarse en la parte delantera, mirar al horizonte, tener suficiente aire fresco y, en algunos casos, remedios naturales como jengibre o menta.

5. Medicamentos y toxinas

Muchos medicamentos pueden tener náuseas como efecto secundario. Esto incluye, por ejemplo, antibióticos, analgésicos (especialmente los del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos), pero también los medicamentos utilizados en la quimioterapia. El vómito y las náuseas también pueden ser un síntoma de intoxicación, por ejemplo, después de consumir alcohol, nicotina u otras sustancias.

¿Qué hacer cuando el estómago nos da problemas?

La solución depende de la causa. Si se trata de una náusea ocasional, es recomendable darle al cuerpo descanso, permanecer en un ambiente tranquilo, evitar olores fuertes y optar por una dieta ligera, o incluso ayuno. Pueden ayudar los tés de hierbas, como el de jengibre, menta o manzanilla, que tienen un efecto calmante en el tracto digestivo.

En casos de problemas crónicos o recurrentes, es recomendable consultar con un médico. Es especialmente alarmante si las náuseas se acompañan de otros síntomas como pérdida de peso, sangre en las heces, fuertes dolores o inesperada fatiga.

Ayudantes naturales cuando el estómago se rebela

En muchos casos, las náuseas pueden tratarse sin medicamentos – los remedios naturales son no solo más suaves para el cuerpo, sino a menudo muy efectivos. El jengibre es considerado uno de los mejores remedios naturales para las náuseas, ya sea en forma de té, raíz confitada o cápsulas. Ayuda a relajar los músculos del tracto digestivo y a reducir las ganas de vomitar.

De manera similar, funciona la menta piperita, que tiene un efecto refrescante y calmante. En la aromaterapia, también se han probado aceites esenciales, como el de lavanda o limón, que pueden ayudar especialmente en casos de náuseas por estrés.

Por último, pero no menos importante, el estilo de vida juega un papel importante – ejercicio regular, suficiente sueño, limitar la cafeína y el alcohol, pero también un descanso consciente tienen un efecto positivo en el sistema digestivo y nervioso. Las náuseas son a menudo una señal de que el cuerpo necesita desacelerar.

Experiencia práctica - cuando el cuerpo dice basta

Imaginemos la situación: una mujer joven, gerente de treinta años, que trabaja a todo ritmo, a menudo hasta tarde, sin comidas regulares y con mínimo descanso. Las últimas semanas la han estado afectando con una frecuente sensación de náuseas, especialmente por la mañana y después de comer. Después de varias visitas al médico, resulta que no se trata de ninguna enfermedad "física" – sino del síndrome de agotamiento y la ansiedad, que se manifiestan precisamente a través de problemas digestivos. Después de implementar técnicas de mindfulness, cambiar su rutina y realizar ligeros ajustes en su dieta, los problemas disminuyen.

"He aprendido a escuchar mi cuerpo," dice. "Y cuando mi estómago me indica que es demasiado, lo tomo en serio."

Esta historia muestra cuán compleja puede ser la causa de un problema aparentemente trivial como el estómago revuelto. A menudo no se trata solo de lo que comimos, sino también de lo que experimentamos, cómo vivimos y cómo nos tratamos a nosotros mismos.

Ya sea que las náuseas se deban a una dieta inadecuada, estrés, embarazo u otro factor, una cosa es segura: el estómago no es solo un órgano para la digestión, sino también un barómetro de nuestro bienestar psicológico y físico. Y vale la pena escucharlo – a menudo nos dice más de lo que queremos admitir.

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