
Strudel tradicional, que te transportará a los tiempos de las abuelas

Strudel de manzana estirado - un postre tradicional que une generaciones
Pocos postres pueden encarnar la calidez del hogar y el sabor de la infancia tan precisamente como el strudel de manzana estirado. El dulce aroma de la canela, las manzanas y la masa delicada que llena la cocina tiene el poder de transportarnos instantáneamente a tiempos en que la abuela extendía la masa tan delgada que se podía leer un periódico a través de ella. En una época en que las recetas aceleradas y los productos semielaborados se están convirtiendo en la norma, el strudel estirado tradicional está experimentando un renacimiento silencioso. La gente está volviendo a los métodos auténticos, no solo por el sabor, sino también por el ritual que trae su preparación.
Receta tradicional como herencia
Las raíces del strudel estirado se remontan al Imperio Austrohúngaro, donde se convirtió en uno de los símbolos de la repostería vienesa. Aunque existen innumerables variaciones —desde las de requesón hasta las de amapola— el strudel de manzana estirado sigue siendo el más popular. La razón es simple: la combinación de manzanas agridulces, masa crujiente y especias aromáticas crea una armonía de sabores que nunca cansa.
Uno de los nombres más respetados en la preparación de este postre es el pastelero Josef Maršálek. Su versión de la receta del strudel estirado ha inspirado a muchos panaderos caseros. En sus recetas, Maršálek enfatiza la calidad de los ingredientes, la precisión en la elaboración y, sobre todo, el amor por el arte de la repostería. Su receta de strudel estirado ha ganado popularidad gracias a su equilibrio y claridad, siendo un excelente punto de partida incluso para aquellos que se aventuran en la preparación del strudel por primera vez.
El secreto de la masa estirada
¿Cuál es la magia de la masa estirada? Principalmente, su suavidad y elasticidad. Mientras que la masa de hojaldre es más gruesa y mantecosa, la masa estirada debe ser extremadamente delgada, casi transparente, y al mismo tiempo lo suficientemente fuerte como para sostener el relleno. No contiene agentes leudantes, y sin embargo, el strudel resultante es ligero y quebradizo.
Los ingredientes básicos son sorprendentemente simples: harina de trigo, agua, un poco de vinagre y aceite. La masa se trabaja a fondo y se deja reposar para que sea más fácil de manejar. Luego sigue quizás la parte más desafiante: estirarla. Manos expertas pueden estirar la masa hasta el tamaño de una sábana sin una sola rasgadura. Puede sonar como alquimia, pero con un poco de paciencia y práctica, cualquiera puede lograrlo.
Es interesante que en algunas regiones se conservaba un ritual especial durante la preparación del strudel: la cocina debía permanecer cerrada mientras se estiraba la masa, para evitar que se secara antes de ser rellenada y enrollada. Esta costumbre subraya la importancia que el strudel tenía en la cocina tradicional.
Relleno que ilumina el día
Cuando se menciona "strudel", la mayoría piensa en manzanas, canela, pasas y nueces. Y esta combinación nunca decepciona. Manzanas ácidas, idealmente de variedades como Jonagold o Boskoop, se rallan o se cortan en rodajas finas, se sazonan con jugo de limón, canela, y a veces ron, y se dejan reposar brevemente. Añadir pan rallado tostado en mantequilla ayuda a absorber el exceso de jugo, evitando que la masa se empape.
En cuanto a las pasas, remojarlas en ron o mosto de manzana no solo le da sabor al strudel, sino también un aroma que se esparce por toda la cocina al hornearlo. Las nueces, generalmente nueces comunes, aportan textura y ligeros tonos amargos que contrastan perfectamente con la dulzura de las manzanas. El sabor resultante es tan rico que no es necesario endulzar demasiado el strudel; los azúcares naturales de la fruta y un poco de azúcar moreno son suficientes.
En algunas versiones modernas se añaden otros ingredientes, como manzanas caramelizadas, puré de calabaza o incluso arándanos secos. Pero el encanto de la clásica reside en su simplicidad.
Historia de cocina - cuando el strudel une
En una familia en Haná, se hornea strudel cada domingo desde hace tres generaciones. La abuela, hoy de noventa años, enseñó a su hija, y esta, a su vez, a la suya. La receta nunca se escribió; se transmitió oralmente, durante las sesiones de horneado compartidas. Cuando llegó el momento de que la más joven de la familia, Klára, de quince años, se aventurara a estirar la masa, la abuela sonrió mientras observaba cómo luchaba con la masa. La masa se rompió en el primer intento, el relleno se asomaba, pero al final, el strudel fue devorado hasta la última migaja. Y ahí reside el poder de este postre: no se trata de la perfección, sino de la conexión y el compartir.
Consejos para un strudel estirado perfecto
Aunque el strudel estirado puede parecer un desafío, con algunos trucos se convierte en una actividad agradable y satisfactoria:
- Utiliza harina de calidad – idealmente harina de trigo suave con mayor contenido de gluten, que aporta elasticidad a la masa.
- Trabaja bien la masa y déjala reposar al menos 30 minutos, idealmente una hora, para que sea más fácil de estirar.
- Estira la masa sobre un mantel de lino, sobre el cual el strudel se puede enrollar fácilmente.
- Deja reposar el relleno al menos 10 minutos para que los sabores se mezclen y las manzanas suelten parte del jugo.
- Hornea el strudel hasta que esté dorado, idealmente a 180–190 °C durante unos 35–40 minutos. Puedes untar la superficie con mantequilla derretida para que adquiera un bonito color dorado.
Y quizás lo más importante: no temas experimentar, siempre con respeto por la tradición.
Strudel estirado versus alternativas modernas
Hoy en día, a menudo encontramos versiones donde la masa estirada se reemplaza por hojaldre o incluso masa comprada. Aunque estos atajos ahorran tiempo, a menudo se pierde lo principal: la alegría de crear. Como dice el pastelero Maršálek: "Si ponemos algo de nosotros mismos en el horneado, el resultado siempre lo reflejará."
Por otro lado, también hay un creciente interés en versiones más saludables del strudel – con harina integral, sin azúcar, o incluso sin gluten. Estas versiones tienen su lugar, especialmente para personas con restricciones dietéticas, pero no hay que temer disfrutar de vez en cuando de un strudel casero en su forma tradicional. Basta con acompañarlo con nata de leche de coco o servirlo con yogur vegetal para crear un postre que también deleite a quienes prefieren una dieta basada en plantas.
Así que la próxima vez que te preguntes qué postre preparar para una celebración familiar o simplemente para alegrar una tarde lluviosa, recuerda el strudel de manzana estirado. No solo deleitará las papilas gustativas, sino que también traerá un poco de tradición y comunidad. Y tal vez, en tu mesa, nazca un nuevo ritual familiar.