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El secreto de los perfectos anillos de yema: por qué una generación entera se enamoró de ellos

Aroma de vainilla, masa esponjosa y crema de yema suave. Cuando se habla de anillos de yema, la mayoría de los checos recuerdan la infancia, la abuela o la pastelería de la esquina, donde esta delicia dulce se vendía por unas pocas coronas y desaparecía del plato en un instante. Este tesoro de la repostería se ha convertido en un clásico en las mesas festivas y en las tardes de café de fin de semana. Pero, ¿qué hace que los mejores anillos de yema sean realmente excepcionales y por qué vale la pena intentar prepararlos en casa?

Un pequeño postre con gran tradición

Los anillos de yema son un representante típico de la escuela de repostería checa y su historia se remonta a la Primera República. Nacieron como una versión de los postres franceses pâte à choux, pero con un toque checo: una crema ligeramente dulce de huevos, mantequilla y vainilla, que se coloca entre dos mitades de masa choux horneada. Ya sea que se les llame anillos de yema, de vainilla o simplemente anillos, su popularidad no disminuye, incluso en tiempos en que los postres modernos inundan los estantes e Instagram.

Lo que los hace especiales no es solo la nostalgia. Son las texturas contrastantes que se encuentran en cada bocado: una masa crujiente, una superficie ligeramente crocante y una crema de yema suave como el terciopelo. Y precisamente esa crema es el alfa y el omega de cada receta.

¿Qué hace que los anillos de yema caseros sean mejores que los comprados?

Aunque es posible comprar anillos en cualquier pastelería o supermercado, pocos se comparan con los caseros. ¿Por qué? La respuesta es simple: la calidad de los ingredientes y la honestidad en la preparación. En casa, puedes permitirte usar mantequilla real, huevos de corral, vainilla en lugar de aroma barato y no añadir estabilizadores innecesarios o grasas hidrogenadas.

Además, tienes la posibilidad de ajustar la receta a tu gusto: menos crema dulce, una versión sin gluten de la masa o tal vez un reemplazo vegetal para la leche. Las posibilidades son casi infinitas, pero la base sigue siendo: huevos frescos, mantequilla de calidad y una dosis de paciencia.

Los anillos de yema caseros también se convierten en el centro de atención en cualquier celebración. Mientras que los pasteles a menudo se dejan a medio comer, los anillos desaparecen uno tras otro. Y si además los espolvoreas con azúcar o los rocías con un glaseado casero, nadie creerá que no provienen de una pastelería profesional.

Receta - cómo hornear los mejores anillos de yema

Y ahora lo más importante, ¿cómo hacerlo? Existen muchas variantes, pero esta receta de anillos de yema caseros se basa en la escuela clásica de repostería, con algunos consejos prácticos adicionales.

Masa (choux):

  • 250 ml de agua
  • 100 g de mantequilla
  • una pizca de sal
  • 150 g de harina semigruesa
  • 4 huevos (tamaño grande)

Crema:

  • 500 ml de leche
  • 6 yemas
  • 150 g de azúcar
  • 1 vaina de vainilla o 1 cucharadita de pasta de vainilla real
  • 40 g de harina fina (o almidón de maíz para una versión sin gluten)
  • 200 g de mantequilla suave

Glaseado (opcional):

Procedimiento:

  1. Masa choux: En una cacerola, lleva el agua con la sal y la mantequilla a ebullición. Cuando la mantequilla se haya derretido por completo, agrega la harina y mezcla hasta que se forme una masa compacta que no se pegue a las paredes. Retira del fuego y deja enfriar un poco. Luego, agrega los huevos uno por uno, mezclando hasta obtener una masa suave y brillante.

  2. Usando una manga pastelera con boquilla de estrella, forma anillos en una bandeja con papel de hornear (de unos 6–8 cm de diámetro). Hornea en el horno precalentado a 200 °C durante unos 25 minutos, hasta que estén dorados y crujientes. No abras el horno durante el horneado.

  3. Crema: En parte de la leche (unos 100 ml), mezcla las yemas, el azúcar y la harina. Calienta el resto de la leche con la vainilla justo antes del punto de ebullición. Luego, vierte la mezcla de huevo y, removiendo constantemente, lleva a ebullición. Cocina hasta que espese y retira del fuego. Una vez enfriada, bate la crema con la mantequilla hasta que esté suave.

  4. Corta los anillos enfriados, rellénalos con crema y ciérralos. Según tu gusto, espolvoréalos con azúcar o rocíalos con glaseado.

Y listo. Aunque puede parecer que la preparación es complicada, el resultado definitivamente vale la pena. Además, con cada intento te convertirás en un maestro de los anillos de yema y tal vez nazca una nueva tradición familiar.

La historia de un anillo

La señora Alena de Jindřichův Hradec ha estado horneando anillos de yema durante más de treinta años. La primera vez que los preparó fue para su prometido en su compromiso. Hoy los hace cada Navidad, Pascua y cumpleaños de sus nietos. "Los niños siempre me dicen que esto sabe como la abuela, no como la pastelería. Y esa es la mayor alabanza para mí", sonríe. Para Alena, los anillos no son solo un postre, sino una pequeña expresión de amor. Y quizás ese sea el secreto de su popularidad: no son solo un dulce, son un recuerdo, un ritual, una tradición.

¿Por qué los anillos de yema tienen algo que decir hoy en día?

En una época en la que la mayoría de los dulces se fabrican industrialmente y el sabor a menudo cede al aspecto atractivo, los clásicos anillos de yema caseros son un regreso a las raíces. Cuando los horneas en casa, sabes exactamente qué estás comiendo. No contienen grasa de palma, colorantes artificiales ni sustitutos. Además, hornear es una gran oportunidad para pasar tiempo con la familia.

Los niños pueden ayudar a presionar la masa en formas, los miembros mayores de la familia pueden transmitir trucos probados, como saber cuándo la crema está lo suficientemente fría para mezclarla con la mantequilla. Momentos como estos tienen un valor que ningún producto comprado puede reemplazar.

Y si alguna vez decides hacer los anillos un poco diferentes, tal vez con crema de París, glaseado de limón o sin gluten, todavía te mantienes fiel a la idea básica: esforzarte para crear algo excepcional.

Pequeños consejos para un gran éxito

La masa choux es un poco delicada con las temperaturas, así que ponla en el horno justo después de formarla, sin demoras. Deja que la crema se enfríe bien antes de agregar la mantequilla, de lo contrario, será más bien una papilla poco apetecible. Y si deseas guardar los anillos para más tarde, rellénalos con crema justo antes de servir, de lo contrario, se humedecerán y no será lo mismo.

Y quizás el consejo más importante: no temas a los errores. El primer lote puede no ser perfecto, pero con cada intento te acercarás a ese legendario "estos son los mejores anillos de yema que he probado".

Entonces, ¿les darás una oportunidad?

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