
Receta sencilla y deliciosa de quiche que animará tu mesa de almuerzo

Quiche crujiente y delicado - una tarta francesa que te encantará
La cocina francesa es conocida por su elegancia, simplicidad y énfasis en ingredientes de calidad. Uno de sus platos más destacados es sin duda el quiche (se pronuncia kish), una tarta salada llena de posibilidades y sabores que hace tiempo encontró su camino hasta las cocinas checas. Y no es de extrañar. Su preparación es sorprendentemente sencilla, la variedad casi infinita y el resultado: una masa perfectamente crujiente y un relleno cremoso y aromático que satisface el paladar a cualquier hora del día.
Ya sea que busques una receta de quiche, una receta de quiche de cebolla, o simplemente estés pensando en cómo animar el almuerzo del sábado sin carne, este plato definitivamente debería captar tu atención.
¿Qué es realmente el quiche?
La receta original proviene de la región francesa de Lorena, donde nació el tradicional quiche Lorraine, es decir, la tarta lorena, cuyo fundamento es una masa quebrada con mantequilla y un relleno de huevos, crema y carne ahumada. Hoy en día, sin embargo, existen innumerables variantes: vegetarianas, sin gluten, con queso, verduras, hongos o incluso pescado. La imaginación no tiene límites.
El nombre "quiche" se deriva de la palabra alemana Kuchen, que significa tarta. Pero los franceses lo hicieron suyo, con elegancia y un enfoque en el sabor. En checo, a veces aparece la transcripción fonética "kiš", o formas incorrectas como "kisch recept", "recept kisch" o "recept na kisch". Aunque se trata de distorsiones lingüísticas, a menudo detrás de ellas se esconde el deseo de descubrir una buena receta que complace no solo al paladar sino también al ojo.
Receta de quiche de cebolla que huele a hogar
Entre las variantes más populares está sin duda el quiche de cebolla. No es de extrañar: la cebolla caramelizada aporta dulzura y profundidad al plato, además de ser económica y disponible todo el año. La combinación con huevos, crema y queso crea un relleno armonioso que es perfecto tanto para una mesa festiva como para un brunch dominical.
Ingredientes para la masa (molde de 28 cm de diámetro):
- 250 g de harina (se puede usar espelta)
- 125 g de mantequilla fría
- 1 huevo
- 1–2 cucharadas de agua fría
- una pizca de sal
Ingredientes para el relleno:
- 4–5 cebollas grandes (roja y amarilla juntas saben genial)
- 2 cucharadas de aceite de oliva o mantequilla
- 3 huevos
- 200 ml de crema para batir
- 100 g de queso rallado (Gruyère, emmental o cheddar)
- sal, pimienta, nuez moscada al gusto
- opcional: tomillo, romero o una pizca de chile
Instrucciones:
- Trabaja rápidamente todos los ingredientes para la masa a mano o en un procesador de alimentos hasta obtener una masa compacta. Envuelve la masa en film y déjala reposar al menos 30 minutos en la nevera.
- Mientras tanto, prepara el relleno. Corta la cebolla en rodajas finas y sofríelas lentamente en aceite o mantequilla, idealmente 20-30 minutos, hasta que estén tiernas y adquieran un color dorado. No apresures este paso, la caramelización es lo que le da al quiche su carácter.
- En un bol, mezcla los huevos con la crema, añade el queso y condimenta con sal, pimienta y nuez moscada.
- Estira la masa reposada y transfiérela al molde previamente engrasado. Presiona los bordes, corta el exceso de masa. Pincha la masa con un tenedor y precocina en el horno precalentado a 180 °C durante unos 10 minutos (puedes usar papel de hornear y frijoles secos o bolitas de cerámica como peso).
- Esparce la cebolla sobre la base precocinada, vierte la mezcla de huevo y vuelve a meter en el horno. Hornea otros 30-35 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y el relleno firme.
- Deja reposar la tarta unos minutos y sírvela caliente o fría. Sabe muy bien con una ensalada de hojas.
Esta receta de quiche de cebolla es una prueba de que incluso los platos sencillos pueden ser extraordinarios. Y si te sobra un trozo en casa, al día siguiente puede que sepa aún mejor. Es exactamente el tipo de comida que merece un lugar en el repertorio familiar.
Quiche como salvación para los restos del frigorífico
Además de su sabor delicioso, el quiche tiene otra ventaja: es ideal para aprovechar sobras. ¿Tienes un poco de brócoli, calabaza asada o unas lonchas de jamón? Mézclalos con huevos, crema y queso y en un instante tendrás un almuerzo aromático. Este enfoque no solo es práctico, sino también sostenible, ya que reduce el desperdicio de alimentos, algo que apreciará cualquiera que intente vivir de manera más respetuosa con el planeta.
Por ejemplo, la experiencia reciente de una lectora: "Nos quedaron unas papas asadas y calabacines de la cena. Añadí queso de cabra fresco y tomillo... y el resultado? Los niños pidieron más y mi esposo quiso la receta." Historias como estas demuestran que incluso los ingredientes comunes pueden crear un plato que une a la familia en torno a la mesa.
¿Una versión más saludable? También se puede sin mantequilla ni crema
Para aquellos que intentan mantener una dieta más ligera o tienen restricciones dietéticas específicas, también existen variantes ligeras. La masa se puede preparar con harina integral, en lugar de mantequilla usar aceite de oliva y la crema se puede sustituir por yogur o una alternativa vegetal. El resultado seguirá siendo delicioso, solo un poco más ligero. También se puede añadir más vegetales al relleno, como espinacas, puerros o tomates.
Los alérgicos apreciarán la versión sin gluten: en la masa se puede sustituir la harina clásica por una mezcla de harina de alforfón, almendra o garbanzo. Aquí también se aplica la regla de oro: cuanto mejores sean los ingredientes, mejor será el resultado.
Quiche: una tarta con estilo
Uno de los motivos por los que el quiche ha ganado tantos seguidores es su versatilidad. Es perfecto para un picnic, en una fiambrera para el trabajo, con una copa de vino, para un brunch dominical o como parte de una mesa festiva. Se ve elegante, sabe divinamente y puede hacerlo incluso un principiante. Ahí radica su encanto.
Ya sea que lo llamemos quiche, kish o un "kisch recept" mal escrito, una cosa es segura: este plato se ha ganado su lugar en las cocinas checas con razón. Combina todo lo que amamos de la comida: sabor, variedad y la posibilidad de crear según nuestra propia imaginación.
"La comida es una de las pocas cosas que unen a las personas sin importar el idioma, la edad o el origen," escribió el chef británico Jamie Oliver. Y el quiche es un gran ejemplo de ello. Solo se necesitan unos pocos ingredientes básicos, un poco de amor y tienes en el plato algo que te llevará de regreso a casa, o directamente a las montañas francesas.