
Tradición y sabor de los belešů, que no deben faltar en tu mesa

La receta de la abuela para los beleše - el aroma de Slovácko que no se desvanece
En el sureste de Moravia, en la tierra del vino, el folclore y la hospitalidad, todavía se transmiten recetas tradicionales que huelen a madera del horno y al amor de las manos de las abuelas. Una de estas joyas es la receta de los beleše: un pastel sencillo pero inolvidablemente sabroso que pertenece a Slovácko tanto como la música de cimbál y las fiestas con trajes regionales. Tal vez los conozcas por otro nombre: algunos los llaman beleše, otros běleše o bělešky. Pero independientemente de cómo se llamen, tienen algo en común: son un símbolo del hogar, la tradición y una cálida tarde sin lluvia.
¿Qué son realmente los beleše?
Los beleše son un tipo de panecillo fermentado que recuerda a tortas o panqueques, que tradicionalmente se cocinan sin aceite en la estufa o en una sartén de hierro fundido. A veces también se fríen en manteca de cerdo o aceite, pero el clásico beleše de Slovácko se prepara sin grasa innecesaria, lo que les da su sabor característico. La masa es similar a la de los bollos o koláče, pero la consistencia es un poco más líquida, por lo que se extiende fácilmente y, después de hornearse, queda maravillosamente suave y ligeramente húmeda.
Los beleše se sirven más comúnmente con mermelada de ciruela, requesón, crema agria o simplemente espolvoreados con azúcar. Sin embargo, en algunas familias también se sirven salados, por ejemplo, con chucrut o ajo. Esa variabilidad hace que los beleše sean un plato popular no solo para la mesa de fiesta, sino también para los días comunes cuando se necesita alegrar con algo sencillo y honesto.
Los beleše de la abuela - una receta con raíces
La receta de los beleše, tal como la recordamos de nuestras abuelas, no es complicada. Ingredientes simples, un poco de paciencia y, sobre todo, respeto por la tradición. Así es como los recordaba la señora Marie de un pueblo cerca de Strážnice, quien preparaba sus beleše de la abuela todos los domingos como un dulce final después del almuerzo.
Ingredientes para los beleše fermentados clásicos:
- 500 g de harina de trigo
- 250 ml de leche tibia
- 1 cubo de levadura (42 g)
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de aceite o mantequilla derretida
Para untar o servir:
- mermelada de ciruela
- crema agria
- requesón con azúcar y vainilla
Primero se prepara la masa madre: en parte de la leche tibia se desmenuza la levadura, se añade una cucharadita de azúcar y harina, se mezcla y se deja fermentar. Luego, todo se mezcla con la harina, el huevo, el resto de la leche, el azúcar, la sal y la grasa. La masa se trabaja bien y se deja fermentar, aproximadamente una hora, hasta que duplique su tamaño. Después de fermentar, la masa se divide en pequeños bollos que se extienden con las manos o un rodillo en forma de torta y se cocinan en una sartén seca por ambos lados hasta que estén dorados.
Imagínate un beleše caliente, que huele a masa fermentada, cruje ligeramente en los bordes y está abundantemente untado con mermelada casera de ciruelas del año pasado. Con una taza de café blanco o té, el paisaje a través de la ventana y la abuela, que asiente en silencio, diciendo "te ha salido bien".
¿Por qué los beleše están volviendo a estar de moda?
En una época en la que cada vez más personas se interesan por los ingredientes honestos, los productos locales y el retorno a las raíces, las recetas tradicionales no se quedan atrás. Los beleše encajan perfectamente en esta tendencia: son simples, económicos, fáciles de preparar y, sin embargo, increíblemente sabrosos. Además, su preparación es una gran oportunidad para involucrar a toda la familia. Los niños pueden ayudar a dar forma a las tortas, los adultos a cocinarlas y todos disfrutar juntos.
Es interesante que los beleše también aparecen en libros de cocina modernos. Algunas blogueras de alimentos les dan un nuevo toque: por ejemplo, los complementan con semillas de chía, los hornean con harina integral o los sirven con frutas caramelizadas. Pero a pesar de estas innovaciones, la base sigue siendo la misma: masa fermentada honesta y alegría por la comida.
¿Dónde más puedes encontrar beleše?
Los beleše no son solo un privilegio de la cocina casera. También aparecen en ferias, fiestas folclóricas o en restaurantes temáticos dedicados a la cocina morava. Por ejemplo, en el Festival de Slovácko en Kyjov o en la vendimia en Velké Bílovice puedes encontrar puestos donde los beleše se cocinan en grandes planchas de hierro fundido justo delante de los visitantes, y su aroma atrae a casi todos.
En algunas aldeas incluso existen asociaciones dedicadas a preservar las recetas regionales y organizan talleres para el público. Allí puedes aprender cómo preparar verdaderos beleše de Slovácko según la receta tradicional, incluyendo todos los pequeños trucos que no se encuentran en los libros de cocina modernos. Por ejemplo, que la masa no debe ser demasiado firme, porque de lo contrario los beleše se encogerán al hornearse. O que los mejores son aquellos que se queman un poco en los bordes, porque es entonces cuando tienen ese sabor "de abuela".
Ingredientes simples, significado profundo
Puede que no lo parezca, pero los beleše son uno de esos platos que llevan consigo mucho más que solo sabor. Son un recuerdo de la cocina casera, de los manteles bordados, de la infancia en el campo. Son prueba de que incluso con los ingredientes más básicos - harina, leche, levadura - se puede crear algo que tiene un valor perdurable. Y especialmente hoy, cuando muchos de nosotros estamos redescubriendo la importancia de la sostenibilidad y el retorno a la simplicidad, vale la pena volver a los beleše.
Como dice la etnógrafa Eva Večerková, quien se dedica al folclore moravo: "Los platos tradicionales no solo tratan de sabores. Se trata de memoria, identidad e historias que se transmiten de generación en generación".
Y precisamente los beleše son una de esas historias que vale la pena conservar. Ya sea que los prepares según la receta clásica de la abuela o pruebes su versión moderna, date un momento de tranquilidad y déjate llevar por su atmósfera honesta y hogareña. Porque en una época en la que la vida se acelera, a veces el mayor lujo es precisamente un simple beleše con un toque de mermelada casera.