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Ñoquis de calabacín sin harina - una alternativa ligera y saludable a la clásica eslovaca

Aunque los tradicionales ñoquis eslovacos suelen prepararse con patatas y harina, en los últimos años ha ganado popularidad su versión más saludable y moderna. Uno de estos ejemplos son los ñoquis de calabacín sin harina, que no solo deleitan a los amantes de las comidas más ligeras, sino que también ofrecen una forma interesante de aprovechar el exceso de calabacines de la cosecha de verano. Para aquellos que buscan opciones bajas en carbohidratos o desean reducir el gluten, esta es la solución ideal.

¿Por qué precisamente el calabacín?

El calabacín es un pequeño milagro en la cocina. Tiene un sabor suave, se combina fácilmente con otros ingredientes y está casi siempre disponible. Contiene una gran cantidad de agua, fibra, vitaminas y minerales, especialmente potasio, que contribuye a mantener la presión arterial normal. Además, tiene un contenido calórico muy bajo: en 100 gramos encontramos solo alrededor de 17 kcal.


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El uso del calabacín como sustituto de la harina o la pasta se ha convertido en una tendencia popular entre los defensores de la dieta baja en carbohidratos, la comida cruda y el veganismo. Si se prepara correctamente, permanece jugoso y mantiene su forma, una combinación ideal para ñoquis y pastas que no requieren levadura.

Cuando se considera que el calabacín crece literalmente como la espuma y en los meses de verano está presente en cada segundo jardín, también tiene sentido desde el punto de vista de la cocina sostenible. Usar ingredientes de temporada y reemplazar con ellos alimentos procesados industrialmente es un paso hacia un estilo de vida más saludable y ecológico.

¿Cómo hacer ñoquis sin harina?

Aunque la expresión "sin harina" puede sonar un poco inusual en el contexto de la masa, los ñoquis de calabacín manejan este enfoque con destreza. El secreto está en la consistencia correcta de la masa, que se puede lograr combinando calabacín rallado, huevos y aglutinantes naturales. A veces se añaden semillas de chía, linaza o un poco de psyllium, ingredientes que tienen la capacidad de absorber agua y fortalecer la estructura de la masa.

Una alternativa adecuada puede ser también avena finamente molida o harina de coco, si no se busca una versión estrictamente sin harina. Sin embargo, es importante mantener el principio de evitar la harina de trigo blanca y dar preferencia a ingredientes naturales e integrales.

El método de preparación no difiere mucho de los ñoquis clásicos. La masa se pasa a través de un colador o un utensilio especial para ñoquis directamente en agua hirviendo. Los ñoquis se cocinan por unos minutos, hasta que flotan a la superficie, y luego se escurren.

En realidad, se trata de una receta muy sencilla que se puede adaptar según el gusto y las restricciones dietéticas. Los vegetarianos pueden combinarla con crema agria o bryndza, mientras que los veganos optan por yogur vegetal o tofu. Y para aquellos que desean evitar los productos lácteos por completo, basta con cebolla salteada o ajo con verduras.

Historia de la cocina: cuando los calabacines crecen demasiado

Una familia en Vysočina lleva varios años cultivando calabacines. Este año, el jardín fue especialmente generoso: los calabacines crecieron literalmente como si estuvieran en esteroides. Cada día aparecían dos o tres nuevos, y en dos semanas ya no sabían qué hacer con ellos. Conservas, sopas, tartas de verduras: nada les atraía ya. Hasta que un día surgió la idea de intentar hacer una versión más saludable de los ñoquis.

Rallaron los calabacines, exprimieron el exceso de agua, añadieron huevos caseros, una pizca de sal, un poco de semillas de girasol molidas en seco y lo intentaron. El resultado sorprendió no solo por su sabor, sino también por lo bien que los ñoquis se mantenían juntos. Con un poco de ajo y espinacas, se convirtieron en el éxito de la semana, y unos días después la receta ya circulaba entre los vecinos.

Situaciones como esta muestran que incluso con ingredientes simples, que de otro modo podrían acabar en el compost, se puede crear un plato que sea nutritivo, sabroso y sostenible.

¿Qué añadir a los ñoquis de calabacín?

Los ñoquis de calabacín son por sí mismos neutrales y por eso soportan idealmente varias combinaciones. Aquí hay algunas variantes populares para complementarlos:

  • Bryndza y chicharrones: una combinación eslovaca tradicional que se puede hacer más saludable usando bryndza de granja de calidad y chicharrones vegetales de tempeh ahumado.
  • Setas salteadas con cebolla: ideal en la temporada de recolección de setas.
  • Crema vegana de anacardos con hierbas: excelente como sustituto de la salsa de queso.
  • Pesto de ajo de oso o albahaca: le da a los ñoquis un sabor fresco y un color verde.
  • Verduras asadas: los ñoquis de calabacín sirven como base para cuencos creativos de verduras.

Se trata solo de no tener miedo de experimentar. Los ñoquis de calabacín también funcionan muy bien como guarnición para carne estofada o como plato principal en combinación con una ensalada fresca.

Cuando saludable también significa sabroso

Muchos todavía tienen la idea de que una versión más saludable de los platos clásicos no puede ser tan sabrosa. Pero como dice la asesora nutricional Jana Černá: "La comida saludable no es un castigo. Es una forma de sentirse bien todos los días."

Y precisamente los ñoquis de calabacín sin harina son un ejemplo de que los compromisos no tienen por qué saber a compromisos. Al contrario, pueden ofrecer ligereza, variedad y un sabor sorprendentemente rico que compite con éxito con las variantes clásicas.

Además, es un plato que es naturalmente sin gluten (si no se añaden alternativas de cereales), y por lo tanto adecuado para celíacos o aquellos que desean evitar el gluten. Se pueden preparar en versiones vegetariana, vegana y paleo.

Ya sea que los ñoquis de calabacín sean parte de un cambio más grande en la dieta o simplemente una adición al menú de verano, tienen mucho que ofrecer: simplicidad, nutrición y espacio para la creatividad.

En un momento en que más personas se interesan por lo que comen, de dónde proviene la comida y cómo afecta su salud y el medio ambiente, platos como este adquieren un nuevo significado. Ya no se trata solo de una receta, sino de una actitud hacia la comida, la naturaleza y uno mismo.

Entonces, ¿por qué no intentar algo diferente esta noche? Tal vez los calabacines no tengan el mismo atractivo de marketing que el aguacate o la quinoa, pero en la cocina merecen su lugar de honor. Y con un poco de imaginación, pueden convertirse en platos que deleiten no solo al estómago, sino también a la conciencia.

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